"Vengo a cumplirle a las víctimas, a las instituciones del Estado y a la sociedad en general, de manera que me permitan, de nuevo, volver a ser parte de ella", fueron las palabras de Salvatore Mancuso al llegar a Colombia, tras estar 16 años en una cárcel en Estados Unidos por varios delitos relacionados con el narcotráfico.
Considerado uno de los señores de la guerra más poderosos de los años noventa y principios del siglo XXI, el colombo-italiano descendió de un avión y fue recibido en calidad de "gestor de paz" por el director de Migración Colombia, Fernando García.
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En su carta, Mancuso señala cuáles son las razones por las que desistió de continuar con su solicitud protección internacional y acogerse la repatriación a Colombia.
"La primera, porque, a pesar de los vacíos y riesgos que supone para mis garantías procesales y seguridad jurídica el hecho de haber quedado sometido a dos jurisdicciones -JEP y Justicia y Paz- y que se materializaron en los preparativos de mi retorno en relación con las competencias y fueros judiciales; creo que los modelos de justicia transicional que empezaron a operar en Colombia a partir de nuestra desmovilización en 2004, tanto Justicia y Paz como la Jurisdicción Especial para la Paz, son mecanismos ciertos y legítimos para el cierre judicial definitivo del conflicto armado interno", indicó Mancuso.
Entre otras razones, el exjefe paramilitar expuso que viene a continuar con su compromiso con las víctimas del conflicto armado y se puso a disposición del Gobierno nacional y los grupos armados que busquen conversaciones de paz.
"Vengo a continuar con mis compromisos frente a las víctimas, como lo he hecho ininterrumpidamente a lo largo de estos últimos 18 años, pero al mismo tiempo, vengo a ponerme al servicio de una agenda de paz que permita evitar que Colombia sea una fábrica eterna de víctimas y dolores colectivos. Por este motivo, me pongo a disposición tanto del gobierno nacional como de las organizaciones armadas que buscan un diálogo con este, como las Autodefensas Gaitanistas de Colombia y las Autodefensas Conquistadores de la Sierra, para acompañar las conversaciones de paz que sean necesarias, no importa lo complejas que sean, no importa el lugar en el que se realicen, no importa en las condiciones adversas en las que se tengan que desarrollar, cuenten con mi humilde esfuerzo y experiencia si en algo creen que puedo contribuir a la resolución de nuestros conflictos y a eliminar cualquier tipo de violencia en nuestras formas de dirimir las diferencias.
En ese sentido, también agregó que continuará colaborando ante el sistema de justicia transicional, donde seguirá entregando información sobre el conflicto armado.
"Mi regreso no se puede interpretar de manera amarillista, como una forma de traer la verdad relevada sobre las miserias que hicieron parte del conflicto armado y sus artífices. De todo ello vengo hablando ininterrumpidamente a lo largo de 18 años. Tengo la tarea de continuar aportando verdad ante el sistema de justicia transicional, no solo con responsabilidad por las implicaciones que tiene en las personas vinculadas en los testimonios, sus familias y las comunidades víctimas, lo haré bajo estrictos estándares que permitan contrastar y determinar que es una verdad cualificada", indicó Mancuso en su carta.
Cuentas pendientes
Conocido con el alias de "El Mono", Mancuso aún tiene cuentas pendientes con la justicia de su país por cientos de desplazamientos, desapariciones y homicidios cometidos por las AUC, la asociación de escuadrones que enfrentaron a las guerrillas de izquierda. Sin embargo, podría quedar en libertad por decisión del presidente, Gustavo Petro.
El excomandante de las AUC también colabora desde el año pasado con la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), el tribunal encargado de los peores crímenes del conflicto colombiano, que también podría darle beneficios judiciales a cambio de su testimonio.
El presidente Gustavo Petro designó como "gestor de paz" a mediados de 2023, en medio de conversaciones que el ejecutivo adelanta con varios grupos armados, entre ellos herederos del paramilitarismo como el Clan del Golfo, también conocido como Autodefensas Gaitanistas de Colombia. El nombramiento implica su liberación, indicó en su momento el ministerio de Justicia. Sin embargo, Mancuso estará recluido en la cárcel La Picota, en Bogotá.
Su defensa sostiene que Mancuso permanecerá bajo custodia policial hasta que se defina su situación jurídica, ya que corre un "riesgo extraordinario" en el sistema penitenciario de Colombia, actualmente bajo "estado de emergencia" por una oleada de ataques a guardias.