El atentado terrorista de este jueves en la Escuela de Cadetes de la Policía, General Santander tiene varios ingredientes novedosos que ponen sobre la mesa algunas hipótesis, ninguna descartable al menos mientras avanzan las investigaciones sobre los posibles autores materiales e intelectuales.
Hasta el momento, lo único que se sabe con exactitud es que el autor material del hecho fue José Aldemar Rojas Rodríguez, un hombre de 56 años de edad, natural de Puerto Boyacá, y que según algunas versiones tendría vínculos muy cercanos con las Farc donde era conocido con el alias de ‘Mocho Kiko’ y sería uno de los explosivistas.
Esta información, confirmada por la Fiscalía General, abre dos grandes líneas de investigación. Una, que la autoría de la acción terrorista habría sido obra de las disidencias de las desmovilizadas Farc, y otra, que al parecer ‘Mocho Kiko’ ahora sería militante de las filas del Eln.
Sin embargo, ninguna de las dos versiones fue confirmada o desmentida ni por las autoridades ni por esas dos agrupaciones.
La hipótesis que señala a las disidencias de las Farc se finca en que la semana pasada se conoció un video del exjefe negociador ‘Iván Márquez’, en el que hizo duros cuestionamientos al establecimiento, por lo que llamó “incumplimiento” de los acuerdos de paz suscritos en el Teatro Colón el 24 de noviembre de 2016.
‘Márquez’ afirma que “fue un error” haber pactado la entrega de las armas sin que se hubiera implementado previamente el Acuerdo de Paz, y recuerda que ‘Manuel Marulanda’ “había advertido que las armas deberían preservarse como garantía del cumplimiento de los acuerdos”.
Y en cuanto a la versión que apunta al Ejército de Liberación Nacional, que para algunos analistas es la que toma más fuerza, existen más razones que la harían más viable.
Por ejemplo, ha trascendido que el atentado contra la Escuela de Cadetes de la Policía habría sido planeado por lo menos con tres meses de anterioridad, y que su autoría es poco probable que haya sido exclusividad de Rojas Rodríguez.
Además, su preparación implica no solo conocimiento técnico –que el ‘Mocho Kiko’ seguramente tendría por su especialidad en explosivos- sino mucha inversión pues no es fácil y menos barato conseguir los 80 kilos de Indugel, que tasó la Fiscalía se utilizaron para el atentado.
Tampoco es descartable que, de haber sido el Eln, estuviera buscando dar una muestra de fuerza y capacidad desestabilizadora para presionar al Gobierno no solo para la reactivación de la mesa de conversaciones de La Habana, suspendida desde agosto, sino para negociar el cese el fuego bilateral e indefinido.
Este atentado, por otra parte, está enmarcado por el Derecho Internacional Humanitario pues, al parecer, no estaba dirigido contra la población civil –como lo fue, por ejemplo, el atentado del Club El Nogal en febrero de 2003 o contra el Centro Andino, en junio de 2017– sino que su objetivo fue una guarnición castrense.
Más aún, en los últimos meses el Eln ha protagonizado varias acciones que, entre otras cosas, son las que tienen suspendida la mesa de conversaciones con el Gobierno. Entre estas están varios secuestros de personas que aún siguen en cautiverio, y más recientemente el ataque a un helicóptero civil y la retención de sus cuatro tripulantes.
A ello se agrega que esa guerrilla ha sido señalada como autor de la muerte de varios líderes sociales, y de otros tantos ataques terroristas contra la infraestructura petrolera y energética del centro-oriente colombiano.
¿Retaliación por muerte de ‘Guacho’?
Ni el Gobierno ni la Fiscalía han precisado más detalles sobre los posibles determinadores del atentado de ayer, pero en la baraja de probabilidades también se maneja una retaliación de parte de las bacrim dedicadas al narcotráfico.
Así, el pasado 21 de diciembre el propio presidente Duque confirmó al país que Walter Patricio Arizala, alias ‘Guacho’, el más temible de los ex jefes guerrilleros que no se acogió a las negociaciones de paz y que se declaró en disidencia con más de 50 de sus hombres, fue abatido en combates con el Ejército en el sur del país.
‘Guacho’ fue el creador del frente ‘Óliver Sinisterra’, considerada la estructura disidente con más poder económico de las desmovilizadas Farc en el sur del país, justamente donde se concentra el mayor número de cultivos ilícitos.
Inclusive, se dice también que detrás del atentado podría estar el ‘Clan del Golfo’, la estructura criminal más poderosa del nororiente del país, justamente donde hacen presencia Eln, Epl y otras bacrim como ‘los Caparrapos’ y donde se libra una intensa guerra por el control de las rutas del narcotráfico.
Todos los sectores se unieron en una sola voz para rechazar el regreso del terrorismo al país. Aquí, algunas reacciones.
Cardenal Rubén Salazar
Rechazamos este y todo atentado que vulnere la dignidad de las personas y de la sociedad, y manifestamos nuestra solidaridad con la Nación, la Policía, las víctimas y sus familias, e imploramos del Señor el perdón y la paz.
JEP
La Jurisdicción Especial de Paz manifiesta su enérgico rechazo y profunda preocupación frente al atentado y solicita el urgente esclarecimiento de este trágico y reprochable hecho.
Comisión de la Verdad
La Comisión se solidariza con las víctimas, los familiares y la Policía Nacional, y se une al dolor de toda Colombia ante este acto de terror. La Comisión invita a no perder la esperanza, y a continuar la tarea por la verdad, la justicia y la no repetición de la barbarie.
Corte Suprema
La justicia se une a la indignación de Colombia contra el terrorismo y actuará para investigarlo y castigarlo.
Corte Constitucional
Es un hecho que enluta al país. Solidaridad con las familias de las víctimas y con @PoliciaColombia
Procurador General
Rechazo total al ataque terrorista. No permitiremos el regreso del terrorismo en un país que se la está jugando por la paz.
Humberto de la Calle
Repudio total al carrobomba. No hay ninguna justificación. Un llamado a la reflexión. Buscar caminos. No perder lo ganado. Ante el terrorismo, firmeza. Pero también cabeza fría.
Álvaro Uribe
¡Qué dolor el carrobomba a la Escuela de Policía! ¡Que grave que la paz hubiera sido un proceso de sometimiento del Estado al terrorismo!