Decenas de migrantes venezolanos castigados por la crisis en su país comenzaron a instalarse este martes en un campamento preparado por la alcaldía de Bogotá, aunque su reubicación generó protestas entre vecinos.
Un primer grupo de 80 de migrantes se acogió voluntariamente al plan de las autoridades de la capital, tras vivir durante meses casi que a la intemperie en un asentamiento próximo a la principal terminal de autobuses de Bogotá.
Sin embargo, a su llegada al campamento muchos expresaron decepción.
"Quedé bien impresionada porque se nos dio una información y cuando llegamos conseguimos otra. Allá se nos dijo que íbamos a tener luz, agua y gas. Aquí veo que no hay luz, no hay agua, no hay gas, no hay nada", dijo Elsy Rojas, quien abandonó Venezuela con su hija pequeña y su marido.
En declaraciones a la AFP, esta docente de 45 años remarcó que en el sitio donde estaban antes podían por lo menos bañarse y cocinar.
"Nos están como acorralando, presionando para que uno tome la decisión de irse rápido", añadió.
Además, los venezolanos enfrentaron el repudio a gritos de algunos vecinos, que alertaban sobre el eventual deterioro de la seguridad. La policía acompañó el traslado en buses de los migrantes.
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Un hogar temporal
Reguardado por una valla plastificada, el campamento tiene capacidad para unas 500 personas y fue levantado sobre un terreno de fútbol en la localidad de Engativá, en el oeste de la ciudad.
Cerca de ahí también funciona un colegio público donde los niños podrán alimentarse y estudiar.
Las familias serán acomodadas en tiendas de campaña amarillas, donde podrán permanecer hasta un máximo de tres meses, según el compromiso que acordaron con autoridades.
Terminado el plazo, no es claro qué suerte podrían correr en caso de que no consigan reiniciar sus vidas en medio de la mayor ola migratoria jamás registrada en Colombia, adonde han llegado alrededor de un millón de personas desde Venezuela en los últimos años.
Según la alcaldía, el lugar contará con decenas de duchas y baños que recién están siendo instalados, aunque de momento no hay servicio de electricidad.
José Manuel Beltrán, quien salió caminando de Caracas hace casi siete meses en un periplo que duró dos largo meses, se quejó de la falta de un lugar para cocinar.
Tampoco "podemos lavar aquí. Lo veo como una cárcel", lamentó.
La secretaria de Integración Social de Bogotá, Cristina Vélez, enfatizó en que el campamento será temporal y que las autoridades están tomando medidas para evitar la propagación de plagas o que el terreno se inunde durante la actual temporada de lluvias.
"El anterior fue un campamento irregular, espontáneo, en el que unas personas se tomaron un espacio público de los bogotanos. Este es un campamento con todo el control del distrito y con nuestras reglas", sostuvo.
Desde 2015, al menos 2,3 millones de personas dejaron Venezuela, huyendo de la grave crisis económica y política que enfrenta la nación petrolera, según cifras de la ONU.