Poco más de 200 familias negras e indígenas del suroeste de Colombia se vieron forzadas a dejar sus comunidades por amenazas y choques que involucran a guerrilleros disidentes de las FARC, informó este martes la oficina local de asuntos humanitarios de la ONU.
Entre el 24 y el 31 de agosto, las amenazas "de grupos armados desconocidos" y los combates "entre disidencias FARC" en el departamento de Nariño "causaron el desplazamiento masivo de al menos 642 personas (209 familias)",indicó el organismo en un comunicado.
Fronterizo con Ecuador, Nariño concentra una de las mayores áreas de narcocultivos de Colombia y es una de las rutas del tráfico de cocaína hacia Centroamérica y Estados Unidos, a través del Pacífico.
El corredor de droga es centro de una disputa entre bandas del narcotráfico, grupos que se marginaron del proceso de paz firmado con la exguerrilla FARC 2016 y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), el desplazamiento comenzó el 25 de agosto.
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Ese día "118 indígenas Awá" tuvieron que huir del resguardo Ñambí Piedra Verde, municipio de Barbacoas, "por amenazas de un grupo armado sin identificar" a los líderes del cabildo.
Cinco días después "524 afrodescendientes" corrieron la misma suerte, esta vez a causa de los choques entre disidentes de las Guerrillas Unidas del Pacífico y del Frente Oliver Sinisterra.
Los lugareños tuvieron que dejar la zona rural del municipio El Charco y refugiarse en la cabecera municipal.
Los indígenas se encuentran temporalmente albergados en casas de amigos en la vereda El Tronco y presentan "necesidades urgentes" en "seguridad alimentaria y nutricional", indicó OCHA.
La defensora del pueblo (ombudsman) regional, Yenny Salazar, advirtió en un video que el organismo que vela por los derechos humanos en Colombia se "encuentra realizando acompañamiento a las familias desplazadas" por los combates que se encuentran en la cabecera municipal de El Charco.
El Frente Oliver Sinisterra, dirigido por Walther Arizala, alias "Guacho", es señalado por las autoridades colombianas de operar como brazo armado del cartel de Sinaloa de México y de asesinar en cautiverio a una pareja ecuatoriana y a un equipo periodístico del diario El Comercio de Quito.
Sin un mando unificado, los disidentes operan en alejados puntos de Colombia donde disputan las rentas del narcotráfico y de la minería ilegal. Según inteligencia militar, cuentan con unos 1.200 combatientes.