En los medios de comunicación venezolanos y en el país provocó gran conmoción el secuestro de la jefa de corresponsales de Globovisión, Nairobi Rosalinda Pinto González. El pasado domingo cuando llegaba a su domicilio en un edificio al norte de Caracas, tres hombres encapuchados y armados que se movilizaban en un automóvil se llevaron a la periodista. Su padre, Luis Pinto, quien también es periodista, afronta el drama y está inquieto por la suerte de su hija. No es para menos ya que en Venezuela cada vez hay más riesgos en las calles y aun en las viviendas. La tasa de homicidios es alta; el año pasado murieron 79 personas por cada 100.000, y ocurrieron más de 1.300 secuestros. De Nairobi Pinto aún no se sabe nada.

En un país con un régimen hostil a la prensa libre, el rapto de la comunicadora aumenta temores, aunque ella no ha tenido problemas. El padre cree que el hecho puede estar relacionado con la inseguridad reinante, y confía en su regreso sana y salva. Lo que todos esperan. En Colombia medios, colegas y la población se solidarizan con la familia de Nairobi y hacen votos por su pronto retorno a casa y a sus actividades.