Perspectivas. Gitanos, cuatro siglos de presencia en Colombia | El Nuevo Siglo
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Domingo, 17 de Abril de 2022
Redacción Política

El pasado 8 de abril se conmemoró el Día Internacional del Pueblo Rrom o Gitano, una oportunidad para reivindicar el aporte cultural al mundo de esta comunidad que históricamente ha tenido características nómadas debido a la estigmatización, discriminación y persecución.

Esta efeméride fue declarada oficialmente en 1990, durante el IV Congreso Mundial Romaní de la Unión Romaní Internacional, que se llevó a cabo en Serock (Polonia) para conmemorar la primera reunión de representantes de la comunidad gitana del 7 al 12 de abril de 1971 en Londres (Inglaterra).

Desde entonces, hace 51 años, se acordó la bandera azul y verde con una rueda roja en el centro -símbolos del cielo, el campo y la libertad-, el himno oficial (“Gelem, Gelem”, que significa “Hemos sido”) y la palabra Rom (“hombre” o “marido” en idioma romaní) que identifica a este pueblo.

Para conmemorar esta fecha, el Archivo General de la Nación Jorge Palacios Preciado (AGN) hizo una investigación sobre la presencia del pueblo Rrom o gitano en nuestro territorio, de acuerdo con los documentos históricos que reposan en la Subdirección de Gestión del Patrimonio Documental.

Raíces coloniales

El pueblo gitano llegó a Colombia desde la dominación española. De hecho, en un primer momento, quienes arribaron a finales del siglo XV se encontraban cumpliendo una condena en las cárceles de la península ibérica, pues su modo de vida y sus costumbres representaban, para los católicos, una amenaza y una herejía.

Cabe recordar que, para la época, la entrada ilegal de europeos y personas de otras latitudes superó la de aquellos que poseían permisos y autorizaciones. Sobre su ingreso a las colonias hispanas se sabe que cambiaron sus nombres y apellidos, al tiempo que compraron falsas autorizaciones, entre otro tipo de artilugios para facilitar su llegada al territorio americano. Pero no solo entraron gitanos, también judíos, árabes y otros extranjeros no autorizados por la Corona española.  

En la Inquisición y ante el Tribunal del Santo Oficio los Rrom fueron objeto de varios juicios. No bastó con que fueran torturados y quemados, sino que además eran tildados de “vagabundos”, por su estilo de vida asociado al nomadismo.

En el virreinato de la Nueva Granada, bajo el nombre de “arrochelados”, se estudió a la comunidad gitana que, como grupo alterno a las formas de dominación hispánica, logró sobrevivir a través de mecanismos como la invisibilidad. Lo anterior también puede ser interpretado como una forma de resistencia del pueblo gitano que, en medio de un panorama represivo, desigual y discriminador, perpetuó sus raíces y costumbres.  

Durante muchos años a los gitanos se les conoció como "griegos" por sus atributos físicos, similares a los de las poblaciones del Mediterráneo y norte de África. Al parecer, desde el reinado de los Reyes Católicos comenzó a emitirse una serie de pragmáticas u órdenes para ejercer control sobre estas comunidades y, en dado caso, expulsarlas de la península ibérica. Esa política siguió vigente durante todo el período colonial. 

Por otra parte, los documentos históricos que reposan en el AGN sobre el periodo colonial se refieren a los gitanos como “nación griega”, haciendo alusión al lugar de origen o de donde provienen, más si se tiene en cuenta las cantidades de comunidades que residían en España y que migraron hacia las Indias desde las primeras oleadas de colonización europea.


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Históricamente perseguidos

Pero ¿por qué se sabe tan poco de los Rrom y de su llegada al país? Los gitanos fueron perseguidos tanto en España como en el resto de Europa entre los siglos XV y XVIII. El esfuerzo de la Corona por desaparecer su etnia es uno de los principales motivos. Su persecución obligó al pueblo gitano a esconderse y vivir de manera autónoma tanto en el reino como en las colonias.  

A través de la tradición oral, el pueblo gitano ha determinado que su origen en Colombia se remonta a principios del siglo XIX. Indican que gracias a la abolición de la trata de esclavos y posteriormente de la esclavitud, muchos de sus integrantes se establecieron en los territorios americanos que promulgaban la libertad. Su presencia aumentó desmedidamente tras el estallido de la Primera y Segunda Guerra mundiales, sobre todo en esta última por asedio nazi.

Actualmente el pueblo Rrom está organizado en comunidades que reciben el nombre de Kumpañy, y se encuentran en algunas de las ciudades más importantes del país: en el barrio El Poblado de Bogotá, en el barrio El Jardín de Cali, la Troncal de Cartagena y en otras urbes y municipios como Cúcuta (Norte de Santander), Sampués (Sucre), San Pelayo (Córdoba) y Fusagasugá (Cundinamarca).  

Las comunidades de gitanos que actualmente viven en Colombia históricamente han sido perseguidas, discriminadas y olvidadas por el Estado, razón por la que muchas de ellas conviven en total anonimato. Como mecanismo de invisibilización, el pueblo Rrom ha adoptado apellidos hispanizados, algunos de los más comunes son Méndez, Gómez, Mendoza, Flórez, Vásquez y Rivera, mientras que otros conservaron algunos apellidos originarios de Europa del Este.

En Colombia, es de vital importancia visibilizar estas comunidades que hacen parte de la diversidad cultural característica de nuestra nación. En la actualidad diversas organizaciones de derechos humanos y voceras de las comunidades gitanas han insistido en la necesidad de reconocer y proteger la diversidad cultural y la autonomía de estas minorías étnicas, estableciendo diálogos y puentes que permitan mayor inclusión social y el bienestar integral de estos pueblos. 

Víctimas de conflicto armado

En Colombia, el Decreto-Ley étnico 4634 de 2011regula el ámbito de aplicación, en el marco del conflicto armado, de lo concerniente a la atención, asistencia, reparación de las víctimas, restitución de tierras con base en los derechos fundamentales y colectivos de las víctimas pertenecientes al pueblo Rrom o Gitano”.

En ese sentido, la Unidad para las Víctimas da cuenta de que en el Registro Único de Víctimas (RUV) hay 9.785 víctimas del conflicto armado que se auto-reconocen como gitanos, de las cuales 8.213 son sujetos de atención.

De ese universo, 53,27% son hombres; 46,71% son mujeres, y 0,02% es población con orientación sexual e identidad de género diversa. Así mismo, 4,18% de las víctimas tiene alguna discapacidad, y 46,17% de las víctimas se encuentra entre los 29 y 60 años.

Igualmente, según el RUV, 89,9% del pueblo Rrom sufrió desplazamiento forzado, homicidio (4,2%), amenaza (2,8%) y desaparición forzada (1%). 

En cuanto a avances en reparación individual, la Unidad para las Víctimas ha indemnizado a 4.178 personas que se auto-reconocen como gitanos, con una inversión de $27.345 millones.