Vibrante colofón de la Feria de Manizales | El Nuevo Siglo
Foto: José Miguel Suárez
Domingo, 14 de Enero de 2024

Por: Hernando Suárez Albarracín

Tarde muy agradable y tendidos casi llenos para la quinta y última corrida de la Feria Taurina de Manizales. Se lidiaron reses de la ganadería de Ernesto Gutiérrez Arango, todas en el tipo de la casa, de diverso comportamiento. Hicieron el paseíllo el colombiano Luis Bolívar, el español Cayetano Rivera y el peruano Andrés Roca Rey.

 

El festejo inició con un ejemplar que sin ser impotable, fue muy bajo de clase. Luis Bolívar lo llevó hasta el centro del ruedo a resolver los vicios del astracanado que calamocheaba al salir del paño. El caleño logró embarcar al toro, pero la dicha no tardó más que un par de instantes. El toro se rajó y, refugiado en tablas, Bolívar fue a buscarlo para igualarlo y despacharlo. Estocada trasera y tendida. Con eso el toro dobló y se fue pitado en el arrastre. Luis saludó desde el tercio.

El segundo toro de la corrida fue otro mansote rajado del que Cayetano Rivera pudo sacar algún provecho. En los medios logró dos tandas importantes de derechazos y una bellísima por naturales templados y ligados. Pero el toro, que desparramó la vista durante toda la lidia, se rajó. Estocada hasta la empuñadura. División de opiniones en el arrastre. Una oreja.

Saltó enseguida Emir, número 498 de 456 kilos. Gran toro. Cumplió a lo bravo en el caballo, donde Clovis picó también con bravura. Fue la última vara de su vida. El peruano Roca Rey tomó luego al astado con suavidad para llevarlo al centro del redondel sonoro de Manizales y, con la misma suavidad, bordar una faena magistral. El vuelo de la muleta acariciaba la arena, mientras el toro lo seguía al mando del peruano. Las series, templadas y angeladas, fueron cortas y entre ellas pausas eternas para que el toro no agotara el poco oxígeno que tenía. Los tendidos ya estaban entregados. Una tanda más de redondos y naturales sobre las dos manos. El presidente no duda y exhibe el pañuelo dorado. Emir fue Indultado. Dos orejas simbólicas para Andrés.

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Otro buen toro apareció en la arena en cuarto lugar. Tenía más tranco que el anterior y embestía con clase, pero no transmitía igual. La faena de Luis Bolívar fue limpia. Instrumentó muletazos estéticos, de buen gusto, por los dos pitones, beneficiado por las bondades del toro. La faena pudo ser más emotiva. El toro tenía más de lo que le vimos. El caleño pareció conformarse con lo que el azabache le dejó. Espadazo ligeramente desprendido y tendidillo. Dos orejas y vuelta al ruedo al toro.

Amadis de Grecia es el nombre del toro que asomó en quinto lugar. Bondadoso y potable, embistió sin distraerse ni evidenciar complicaciones. Lo preciso para el triunfo. Cayetano lo lidió con gusto, sin sobrerrevolucionarse, y la faena, emotiva y alegre, alcanzó uno de los puntos más altos de la corrida. Estocada contraria algo tendida. Dos orejas y vuelta al ruedo al toro.

En el toro de cierre no sólo de la corrida sino de la Feria, disfrutamos de una faena seria, fina, de mucho mérito por la cadencia con que corrió la mano Roca Rey a un buen toro. Lo templó con arte y exprimió hasta el último muletazo que llevaba el toro en el alma. Infortunadamente al ejecutar la suerte suprema  su fortuna buscó refugio fuera del rincón de Ordóñez y perdió los trofeos. Dos pinchazos hondos y tres descabellos. Palmas al toro en el arrastre. Silencio al limeño.

Ha terminado así la Feria de Manizales. El balance es muy positivo y esperamos que este 2024, que va a ser muy duro para la fiesta por los embates que tendrá que soportar en el Congreso, traiga para toda la afición la fortuna de poder asistir de nuevo a este templo del toreo que tanto amamos. Viva Colombia libre. Bendiciones para todos.