La medida adoptada por el presidente Petro de retirar al general Fredy Coy Villamil, jefe de Estado Mayor de operaciones del Ejército, se enmarca en la turbulencia que enfrenta la institución militar tras la revelación del escándalo vinculado al comandante Luis Ospina.
Este último, según fuentes, utilizó la inteligencia militar para realizar seguimientos al profesor de inglés de su esposa, generando una cascada de consecuencias en la jerarquía militar.
Fuentes militares también confirmaron que, además del general Coy Villamil, también fueron retirados del servicio los coroneles Jonny Bautista, del arma de artillería, y Alex Tarazona, destacado piloto del Ejército. Ambos oficiales se encontraban en la etapa final del curso de ascenso para general, que estaba programado para diciembre. Hasta el momento, el gobierno nacional y el Ministerio de Defensa no han proporcionado explicaciones detalladas sobre las razones de estos retiros.
La destitución del general Coy Villamil agrega un nuevo capítulo a la tensión que prevalece en el Ejército, especialmente en torno al futuro del comandante Luis Ospina, quien, a pesar de estar involucrado en el escándalo de uso indebido de inteligencia, sigue siendo respaldado por el gobierno. Testimonios militares indican que el general Ospina dio instrucciones directas para realizar seguimientos al profesor de inglés, utilizando recursos destinados a enfrentar amenazas más significativas.
La reciente salida del general Álvaro Vicente Pérez Durán, segundo comandante del Ejército, por presuntos actos de corrupción, se suma a la crisis estructural que afecta la columna vertebral de la institución. Con el Estado Mayor del Ejército en manos de generales en encargo y la dualidad de funciones, expertos en defensa señalan la conveniencia de estas decisiones para una institución de esta magnitud.
La incertidumbre persiste en el Ejército colombiano, y no se descartan más desplazamientos en las altas esferas militares en las próximas horas. La crisis, que involucra tanto a altos mandos como a la estructura misma de la institución, plantea desafíos significativos para la Fuerza Pública, generando la urgencia de restaurar la confianza y la eficiencia en el seno militar.