La alcaldesa de Campo de la Cruz, Vanessa Torres, declaró la calamidad pública en el municipio debido a las intensas lluvias que inundaron más de 10 barrios, afectando a más de 700 familias. Las autoridades locales, junto con la Defensa Civil, trabajan incansablemente para cuantificar los daños y proporcionar ayuda inmediata a los damnificados.
La situación en Campo de la Cruz, municipio del departamento del Atlántico, es crítica. Las fuertes lluvias que azotan la región han causado inundaciones severas en más de 10 barrios y zonas rurales, afectando gravemente la vida de sus habitantes. La alcaldesa Vanessa Torres, tras evaluar la magnitud de los daños y las necesidades urgentes de la población, decidió declarar la calamidad pública para agilizar la ayuda y los recursos necesarios.
"Esta medida se adopta en respuesta a los daños y afectaciones causados por las intensas precipitaciones, que han comprometido la seguridad y el bienestar de nuestra gente", expresó Torres, subrayando la gravedad de la situación.
Las autoridades locales, con el apoyo de la Defensa Civil, están llevando a cabo un censo para determinar el número exacto de familias afectadas. Según estimaciones preliminares, más de 700 familias han visto sus hogares inundados, muchas de ellas perdiendo todas sus pertenencias. "En cada barrio podría haber entre 70 y 80 familias damnificadas", explicó la alcaldesa, mientras continúa el recuento de daños.
El gobierno municipal ha desplegado maquinaria pesada para abrir canales de drenaje y facilitar el desalojo del agua de las viviendas inundadas. Sin embargo, la magnitud del desastre supera las capacidades locales, y Torres ha hecho un llamado a la Gobernación del Atlántico para obtener apoyo adicional. "No podemos mitigar esta calamidad desde el municipio", enfatizó.
Además de las áreas urbanas, las zonas rurales también sufren las consecuencias de las lluvias. En el corregimiento de Bohórquez, los cultivos de melón y maíz han sido arrasados por el agua, causando pérdidas significativas a los agricultores locales. "Los cultivos se perdieron totalmente y algunos otros hemos podido rescatar solo una parte", indicó Torres.
La administración municipal está evaluando opciones para reubicar a las familias más afectadas. "Estamos pensando en reubicar a algunas personas en un colegio y otras partes, pero todo está inundado", añadió la alcaldesa, reflejando la desesperación y la urgencia de la situación.
La declaración de calamidad pública busca no solo atender las necesidades inmediatas de la población, sino también movilizar recursos y apoyo externo para la reconstrucción y recuperación de este municipio duramente golpeado por las inclemencias del tiempo.