Martes, 7 de Junio de 2016
Es previsible que por las dificultades que ha tenido hasta el momento la instalación de la fase pública de la negociación de paz con el Eln, el gobierno del presidente Santos no alcance a firmar el acuerdo final, pero sí dejaría en marcha este proceso. En este escenario hipotético analistas consideran que sería mínimo el impacto de estas conversaciones en la campaña presidencial en 2017 y 2018, y que por ende el tema no pondrá presidente como sí sucedió con las Farc en 2014.
El pasado 30 de marzo, el Gobierno y el Eln anunciaron en Caracas el inicio de diálogos de paz en su fase pública, indicando que las conversaciones se desarrollarán principalmente en Ecuador.
En el Acuerdo de Diálogos para la Paz de Colombia las partes señalaron que “como resultado de los diálogos exploratorios y confidenciales, y dada su disposición manifiesta de paz, han convenido en instalar una mesa pública de conversaciones para abordar los puntos que se establecen en la agenda con el fin de suscribir un acuerdo final para terminar el conflicto armado y acordar transformaciones en búsqueda de una Colombia en paz y equidad”.
Revelaron que los diálogos exploratorios se llevaron a cabo entre enero de 2014 y marzo de 2016 en Ecuador, Brasil y Venezuela.
En consecuencia, el Gobierno y esta guerrilla acordaron instalar una mesa de conversaciones pública en Ecuador; adelantar conversaciones directas e ininterrumpidas; y ejecutar con la mayor celeridad y rigurosidad la agenda de seis temas.
No obstante, ya se cumplieron dos meses de ese anuncio sin que sea instalada la mesa de negociaciones debido a que tras el mismo el Eln siguió secuestrando, el último de estos casos el plagio de la periodista colombo-española Salud Hernández.
El presidente Santos puso como condición para iniciar que el Eln frene esta práctica.
Pero el máximo cabecilla de esta guerrilla, Nicolás Rodríguez, alias ‘Gabino’, dijo que “nosotros tenemos con el Gobierno ya una agenda bastante amplia (…) nosotros somos una gente muy parecida al común de la gente colombiana, por ejemplo, a nadie le gustan las imposiciones, entonces no estamos dispuestos a aceptar imposiciones”.
El Congreso, la Iglesia y organizaciones promotoras de la paz han pedido al Gobierno y al Eln superar este impasse y sentarse a la mesa de negociación.
No obstante el tamaño del escollo que se presenta, hay quienes consideran que las partes llegarán a un acuerdo que permita arrancar la discusión de la agenda este mismo año.
Es claro que a los dos les interesa esta negociación, de lo contrario no hubieran gastado más de dos años en conversaciones exploratorias. A pesar del éxito que el presidente Santos está a punto de apuntarse con el acuerdo con las Farc, no lograr sentar al Eln significaría una paz a medias.
En tanto que para el Eln empeñarse en no negociar, con las Farc ya desmovilizadas, podría significar su sentencia de muerte pues la Fuerza Pública enfilaría todas las baterías en su contra.
Análisis
El analista político Héctor Riveros consideró que “el tema de la paz no necesariamente va a ser el eje de la elección presidencial del próximo año. Tengo la percepción de que si se firma el acuerdo (con las Farc) este año, el año entrante la gente va a estar reclamando hablar de otra cosa. Si está abierta la mesa del Eln va a ser un tema, no necesariamente determinante. Sería un tema importante si antes, como pareciera ser la idea del Centro Democrático, lo que pretende es que se hable de paz pero para repasar el acuerdo con las Farc, no con el Eln. Es decir que alguien haga una campaña diciendo ‘no más concesiones ya las hemos hecho todas”, explicó.
En tanto que Riveros prevé que la bandera que se pelearán los candidatos presidenciales en 2018 “depende de cómo termine lo de La Habana” y si se firma este año, en 2017 la gente va a querer hablar de otros temas como, en primer lugar, autoridad para hacer cumplir a las Farc lo que se comprometieron.
Otro tema que según el analista será muy importante para los aspirantes a la Casa de Nariño será la lucha contra la corrupción. “Que va a ser una bandera fuerte” porque hay un grado de indignación ciudadana con el Gobierno, con los políticos y “eso se traduce en un candidato que habla mal de la clase política, que todo el tiempo habla de la corrupción”.
Mientras que el también politólogo Marco Romero conceptuó que “lo importante es que el presidente Santos va a terminar el proceso de paz con las Farc, ojalá exitosamente, y creo que esto va a generar una oleada de entusiasmo en la sociedad colombiana sobre un hecho cierto, porque por ahora hay demasiada incertidumbre en la población que está acostumbrada a ver procesos de larga duración sin resultados. Una firma con las Farc cambia la percepción de la opinión pública y le daría un ambiente muy favorable a que el próximo gobierno apostara a cerrar el proceso con el Eln”.
Romero consideró que el proceso con el Eln podría resultar más expedito en comparación con el que se adelanta en la actualidad porque hay temas como justicia y terminación del conflicto que se podrían manejar de forma análoga como se ha hecho con las Farc. “Es un proceso que no tiene que durar igual que con las Farc. Lo importante es ver cómo se logra dar inicio a este proceso y crear las condiciones para que los primeros puntos de la agenda se empiecen a desarrollar en la práctica porque la agenda, hasta ahora, tiene un avance muy importante pero lo que sabemos es que la primera reunión era para pactar los mecanismos concretos de poner en marcha todos los puntos de participación de la sociedad”.
El analista dijo que si el proceso con el Eln está aún en marcha el otro año, para la campaña presidencial “creo que es un elemento importante si se logra terminar el conflicto de manera definitiva en el país, pero no basta con esta agenda para elegir presidente. Y pienso que los que son enemigos de la solución política van a tener unas condiciones muy adversas si se logra pactar una terminación del proceso con las Farc, que es lo que el país está esperando en pocas semanas”.
Finalmente consideró que las banderas en la próxima campaña presidencial tendrán que ceñirse más a las necesidades que tiene la gente, un asunto que gana importancia a partir del posconflicto. “A medida que se terminan los conflictos por la vía de negociación, viene una etapa de cómo se van a implementar los acuerdos y, obviamente, cuando el país deja de pensar en la guerra y la paz se abre un compás muy amplio de agendas públicas porque todo el mundo va a comenzar a demandar otras cosas, que usualmente están en un segundo plano en Colombia. Es un país que elige presidente por la guerra y la paz, y eso se va a acabar con el cierre de este conflicto armado. Los partidos políticos van a tener que trabajar sobre agendas distintas y ser mucho más creativos y pensar en los problemas sociales, económicos y ambientales”.
Por su parte, la analista Elisabeth Ungar Bleier dijo que en la campaña para los comicios presidenciales de 2018 el tema de la paz seguirá siendo de alguna manera influyente. “Todo lo que tiene que ver con la paz va a impactar el proceso electoral del 2018, lo que se acuerde en La Habana va a tener un impacto, todo el proceso de refrendación, todo el proceso de paso por la Corte Constitucional, todo el tema del acuerdo especial legislativo. Absolutamente todo porque este es un tema fundamentalmente político”.
Añadió Ungar que “con el Eln pasa los mismo. Si se llegara a firmar o no, de todas formas va a tener un impacto político. Lo que no puede decir es cuál va a ser el impacto, habría que ver cuáles van a ser los candidatos que van a defender el tema de paz en general”.
En tanto que el politólogo Pedro Medellín dijo que la negociación con el Eln podría tener mayor complejidad que con las Farc por “el tema de los secuestros y de control territorial que todavía están sin resolver. Y ahí hay un ámbito que está muy confuso y creo que ahí va a tener problemas el Gobierno para siquiera llegar a un acuerdo con ellos o por lo menos arrancar el proceso”.
Medellín consideró que en 2017 cuando arranque la campaña presidencial y si está en pleno desarrollo la negociación con el Eln, “en ningún caso va a tener el impacto que tuvo el proceso de negociación con las Farc. Se trata de una guerrilla mucho más tradicional, mucho más poderosa, y las Farc influyeron en las elecciones de una manera decisiva, pero no creo que el Eln llegue a tener un espacio igual”.
El politólogo dijo que “no me cabe ninguna duda” que la paz con el Eln no será la principal bandera que querrán enarbolar los aspirantes a la presidencia de la República en 2018. “Creo que van a ser otros temas, el posconflicto, va a ser el tema del desarme, pero no el tema de la paz con el Eln”.
En tanto que para los sectores de la derecha radical como el Centro Democrático, Medellín consideró que “el tema creo que va a ser el desarme, sin duda, el tema del posconflicto porque ya en ese momento en las elecciones vamos a tener avanzando el posconflicto. Esos van a ser elementos muy fuertes”, dijo.