“El proceso de paz en Colombia se encuentra en una coyuntura crítica”, advirtió el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, al presentar el primer informe de la Misión de Verificación en Colombia en 2019.

El documento, que recoge la evolución del Acuerdo de Paz y su implementación en el período que va del 27 de diciembre de 2018 al 26 de marzo de 2019, señala que muchos de los primeros logros en materia de paz “son incuestionables”: fin del conflicto, reducción general de los niveles de violencia, celebración de elecciones en paz y la conversión de esa guerrilla en partido político.

No obstante, también dice que “todavía quedan por delante algunas de las tareas más difíciles para consolidar la paz”.

Guterres recordó que en el informe anterior (diciembre de 2018) se refirió a los “obstáculos para la consolidación de la paz”: asesinatos de líderes sociales y de miembros de las antiguas Farc; reincorporación y problemas de los ex combatientes (jurídicos, físicos y económicos) y el clamor de las comunidades por una presencia tangible del Estado, indicando que sí existen algunos avances importantes.

“Acojo con beneplácito los esfuerzos realizados por el Gobierno para abordar esas cuestiones. Sin embargo, los problemas persisten. Aunque las entidades del Estado se están esforzando en ampliar su presencia y el alcance de su acción en los territorios afectados por el conflicto, han continuado los asesinatos de líderes sociales y miembros de la Farc. Se necesitan más iniciativas concertadas y dotadas de más recursos entre las instituciones públicas y los agentes regionales y locales en cooperación con la sociedad civil”, afirma el documento.

La ONU advierte que el proceso de reincorporación sigue avanzando aunque el alcance del programa sigue siendo limitado.

“Observo –dice Guterres– que el Gobierno está trabajando con miras a definir disposiciones para los 24 espacios territoriales de capacitación y reincorporación, que actualmente solo están autorizados hasta el 15 de agosto”.

Por ello considera “importante” que las conversaciones sobre el tema con los desmovilizados “culminen en una decisión que pueda comunicarse lo antes posible”.

Promulgar rápidamente la JEP

Con relación a la Jurisdicción Especial de Paz (JEP), Guterres agrega: “Reitero mi llamamiento al Gobierno, al Congreso y a todas las entidades para que adopten rápidamente medidas para asegurar que la ley estatutaria se promulgue lo antes posible de conformidad con las disposiciones del Acuerdo de Paz”, y que la JEP “disponga de todos los instrumentos políticos y prácticos necesarios para su eficaz funcionamiento en condiciones de independencia y autonomía”.

Para la ONU, este modelo de justicia transicional es el “principal garante de los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición, y es también la expresión de las garantías jurídicas otorgadas a quienes, de buena fe, han dejado las armas”.

En ese sentido, el informe explica que la confianza de las personas que decidieron desmovilizarse podría “verse disminuida” debido a la “creciente inseguridad jurídica” debido a las incertidumbres que afectan al sistema de justicia transicional.

“En un sentido más amplio, quisiera subrayar que una paz sostenible en un contexto como el que existe en Colombia requiere más que un compromiso de reincorporar a los ex combatientes, por muy estratégica y urgente que sea esa tarea y por muy loable que sea el compromiso del Gobierno en ese sentido”, señala un aparte del documento.

Hay que generar confianza

Para Naciones Unidas, “el mayor desafío” en Colombia es la desconfianza, y cita como “un hecho positivo” la visita del presidente Duque al espacio territorial de capacitación y reincorporación de Tierra Grata, en el Cesar, el 15 de marzo.

También destaca “las seguridades dadas por el Presidente y otros altos cargos” sobre los efectos futuros que tendrán algunos ajustes propuestos al Acuerdo de Paz. “Este principio de no retroactividad es fundamental para preservar la confianza en el proceso de ahora en adelante”.

Asimismo, el documento concluye elogiando el modelo de negociación que se implementó en el país para lograr el fin del conflicto. “Colombia sigue siendo una fuente de inspiración para quienes en todo el mundo siguen atrapados en ciclos de conflictos armados, ya que ha acabado con cinco decenios de confrontación y ha demostrado la resiliencia de su sociedad y sus instituciones”, se lee.

Las tareas prioritarias

Para el Secretario General, para el Gobierno colombiano “deberían ser prioritarias”, entre otras, medidas como:

- La aplicación sobre el terreno de los valiosos marcos de planificación ya existentes para estabilizar las zonas.

- Ampliar la presencia del Estado en las antiguas zonas de conflicto.

- Un mayor impulso a las disposiciones sobre desarrollo rural y de género del Acuerdo de Paz, para que las mujeres puedan contribuir a la paz y beneficiarse de ella.

- La plena inclusión de obligaciones relacionadas con la paz en el plan cuatrienal del Gobierno.

- La asignación adecuada de recursos a la agenda inconclusa de implementación de la paz.

Al respecto, Guterres sostiene que “por muy difícil que pueda ser esa agenda, estoy convencido tanto de su necesidad como de la capacidad de los colombianos y colombianas, en caso de que elijan trabajar juntos en las instituciones y sectores de la sociedad, para construir la paz que todos ellos desean”.