ESTA SEMANA comienza la recta final de la segunda legislatura parlamentaria del gobierno Petro y, una vez más, la agenda del Congreso gira en torno a la suerte de sus principales y cuestionadas reformas.
A partir de este lunes quedarán un poco menos de dos meses y medio para que el Congreso termine este periodo legislativo, el 20 de junio, aunque ya desde el Gobierno se está hablando de la posibilidad de citar a sesiones extras si es necesario para poder darles más tiempo a las reformas de salud, pensional o laboral en caso de que sigan con algún chance al final de la legislatura.
El panorama más complicado, sin duda alguna, lo tiene la reforma a la salud, ya que en la Comisión Séptima del Senado hay tres ponencias radicadas. La primera es la positiva, que es respaldada apenas por cuatro congresistas de la coalición gubernamental. La segunda y mayoritaria es la que radicaron nueve senadores de los partidos Centro Democrático, Conservador, la U, Liberal, así como del MIRA y de Colombia Justa y Libres. Y una tercera, considerada alternativa, fue la presentada días atrás por el senador Fabián Díaz, de la Alianza Verde, que plantea una serie de ajustes intermedios al proyecto de reforma con miras a salvarlo.
A la luz de la Ley Quinta o reglamento interno del Congreso, es evidente que el martes, cuando está citada la Comisión Séptima del Senado para debatir las ponencias, debe comenzarse por la negativa. Si esto se cumple, entonces es muy posible que se concreten nueve votos a favor del hundimiento de la iniciativa, lo que significaría una derrota política y argumental de profundas implicaciones para el Gobierno.
Aunque la Casa de Nariño, los ministros del Interior y de Salud y otros integrantes del gabinete han buscado alternativas para evitar que se llegue a este punto de fracaso de las reformas, incluso acudiendo a una recusación masiva de los senadores que están por el hundimiento del proyecto, el margen de acción para el Ejecutivo es muy estrecho.
De esto, el propio presidente Gustavo Petro en algunas de sus intervenciones de los últimos diez días no ha dudado en advertir que sí se llegan a hundir las reformas en el Congreso, el Gobierno procederá a seguir implementándolas por vía administrativa o reglamentaria. Esto se haría, por ejemplo, a través de la habilitación de giros directos de la Adres a la red de clínicas y hospitales que formalicen su nómina de trabajadores de la salud.
Para esto el Gobierno acudiría a las EPS que “controla”, empezando por la Nueva EPS, lo que significa que esos cambios abarcarían a más de 20 millones de usuarios del sistema. Por otro lado, la reforma pensional también se encuentra en dificultades, porque pese a que diera el debate en la plenaria del Senado básicamente desde el comienzo de esta legislatura el pasado 16 de febrero, no se ha empezado su discusión en firme.
Gran parte de los días se han ido en la votación de los impedimentos, la alteración de los órdenes del día por otras controversias políticas de coyuntura (como la propuesta presidencial del constituyente), así como por la presión de los sectores de la oposición e independientes para que se escuche de nuevo a los fondos de pensiones, a los sindicatos, a los gremios y a otros actores del sistema laboral en Colombia.
No hay que olvidarse en el tema de la pensional que son dos los grandes cuellos de botella que tiene la iniciativa. El primero de ellos es el pulso con el umbral de cotizaciones obligatorias que tendrá Colpensiones: mientras que la ponencia de los senadores gobiernistas insiste en que la entidad pública maneje todas las cotizaciones hasta tres salarios mínimos, la ponencia alternativa, impulsada por los sectores independientes y de oposición, insiste en que esa cotización exclusiva sea hasta 1.1 salarios mínimos.
En algunos corrillos políticos se asegura que este punto se podría estar conciliando entre ambos bloques parlamentarios y no se descarta que finalmente termine siendo aprobado por el umbral de dos salarios mínimos para Colpensiones y de ahí para adelante los dineros de los trabajadores colombianos se podrían cotizar, según la decisión de cada empleado, en los fondos privados de pensiones.
El segundo cuello de botella de esta iniciativa tiene que ver con el manejo de los recursos. La ponencia oficialista insiste en que se da un alto grado de estatización en el pulso discrecional de los recursos que los trabajadores colombianos cotizan para su jubilación, en tanto que la alternativa defiende la posibilidad, de un lado, de no afectar el margen de acción de los fondos privados de pensiones para poder manejar e invertir los recursos, y de otro, que se cree un fondo autónomo presupuestal en donde sean consignados los dineros de las cotizaciones y estos, en consecuencia, no podrían ser utilizados por el gobierno de turno para financiar otro tipo de gastos o necesidades fiscales.
En cuanto a la reforma laboral, que ya se hundió en junio del año pasado y fue presentada tres meses después, se sabe que en estos momentos no es la prioridad del Ministerio del Trabajo ni de la Casa de Nariño. De hecho, fuentes de la Comisión Séptima de la Cámara, en donde la iniciativa empezó a ser discutida y lleva aprobados 15 artículos, le dijeron a periodistas de EL NUEVO SIGLO que desde la Casa de Nariño les han informado que la prioridad son las reformas pensional y de salud, por lo que la laboral podría quedar para la próxima legislatura si es el caso.
Cuestión de números
Lo cierto es que el panorama de la reforma en el Congreso depende en gran parte del realismo político. Como se sabe, el Gobierno no tiene mayorías ni en la Comisión Séptima ni en las plenarias. Aunque el Partido Liberal continúa siendo oficialista, las relaciones entre la Casa de Nariño y el expresidente César Gaviria están muy deterioradas, en tanto que la bancada poco a poco se alinea con la tesis del exmandatario para que se pase lo más pronto posible, tras una convención, a la franja de la independencia.
A ello se suma que la Alianza Verde se encuentra al borde de la división, al ser irreconciliables las posturas entre el bloque petrista y los que piden que el grupo de senadores y representantes a la Cámara consideren que ese partido debe pasar a la independencia y dejar de integrar la coalición de gobierno.
A esto se le suma también que los conservadores, Cambio Radical y el Centro Democrático, así como la U, ratificaron su postura en contra de las reformas, reiterando que las votarán de forma negativa, tanto en las plenarias como en las comisiones. Queda claro que el Gobierno llega a estos dos meses y medio que faltan de la segunda legislatura en una posición supremamente debilitada desde el punto de vista político.
Como si fuera poco, los mensajes amenazantes que el presidente Petro y algunos ministros han lanzado al Congreso, incluyendo la posibilidad de iniciar una constituyente que no pase por el Legislativo (lo cual es un imposible constitucional), han generado mayor resistencia a las tesis petrista tanto en el Senado como en la Cámara.
De hecho, los enfrentamientos entre el presidente Petro y el presidente del senado, Iván Name, son cada vez más altisonantes y, a menos que la Casa de Nariño procediera a aterrizar un acuerdo nacional con varios partidos políticos, lo cual a estas alturas se ve más complicado, es muy posible que el remate del segundo año del Congreso en este aprieto gubernamental sea muy negativo para la administración de izquierda.
En cuanto a la reforma laboral, la ministra de Trabajo señaló que “esa determinación se encuentra en manos del presidente y después de finalizada la Semana Santa el documento volverá a ser presentado al Congreso de la República”.
En ese mismo sentido, el ministro de Hacienda explicó que “la discrecionalidad de la Casa de Nariño no se puede discutir y se está a la espera de una determinación”
Qué pasará
Visto todo lo anterior es evidente que hay posturas sobre lo que puede llegar a ocurrir entre abril, mayo y mitad de junio en el Congreso con estas tres iniciativas.
El Gobierno tiene una visión más optimista, según se desprende de lo dicho la semana pasada por los ministros de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, y de Hacienda, Ricardo Bonilla, a EL NUEVO SIGLO.
Inicialmente, la ministra Ramírez señaló frente a la reforma pensional: “Vamos a tener que acelerar, porque esto va medio camino, apenas comenzamos y ya son 16 artículos aprobados. Esperamos que la reforma retome el camino y que efectivamente se siga avanzando no solamente en las discusiones, sino que con los coordinadores ponentes y con los ponentes se hagan los ajustes necesarios en los tiempos del Congreso sobre la dinámica de las discusiones ante los meses que restan de legislatura”.
Por otra parte, el ministro Bonilla sostuvo que “hemos visto un poco de dilación en estas discusiones, pero estamos convencidos de que las reformas van a salir antes de junio. Esta es la dinámica del Congreso y estamos atentos a lo que suceda”.
Muy complicado
EL NUEVO SIGLO habló con varios parlamentarios de distintos partidos sobre lo que puede llegar a pasar en el remate de la segunda legislatura sobre la discusión de estas tres reformas. El senador Carlos Fernando Motoa afirmó frente a la de la salud que "se debe archivar por varias razones; primero, porque destruye el sistema actual; segundo, porque no tiene sostenibilidad fiscal, así se desprende del concepto que entrega el Ministerio de Hacienda; tercero, porque ya hay una mayoría en la Comisión Séptima que ha solicitado el archivo de la misma. Entonces lo que debe hacerse es convocar a la Comisión y proceder con esa votación, que se ha venido dilatando. Igual nuestro partido Cambio Radical ha propuesto una ley estatutaria, que es la que debe tenerse en cuenta para modificar el sistema de salud”.
También la representante a la Cámara Jénnifer Pedraza opinó respecto al futuro de la reforma a la salud: "Hay que esperar, porque la ponencia de archivo tiene varias firmas, pero ahorita hay un intento por debatir la ponencia alternativa. Sin embargo, se debe señalar que algunos senadores estarían impedidos para votar esa reforma, así que tocará que la Comisión de Ética se reúna, evalúe esos impedimentos y procede a definirlos, pero por ahora creo que esa reforma está en una situación crítica”.
Por su parte, el representante a la Cámara Hernán Cadavid dijo: “Si nada extraordinario sucede, la reforma a la salud está virtualmente hundida y será cuestión de tiempo para que la Comisión Séptima cite al debate en discusión y el primer trámite que deberá darse será la ponencia de archivo. En ese sentido, y si se sostienen los compromisos y los anuncios que se han hecho, la reforma a la salud estará hundida dentro del Congreso de la República y el Gobierno tendrá que pensar si quiere presentar un nuevo texto, esta vez concertando y teniendo presente todo lo que se ha dicho durante los últimos 12 o 15 meses en Colombia”.
Por su parte, la senadora Martha Peralta, señaló que “la reforma a la salud ya cuenta con el aval fiscal del Gobierno para su discusión, los recursos están garantizados para el sector y en los próximos días realizaremos la citación a comisión para la discusión de esta reforma”.
Entre tanto, la vicepresidente de la Comisión Séptima, Lorena Ríos, así como los otros ocho senadores que votaron la ponencia de archivo de la reforma a la salud, señalaron: “Nosotros nos mantenemos firmes en la solicitud de archivo de la reforma a la salud y esperamos que el Gobierno presente otra propuesta”.
Reforma pensional
En referencia a esta otra iniciativa, la representante Jénnifer Pedraza, aseguró que “la reforma pensional está ahora en la discusión en el Senado y no se ha probado aún. Tengo entendido que le faltarían dos debates para concluir el trámite, y no sé si los tiempos alcancen, teniendo en cuenta que el calendario legislativo concluye en junio.
De igual forma, el senador Motoa dijo: “La reforma pensional la necesita el Estado colombiano, la necesitan los pensionados, pero sobre todo los jóvenes en el país que viven con dificultad para poder tener ese estatus, esa garantía en materia de seguridad social. Sin embargo, la propuesta actual del Gobierno es errada, no soluciona el problema de la informalidad laboral, que en Colombia alcanza el 50 % de la población de jóvenes y quienes ven con preocupación que no van a llegar a la pensión por trabajo. Lo que nos preocupa es que la reforma pensional de este gobierno no soluciona el tema laboral, no tiene en cuenta la cobertura de la población más joven, el acceso pensional y la base del criterio demográfico”.
Al respecto, el congresista señala que el Ejecutivo insiste para el país en un modelo de pensiones internacional, que en el mundo ha sido un rotundo fracaso. Aquí hay que pensar en promover de manera responsable el ahorro individual y establecer de esa forma una garantía del sistema pensional. Yo diría que la propuesta actual del Gobierno no es la conveniente, debería ser retirada y que entre todos los partidos políticos, verificaciones técnicas y propuestas académicas, podamos presentar una nueva reforma pensional, más acorde con las necesidades del país”.
De igual manera, la senadora Martha Peralta, presidenta de la Comisión Séptima del Senado, indicó: “Hemos visto algunas dilaciones en la plenaria del Senado para que no se aborde la discusión de la reforma pensional, pero también hay una reflexión de parte nuestra y es que debemos buscar más apoyo en los partidos indecisos para que respalden las propuestas del Gobierno”.
En el mismo sentido, indicó que “nosotros tenemos que seguir haciendo el trabajo y alcanzar los votos que requerimos a favor del Gobierno y que apoyen estas iniciativas acá en el Senado”.
La senadora Lorena Ríos, por su parte, advirtió que “hay una mayoría que apoya el archivo de la reforma pensional en el Senado. Agradecemos ese respaldo, pero sobre todo es necesario que lleguemos a un consenso para discutir estas reformas en beneficio del país”.
Reforma laboral
La senadora Martha Peralta indicó que “tenemos la tarea de sacar este proyecto y otros adelante y esperamos poder hacerlo antes de finalizar el periodo actual”.
En ese sentido, Jénnifer Pedraza indicó: “Con la reforma laboral tengo entendido que fue el Gobierno mismo el que dio la orden de frenar el trámite, lo cual es crítico porque me parece que es la mejor de las que estaba tramitando el Gobierno en el Congreso”.
De igual manera, Hernán Cadavid explicó: “La reforma laboral en los términos en que hoy se encuentra, afecta principalmente el espíritu de la pequeña y la mediana empresa en Colombia. La falta de concertación y la rigidez ideológica del Gobierno han impedido que esa reforma avance siquiera en el primer debate en la Comisión Séptima de la Cámara. Todavía le están faltando los cuatro debates y también lucha contra los tiempos dentro del Congreso, corriendo el riesgo de que se hunda”.
Finalmente, el senador Motoa advirtió: “La reforma laboral es inconveniente por la situación económica actual del país, vemos sectores económicos de la gran mayoría en decrecimiento, como el sector turismo, el sector de la construcción, el sector comercio, excepto el energético. No es el momento para generar algunas fórmulas del sindicalismo del siglo anterior, que es lo que pretenden incluir en esta reforma”.