Restituyen tierras de emblemática hacienda ‘La Corona’ | El Nuevo Siglo
Foto archivo El Nuevo Siglo
Martes, 17 de Marzo de 2020
Redacción Nacional

Un fallo de un juez de tierras restituirá más de 100 hectáreas a campesinos de la región de Urabá que fueron despojados durante el conflicto armado por grupos de autodefensas al mando de Carlos Castaño. Parte de estos predios eran propiedad del magistrado de la Corte Constitucional, Jorge Pretelt.

‘No hay como Dios’ o ‘La Corona’, con una extensión de 64 hectáreas y 8.375 metros cuadrados, así como ‘Alto Bonito’ de 44 hectáreas con 9.826 metros cuadrados son las propiedades que serán desenglobadas de la emblemática hacienda ‘La Corona’ ubicada en la vereda Puya Arriba, corregimiento de San José de Mulatos del municipio de Turbo, una vez la Sala Civil Especializada en Restitución de Tierras del Tribunal Superior de Antioquia fallara a su favor, explicó la Unidad de Restitución de Tierras.

Añadió esta entidad que los hechos de violencia en los que se vieron inmersos las familias de ese sector a cuenta de la ‘Casa Castaño’ desde los años 90, obligaron a que abandonaran sus predios y los entregaran por irrisorias sumas de dinero. Estar ubicados en una tierra productiva y equidistante a la zona conocida como La 35, donde dichos miembros de grupos ilegales tenían su centro de operaciones, llevó a las familias beneficiadas a ser desplazadas en los años de 1992 y 2002 respectivamente.

El propietario de ‘No hay como Dios’ tuvo que desplazarse con sus once hijos el 10 marzo de 1992, después de que en repetidas ocasiones, varios hombres que vestían brazaletes con las siglas Auc, llegaran al predio a presionarlo para que vendiera su finca. Después de desplazarse a la ciudad de Montería (Córdoba), terminó entregándola por $14.000.000.

Una historia similar tuvo que vivir la segunda familia que residía en la finca ‘Alto Bonito’. El 4 enero del año 2002 su dueño tuvo que huir con dos de sus hijos menores de  edad después que presuntos miembros de las Auc lo amenazaran para que abandonara el predio. Ante las presiones ejercidas, un año después transfirió sus tierras por $5.000.000 a la esposa de quien, hasta la fecha del fallo, fungía como propietario de su predio.