Millonarias son las pérdidas que ha dejado el vandalismo cometido durante los días de protesta contra estaciones y buses de los sistemas masivos de transporte en Cali, Barranquilla, Medellín y Pereira, al igual que contra el sistema de semaforización, señalización de tránsito, cámaras de vigilancia y fotomulta.
Un primer balance realizado por las autoridades de dichas ciudades señala, así mismo, que por el vandalismo son varias las estaciones de dichos sistemas de transporte que se encuentran cerradas y que, además ninguno de ellos está operando al 100%.
En Cali, donde durante dos días vio los vándalos concentraron su accionar contra el sistema de transporte MIO, se informó que 10 estaciones fueron destruidas, al igual que varios buses que operan en las troncales y los que funcionan como alimentadores.
De esta forma, MIO está operando desde ayer solo al 50% y solo cubre la ruta universidades, lo que reduce su capacidad de transporte a 30 mil personas.
Arturo Villareal, gerente de Unimetro, dijo que ya se definió un plan de recuperación y que el tiempo estimado para tener de nuevo el sistema como antes de los actos vandálicos es de 6 meses.
En cuanto a los cruces semaforizados, también blanco del accionar de grupos de vándalos, se reportaron daños en 63 de ellos, mientras que las señales de tránsito derribadas, pintadas y destruidas fueron un millar.
También fueron destruidas la totalidad de las cámaras que estaban en diferentes puntos de la ciudad que son parte del sistema de vigilancia de la policía.
En cuanto a los costos de reparación, inicialmente se ha estimado que para lo que se denomina mobiliario se requerirán $300 millones, para la señalización de tránsito otros $500 millones, mientras que el más elevado será el de la reinstalación de las cámaras de vigilancia, que eran 40, ascenderá a $13 mil millones.
Se estima que recuperar todo ello tendrá una demora de cinco a seis meses.
Entre tanto en Medellín, la única afectación al sistema masivo de transporte fue la destrucción e incendio de la estación del metroplus, donde uno de los jóvenes vándalos, de 16 años, resultó con quemaduras en su cuerpo con uno de los artefactos incendiarios que estaban lanzando.
El secretario de seguridad de Medellín, José Acevedo dijo que por esos hechos hay 30 lesionados y lamentó que se destruyera la estación del metroplus de la ruta N, porque es un ataque directo al patrimonio de los ciudadanos.
También informó que hubo destrucción de semáforos y cámaras de fotomulta, pero que hasta ahora se están evaluando tanto las pérdidas como el costo de su reparación.
En Pereira, la estación del Megabús de la Calle 20 con carrera 10 quedó destruida, ya que además de arrancar los torniquetes se destruyeron las taquillas y la totalidad de los ventanales.
De las 38 estaciones que tiene el sistema masivo fueron vandalizadas 22, lo que representa millonarias pèrdidas.
En Transmetro, que opera en Barranquilla, se presentó una situación similar.
En Bogotá, el gerente de Transmilenio, Felipe Andrés Ramírez, en entrevista concedida a EL NUEVO SIGLO y que hoy publicamos señala que “nosotros estamos proyectando, y esta cifra está cambiando constantemente, que los costos del sistema pueden estar ascendiendo a cerca de $16.000 millones. Esto es lo que tenemos presupuestado que nos va a costar reparar toda la infraestructura, recuperar las estaciones y levantar los buses vandalizados. Ya hemos levantado la mayoría de los mismos pero esa es la proyección”.
Agrega Ramírez que “eso al final sale de nuestros bolsillos, de nuestros impuestos y tenemos que cubrir esos gastos. Eso tampoco es justo. Tener que pagar otra vez por la infraestructura que ya teníamos, ni siquiera mejorarla sino pagar por la que ya teníamos y que estaba funcionando pero que un grupo minoritario de ciudadanos decidió que debía dañarla, no tiene sentido”.