Negociación nuclear: Irán reafirma su "línea roja" | El Nuevo Siglo
Miércoles, 8 de Octubre de 2014

El guía supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, reafirmó la "línea roja" fijada por Irán en las negociaciones nucleares con las grandes potencias que empezarán a finales de la próxima semana en Viena.

 

Irán y el grupo 5+1 (China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia y Alemania) se impusieron la fecha límite del 24 de noviembre para intentar concluir un acuerdo global que garantice la naturaleza pacífica del programa nuclear de Teherán, sospechoso de esconder un apartado militar.

Pero las negociaciones tropiezan en el asunto sensible de la futura capacidad de enriquecimiento de uranio por Irán y el calendario para levantar las sanciones económicas internacionales.

 

"Creo que antes del final de la semana próxima, tendremos negociaciones bilaterales y multilaterales en Viena", declaró este miércoles el portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores, Marzieh Afkham, que añadió que "la fecha exacta se conocerá más tarde".

Una infografía publicada en la página web del ayatolá Jamenei (http://farsi.khamenei.ir/photo-album?id=27858#222825) fija 11 puntos que el equipo de negociadores debe respetar antes de firmar el acuerdo.

 

Irán y las grandes potencias firmaron en noviembre de 2013 en Ginebra un acuerdo preliminar que había congelado algunas actividades nucleares iraníes a cambio de una retirada parcial de las sanciones internacionales.

Uno de los 11 puntos estipula que "las necesidades definitivas de Irán en materia de enriquecimiento de uranio son de 190.000 UTS (unidades de trabajo de separación), esto es, 20 veces la capacidad actual de Irán. Según las autoridades iraníes, el país necesitará esa capacidad para producir el combustible de la central de Buchehr, que Rusia proporcionará hasta 2021. Estados Unidos y Occidente piden, por el contrario, que Irán reduzca su capacidad de enriquecimiento.

"Fordo, que no puede ser destruido por el enemigo, debe ser preservado", añade el texto, en referencia a las instalaciones de enriquecimiento construidas bajo una montaña, más de 100 kilómetros al sur de Teherán, cuya existencia fue revelada en 2009.

 

Irán y las grandes potencias reconocieron, a finales de septiembre, seguir estando lejos de conseguir un acuerdo definitivo, pese a los ocho días de negociaciones sin descanso al margen de la Asamblea General de la ONU en Nueva York.