Uno de los mayores tesoros subacuáticos del mundo y una parte destacada de la historia de Colombia y de España del siglo XVII, guarda el Galeón San José y por lo tanto es vigilado las 24 horas del día con un sistema de seguridad integral periférica, con tecnología de punta y con los buques, submarinos y aeronaves de la Armada.
El director general Marítimo, almirante Juan Francisco Herrera, quien tiene a su cargo las operaciones de vigilancia y control del área, entre otras actividades, recordó que el lunes 8 de Junio de 1708, hace 312 años, se registró el hundimiento del San José en una “emboscada” cerca a Cartagena por una flota de naves inglesas.
Explicó que, de acuerdo con la historia, los ingleses pretendían apoderarse del navío y de su valioso cargamento, pero en el intercambio de fuego el Galeón sufrió una explosión que lo llevó al fondo del océano.
“En realidad el San José guarda uno de los más importantes y mayores tesoros subacuáticos del mundo y por supuesto una historia de Colombia y de España. En los registros se habla de cañones de bronce y en sus bodegas llevaba piezas de cerámica española, botijos, cántaros y jarras; varias toneladas de doblones, barras de oro y de plata, escudos de oro, así como toneladas de joyas, piedras preciosas y otros elementos considerados como patrimonio cultural”, explicó.
Señaló que debido a ese patrimonio y riqueza cultural, la Dirección General Marítima (Dimar) tiene a su cargo su protección y unos cursos de investigación. Por esta razón se prepara a un personal para que conozca todo lo que tiene que ver con el patrimonio sumergido. “Es un trabajo interinstitucional a través del Ministerio de la Cultura y del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh). Cada día vamos adquiriendo más capacidades y podríamos, inclusive, llegar a hacer esa intervención directamente”.
“Mientras llegamos a esa fase hemos venido preparando y capacitando al personal y por supuesto adquiriendo los sistemas y equipos para poder llevar a cabo ese gran objetivo que sería esa recuperación de esa muestra histórica tan importante para Colombia”, dijo.
Así mismo, el almirante Herrera explicó que la seguridad “integral periférica” las 24 horas del día para proteger la riqueza cultural de la embarcación hundida a unos 600 metros de profundidad, quiere decir que “hacemos un estricto control y monitoreo de cada embarcación que por una u otra razón navega por el sector”.
“Cuando una embarcación ingresa a la zona de protección es objeto de estricta vigilancia y de seguimiento para establecer su comportamiento y evitar que genere alguna actividad de investigación o exploración con sensores o equipos altamente sofisticados y con tecnología de punta”, indicó.
Aclaró que “el monitoreo se lleva a cabo entre la Armada Nacional y la Dimar, en la zona donde se registró el naufragio y se vigila que las embarcaciones que hacen tránsito por este lugar mantengan su velocidad, que no hagan maniobras sospechosas, que reduzcan su velocidad o se queden quietas, para hacer investigaciones y exploraciones, porque los buzos no pueden descender a esas profundidades”.
El almirante Herrera afirmó que “cuando ocurre un evento sospechoso de inmediato nuestras torres de control de tráfico marítimo hacen contacto y conocen que está pasando o simplemente acude una patrullera del Guardacostas y analiza qué equipos y qué elementos llevan o transportan para su tránsito y destino. Es decir, serían sometidos a una segunda revisión, pues antes del zarpe se hace una inspección rigurosa y en teoría se restringe todo lo que sean equipos para investigación científica submarina”.
“Si nosotros vemos una embarcación que está haciendo un desplazamiento entre dos puntos continentales o de un área insular hacia la continental, en forma normal, no tiene ningún inconveniente, pero lo que no es normal es navegar y detenerse a investigar y ahí es donde pueden tener dificultades esas embarcaciones por las inspecciones rigurosas de nuestros guardacostas”, añadió.
Cazatesoros
En cuanto a los cazatesoros, el almirante Herrera Leal, precisó que “nosotros sabemos muy bien todos estos procesos y además contamos con la experiencia en España, donde una fortuna de 500.000 monedas de plata y oro, la mayor fortuna jamás sacada de una embarcación fueron rescatadas por una compañía de cazatesoros en el 2007. Las monedas fueron halladas en la Fragata Nuestra Señora de Las Mercedes”, hundida el 5 de octubre de 1804 por una flota inglesa.
Acotó que “un juez del Estado de La Florida, Estados Unidos, ordenó devolver a España cada una de las monedas recuperadas por la firma cazatesoros. Por esta razón, nosotros estamos pendientes de todos estos procesos para evitar que este tipo de situaciones se puedan presentar con el Galeón San José”.
De otro lado, dijo que “el servicio de Guardacostas, la misma Dimar y la Armada Nacional cuentan con la tecnología de punta para supervisar que no aparezcan en la zona protegida submarinos y minisubmarinos empleados para exploración científica y otros procedimientos”.
“En general estamos con nuestras capitanías de puerto, con las unidades navales y de guardacostas verificando en forma permanente todo el tránsito de embarcaciones, sus tripulaciones y pasajeros y además qué equipos transportan y con qué fines y la zona donde se encuentra el Galeón San José es objeto de monitoreo permanente y además, empleamos todas nuestras capacidades desde sobrevuelos con helicópteros, con aviones, con drones y otros sistemas de vigilancia”, aseguró.
Recordó que “nosotros somos la parte técnica del proyecto y la parte jurídica la tiene el Estado a través del Ministerio de la Cultura. Mientras tanto nosotros preparamos a nuestros hombres y mujeres en todo lo relacionado con el patrimonio cultural sumergido y fortalecemos nuestras capacidades de investigación”.
“El Gobierno nacional expidió la Ley 1675 de 2013 que tiene por objeto establecer las condiciones para proteger, visibilizar y recuperar el Patrimonio Cultural Sumergido, en este caso hablamos del Galeón San José. Y, a través de una Asociación Público Privada (APP) han surgido algunas situaciones de carácter jurídico que mantienen frenado un poco el proceso, pero sabemos que el ejecutivo trabaja para buscar soluciones, mientras que nosotros seguimos trabajando en las investigaciones y en su protección”, señaló el Oficial.
Reiteró en “que hemos venido construyendo esa ruta a través del Instituto Colombiano de Antropología e Historia y a nivel de la DIMAR ya contamos con la creación de un área que se denomina patrimonio sumergido. Trabajamos para tener un personal que sepa de estos temas y sobre todo para que con el Ministerio de la Cultura y ya en unos niveles superiores de doctorado, podamos tener esas capacidades, hacer la clasificación y finalmente con este inventario poder empezar ya a producir la posibilidad de poder recuperar estos elementos que están en el fondo del mar”.