Los tres años de pandemia del covid-19 tuvieron como resultado una terrible pérdida de vidas y exacerbaron las desigualdades en salud. La economía mundial se desplomó y la vida de las personas se vio afectada en todo el mundo, recuerda el ministro de Salud y Bienestar de Taiwán, Hsueh Jui-yuan.
Añade que esta experiencia demostró que el actual marco de gobernanza sanitaria mundial no es eficaz para responder a las amenazas en la salud mundial. Aunque el covid-19 ya no está catalogado como una emergencia de salud pública de importancia internacional (ESPII) y el comercio y la actividad económica a nivel mundial han vuelto a la normalidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte contra la amenaza de una pandemia de la Enfermedad X. Por lo tanto, es fundamental que los países de todo el mundo se unan para reforzar la gobernanza sanitaria.
“Durante la pandemia del covid-19, la OMS y muchos países comenzaron a revisar las estrategias de respuesta. Se revelaron debilidades en el Reglamento Sanitario Internacional (2005) en cuanto a la gestión de esta crisis. Como resultado, se están produciendo cambios. Las revisiones propuestas incluyen una mayor vigilancia, reportes e intercambio de información; una mejor preparación para la respuesta; y criterios revisados para la declaración de ESPII. Al mismo tiempo, existe un vigoroso debate en torno a un nuevo acuerdo sobre la pandemia, cuyo objetivo es elaborar un marco sólido de gobernanza global para la pandemia basado en la rendición de cuentas, la transparencia y la equidad. Este acuerdo podría ser aprobado en la 77ª Asamblea Mundial de la Salud”, dice.
Agrega que “al no ser Taiwán un estado miembro de la OMS, no podemos influir directamente en las revisiones del Reglamento Sanitario Internacional (2005) o en la redacción del acuerdo sobre la pandemia. Sin embargo, seguimos muy de cerca el contenido y el desarrollo de estos documentos centrales. Estamos deseosos de contribuir con nuestros conocimientos sobre la gestión de pandemias y aprender de las mejores prácticas internacionales. Taiwán fue la nación que inicialmente identificó el riesgo de epidemia y ejecutó rápidamente medidas de adaptación. También compartió proactivamente la información vital con socios globales y se ganó la confianza del pueblo a través de un compromiso con la apertura. Esto fue crucial para implementar eficazmente las políticas pandémicas. Para abordar futuras pandemias, nos esforzaremos por perfeccionar los avances para obtener vacunas, administrar los recursos médicos, utilizar la tecnología, salvaguardar los derechos humanos y abordar la desinformación”.
Continúa: “Respaldamos firmemente la aprobación e implementación de enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional (2005) y al acuerdo sobre la pandemia. Hacemos un llamado a la OMS para que incluya a Taiwán como signatario de estos documentos. Esto nos permitiría colaborar en el monitoreo de nuevas cepas de virus, informar e intercambiar datos de diagnóstico de patógenos y compartir nuevas investigaciones sobre vacunas y antivirales o resultados de ensayos clínicos. También promovería una acción global colectiva contra futuras pandemias y esfuerzos antipandémicos más resilientes por parte de la comunidad internacional”.
“Instamos a la OMS para que apoye la inclusión de Taiwán en el sistema de gobernanza sanitaria mundial. Taiwán sigue comprometido firmemente con una participación basada en los principios de profesionalismo, pragmatismo y contribución. Taiwán busca cooperar con la OMS para remediar las brechas geográficas en la seguridad sanitaria global y construir un marco de salud global integral”, indica.
Señala que “el Consejo sobre la Economía de la Salud para Todos de la OMS ha encontrado que al menos 140 países reconocen la salud como un derecho humano fundamental en sus constituciones. Sin embargo, muchas naciones no han aprobado ni implementado leyes para garantizar que sus ciudadanos tengan acceso a los servicios de salud. Taiwán se ha dedicado arduamente a alcanzar la cobertura sanitaria universal y ha mejorado constantemente la calidad de la atención sanitaria durante las últimas décadas, de acuerdo con las recomendaciones de la OMS. Taiwán ha integrado y asignado eficazmente recursos de bienestar social para fortalecer la atención primaria y la salud bucal para todos, implementar programas de salud mental y reforzar la red de seguridad social. Taiwán ha puesto en marcha un sistema de salud ágil y resiliente capaz de combatir enfermedades transmisibles y no transmisibles. Estamos mejorando la salud de todas las personas a lo largo de toda su vida. Además, trabajamos para compartir nuestra experiencia y conocimientos en el logro de la cobertura sanitaria universal para ayudar a la comunidad internacional a lograr una salud para todos”.
“Mi salud, mi derecho”
El tema del Día Mundial de la Salud 2024 es “Mi salud, mi derecho”, definido por la OMS para defender que cada individuo, en todo el mundo, tenga acceso a servicios de salud, educación e información, así como a agua potable, aire limpio, buena nutrición, vivienda de calidad, condiciones ambientales y de trabajo decentes y a ser libre de discriminación.
"A través de una asociación público-privada, Taiwán ha estado contribuyendo a los esfuerzos globales para hacer realidad el derecho a la salud en colaboración con países socios y organizaciones internacionales. Hemos mejorado la atención médica en naciones insulares del Pacífico Sur, reforzado la nutrición de las mujeres y los niños afectados por el terremoto de Haití, brindado apoyo psicológico a las mujeres y niños refugiados ucranianos en Rumania, así como a los trabajadores humanitarios, reforzado la adaptabilidad al cambio climático en el Caribe, y mejorado el acceso al agua, el saneamiento y la higiene en los centros de salud en Kenia. Además, Taiwán ha proporcionado asistencia humanitaria de recuperación y reconstrucción posteriores a desastres que han ayudado a los damnificados a superar catástrofes en Filipinas, Japón, Hawái, Turquía e Indonesia", agregó el funcionario.
"Taiwán está convencido de que la salud es un derecho humano. Sin embargo, los derechos de los 23 millones de habitantes de Taiwán están siendo ignorados por la OMS debido a razones políticas. Taiwán sigue siendo un socio firme en la defensa del derecho a la salud para todos y en todo el mundo. Urgimos a la OMS y a todas las partes relevantes a reconocer las considerables contribuciones de Taiwán a la salud pública mundial y al derecho humano a la salud. Es imperativo que la OMS adopte una mentalidad más abierta y sea más flexible, adhiriéndose a los principios de profesionalismo e inclusión. Y que tome la iniciativa pragmática de invitar a Taiwán a participar en la Asamblea Mundial de la Salud y en todas las reuniones, actividades y mecanismos de la OMS, en particular en aquellos relacionados con el acuerdo de la OMS sobre la pandemia. Esto permitiría empoderar a Taiwán para una mejor colaboración con socios globales para realizar conjuntamente el derecho humano fundamental a la salud estipulado en la Constitución de la OMS y la visión de no dejar a nadie atrás adoptada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas", finalizó.