Naufragio electoral. | El Nuevo Siglo
Miércoles, 12 de Marzo de 2014

Juan Fernando Reyes  Kuri, candidato del Partido Liberal, quien en los escrutinios del  lunes en la madrugada aparecía como electo a la Cámara de Representantes por el Valle, ha comenzado a ver llegar votos en canoas de los puestos de votación de Puerto Merizalde, Naya, Cajambre, Raposo y Mallorquín, corregimientos de Buenaventura, en donde solo parece que votaron por  el exconcejal de ese puerto, Hernán Sinisterra. Igual cosa ocurre por los lados de Tumaco, todo lo que aparece en esas islas termina en un naufragio electoral en donde los candidatos que ganan en las elecciones son derrotados en los escrutinios.

Polinotas. Recordando épocas pretéritas esta misma situación la padecieron Luis Fidel Moreno Rummie, Carlos Alberto Saavedra Macia y la expresidenta de la Cámara de Representantes, la  capitana  María Cristina Rivera de Hernández, hechos denunciados  en  El Siglo en sus "Polinotas" por el inolvidable cronista político Hipólito Hincapié Roldán, quien se destacó por sus valientes escritos sobre cómo se escamotea la voluntad popular, mediante las triquiñuelas y mañas enquistadas en nuestro sistema electoral desde el Registro de Padilla, cuando presuntamente se eligió de manera fraudulenta al general Rafael Reyes Prieto como Presidente de la República con el auxilio del comején.

Pruebas al canto. Como testimonio histórico Hincapié Roldán  dejó para la memoria episodios como los ocurridos en  Magangué (Bolívar), en donde la gata cuido sus ratones  brindándoles todo el “chance” para engordar sus “arcas triclaves”;  también en Soledad (Atlántico) y especialmente en Buenaventura, cuando no solo se hacía verdadero “hincapié”  intercambiando votos “portela”.

El preconteo. El Barquero habló con el abogado  Luis Fidel Moreno Rummie cuando enfrentado a Rodrigo Lloreda y Carlos Holguín, este último abandonó a Álvaro Gómez para acompañar al exministro Lloreda, asegurando así Holguín su elección como primer gobernador electo del Valle. Moreno Rummie relató su propio viacrucis, cuando en 1990 el preconteo le otorgó la décima curul de Senado, habiendo sacado 32.520 votos obtenidos en circunscripción regional. El escrutinio en Buenaventura duró un mes, para no dejar la prueba quemaron 12 urnas en el casco urbano de ese puerto, desapareciéndole a este candidato 1.350 votos, con los cuales tenía asegurada su curul, la que se le adjudicó al liberal Jaime Arizabaleta, segundo en la lista de Balcázar Monzón. Recordemos que por esas calendas la guerrilla le destruyó los votos a Luis Alfonso Hoyos en una vereda de Pensilvania (Caldas), dejándolo por fuera del Senado.

Otros casos. Cuatro años antes, o sea en 1986, Londoño Capurro, por entonces aliado de Carlos Herney Abadía, y con la ayuda de Atilio Moreno Paz le esquilmaron el Senado con votos del Puerto a Germán Romero Terreros. Un contertulio le dijo al Barquero: ahora esto es más fácil gracias a la tecnología digital, porque antes había que enviar ‘un propio’ a llevar la razón a Puerto Merizalde y al Alto Naya con el número de votos que se requerían para ajustar las cuentas. Ahora con una simple llamada se evitan el viaje de ida, asegurando un regreso victorioso para el tramposo de turno.

Último caso. Carlos Alberto Saavedra Macia, en las elecciones de octubre del 91, cuando se revocó el Congreso, terminó en el lugar 11 a las 12 de la noche del 27 de octubre y una semana después resulto en el puesto 14, con datos que se supone no habían sido reportados de Buenaventura, Bolívar y Candelaria, perdiendo su curul y los testigos están vivos