Fue condenado a seis años y cuatro meses de prisión el excongresista conservador Óscar Suárez Mira por la Corte Suprema de Justicia tras encontrarlo responsable de haber recibido recursos del narcotráfico para financiar sus campañas políticas de 2002 y 2006. Se ordenó su captura inmediata.
La decisión de la Sala de Primera Instancia de la Corte estableció que Suárez aceptó recursos del confeso narcotraficante Juan Carlos Sierra, conocido como el ‘Tuso’ para su aspiración a la Cámara en 2002.
Mientras que para su campaña al Senado de 2006 recibió dineros de los jefes paramilitares Rodrigo Pérez, alias ‘Julián Bolívar’; Carlos Mario Jiménez, alias ‘Macaco’, e Iván Roberto Duque, alias ‘Ernesto Báez’.
En 2011 Suárez ya había estado detenido. Hoy tiene una orden de captura vigente desde el 5 de noviembre 2016 cuando la Corte lo halló responsable del delito de enriquecimiento ilícito.
El dirigente político, entonces parlamentario del Partido Conservador, fue condenado entonces a nueve años de prisión por nexos con el bloque paramilitar Élmer Cárdenas. En esa decisión también fue condenado el excongresista Fuad Rapag.
En esa oportunidad, Suárez, que también fue alcalde del municipio de Bello (1995-1997), fue mencionado por el jefe paramilitar Freddy Rendón, alias el ‘Alemán’, como uno de los dirigentes políticos que apoyaron el ingreso de grupos paramilitares al nordeste antioqueño.
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De hecho, la Corte estableció la existencia de una relación entre la llamada Oficina de Envigado, uno de los grupos armados ilegales más activos de Antioquia, con Suárez y otros dirigentes políticos regionales.
En el caso de la campaña al Senado de 2006, la Corte estableció que el enriquecimiento ilícito del dirigente político conservador al recibir dinero en efectivo del narcotráfico y los grupos paramilitares fue tasado en $250 millones. Por ello, le impuso una multa equivalente a $500 millones.
En uno de sus apartes, el fallo advierte que “Suárez Mira sabía en ambas ocasiones que el dinero provenía de los grupos paramilitares o de exintegrantes que apenas se desmovilizaron, ningún argumento podría llevar a una hipótesis aceptable de no conocer su origen ilícito. A pesar de ello lo recibió voluntariamente, incrementado su patrimonio de manera injustificada, para alcanzar ventajas en las contiendas electorales que finalmente lo llevaron en ambas ocasiones al Congreso de la República, como Representante a la Cámara en 2002 y como Senador en 2006”.