EN BOGOTÁ hay 652 kilómetros de ciclorruta según cifras consultadas por este medio a la Secretaría de Movilidad, entidad que, además, señaló con base en una encuesta del año 2023 que en la ciudad se realizan en promedio 886.655 viajes diarios en bicicleta.
En momentos críticos para la capital en materia de movilidad, como el reciente paro de camioneros que duró cuatro días, la bicicleta se convierte en una de las pocas opciones para los ciudadanos. Pero, ¿qué garantías de circulación, seguridad y mantenimiento de las ciclorrutas ofrecen las autoridades competentes a los usuarios de la bicicleta, especialmente en coyunturas como la ya mencionada?
Este Diario, habló al respecto con Darío Hidalgo Guerrero, profesor de Transporte y Logística de la Universidad Javeriana y con María Fernanda Ramírez Bernal, ingeniera civil, líder de Movilidad sostenible y segura, y docente en la Organización Despacio; quienes participaron recientemente en la Mesa de Expertos en Movilidad en un estudio de Probogotá.
El profesor Darío Hidalgo sostuvo que la infraestructura para usuarios de bicicleta tiene muchas variaciones en la ciudad.
“Hay ciclorrutas en andén, en separadores centrales, en calzada, con solo señalización e incluso hay tramos que lo único que tienen es unas señales que dicen “prioridad ciclista”. Algunos tramos se encuentran en mal estado de mantenimiento, especialmente algunas ciclorrutas a lo largo de canales en parques lineales que fueron realizadas por el Acueducto de Bogotá, pero que luego no pudieron seguir financiando su intervención porque no es un objeto de la prestación del servicio público de acueducto y alcantarillado. Aunque tenemos una red muy amplia y eso es bueno, tenemos muchos problemas de mantenimiento, señalización y de adecuación de la infraestructura ciclista”, afirmó.
A su turno, la docente María Fernanda Ramírez sostuvo que hay ciclorrutas que requieren mantenimiento urgente y otras cuyo diseño está perfecto con los anchos ideales, la superficie adecuada y las dimensiones perfectas.
“No se puede unificar el estado actual y esa es una recomendación fuerte para la Unidad de Mantenimiento Vial para que haga un inventario de ciclorrutas que necesitan mantenimiento”, instó.
Retos en expansión
Los expertos detallaron cuatro de los principales retos que enfrenta la ciudad en materia de expansión y mantenimiento de la red de ciclorrutas: disponibilidad de espacio, recursos, conexiones y apoyo de la ciudadanía.
“Para poder expandir la infraestructura ciclista hay que tomar carriles que hoy pueden ser de estacionamiento o circulación de vehículos o incluso espacio que se asigna a los peatones y en los dos casos esto genera rechazo. Lo segundo es la disponibilidad de recursos para la expansión de la red ciclista, pues la ciudad está en un proceso interesante de expansión de la infraestructura de transporte masivo y absorbe recursos gigantescos, por ejemplo, para la construcción del Metro y la construcción de troncales. Para poder hacer otros proyectos como la Ciclo-Alameda del Medio Milenio, se requieren recursos separados de estos recursos de expansión de red de transporte masivo y allí siempre va a haber faltantes de recursos. Ahí estamos muy mal porque no se asignan suficientes recursos al mantenimiento ni de la malla vial ni de los andenes ni de las ciclorrutas”, advirtió el docente de la Universidad Javeriana.
Por su parte, la líder de Movilidad Sostenible indicó que en el plan que dejaron la otrora alcaldesa Claudia López y secretaria de la cartera, Deyanira Ávila para expandir las ciclorrutas, no tuvieron en cuenta su diseño ni ubicación detallada.
“El reto es identificar las conexiones principales porque ya se sabe dónde deben estar las troncales, pero no se sabe en dónde deben estar las conectantes en los barrios y en las vías secundarias. El segundo reto es que la ciudadanía deje hacer las ciclorrutas porque algunas veces la intervención de vías para redistribuir el espacio vial en aras de que quepa la ciclorruta y pueda diseñarse e implementarse de manera segura, puede generar rechazo de la ciudadanía”, explicó Ramírez.
Integración vial
En lo que respecta a la manera en la que las ciclorrutas se integran con otros medios de transporte como Transmilenio o los buses zonales, los docentes coincidieron en que es un tema que, aunque ya existe podría mejorar.
El profesor Darío Hidalgo propuso la creación de más ciclorrutas transversales y longitudinales, que lleguen a las estaciones principales y que esas estaciones tengan espacio seguro para estacionar las bicicletas.
Por su parte, la profesora María Fernanda Ramírez propuso hacer más cicloparqueaderos cercanos o dentro de las estaciones de Transmilenio para que cuando los usuarios lleguen a Transmilenio en bicicleta, la puedan dejar segura en la estación del Transmilenio o paraderos de buses zonales y subirse a un articulado. Asimismo, propuso que el Sistema de Bicicletas Compartidas de Tembici se conecte con Transmilenio a través de una recarga en la tarjeta Tu Llave, con la que se pueda activar una bicicleta y utilizarla.
Seguridad vial y personal
Por último, los expertos explicaron las diferencias entre seguridad vial y personal para los usuarios de bicicleta y la manera en la que estos aspectos se están viendo vulnerados.
“La seguridad tanto vial como personal siempre será un reto para aumentar y mejorar el uso de la bicicleta. En términos de seguridad personal los robos, atracos y el poder dejar la bicicleta estacionada en un sitio seguro, son tal vez de las barreras más importantes que hay que superar para el uso de la bicicleta. También el acoso a mujeres en el espacio público. Con respecto a la seguridad vial, lo que hemos observado es que con el aumento de uso de bicicleta también han aumentado el número de usuarios que son atropellados y mueren o tienen lesiones graves. Necesitamos más infraestructura segura y respeto por parte de los vehículos motorizados, especialmente los más grandes que tienen puntos ciegos como los buses o los camiones”, aseveró Darío Hidalgo.
Por su parte, María Fernanda Ramírez sostuvo que Bogotá está mejorando en seguridad vial. “Según cifras del Observatorio Distrital de Movilidad para el año 2022 había 81 muertos y en el 2023 hubo 25, es decir, 20 personas muertas menos. Es un muy buen indicador. En lo que va de este año se han registrado 34 muertes y en proporción se espera que haya menos ciclistas muertos al final del año”, explicó.
“El problema con los ciclistas ahora es la seguridad personal, pues ya no están muriendo en la vía, sino que están siendo víctimas de robos, asaltos y en el caso de las mujeres de acoso y violaciones por ser ciclistas. Los ciclistas empiezan a tomar la decisión de buscar y tener seguridad vial o seguridad personal. Lo que toca mejorar es la seguridad personal y eso se logra con intervención de más policías, zonas más iluminadas, infraestructura que esté segregada e iluminada”, concluyó.
Cabe mencionar que, en mayo de este año, el Concejo de Bogotá aprobó la inclusión de la bicicleta en el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP).