Aunque la emergencia ya fue controladas, a esta hora las comunidades se encuentran reunidas para revisar los daños

Un niño de la comunidad  Kogui muerto, 800 hectáreas de naturaleza se convirtieron en ceniza, hogares de las poblaciones indígenas destruidos, es el saldo que dejó el gran incendio en la Sierra Nevada de Santa Marta que comenzó a finales del mes pasado

Y si bien ya fue controlada la emergencia, los resguardos indígenas se mantienen en emergencia ambiental, social y cultural, ya que debido al difícil acceso en la zona alta de la Sierra, donde se encontraban los focos de calor, fue muy complicado controlar el fuego y de esta manera proteger a la población que allí habita. 

Ahora la población está enfocada en recuperar y reconstruir lo que perdieron, ya que muchos se quedaron sin casas, todo lo que tenían en ellas y también los cultivos que son su sustento. Algunos sitios sagrados fueron también afectados.

En ese orden de ideas, los mamos mayores y autoridades tradicionales están reunidos en los sitios afectados por las llamas, realizando las consultas tradicionales sobre cuando empezar el proceso de reconstrucción y en qué lugar hacerlo.

La comunidad Arhuaca destruida es Séynimin, aproximadamente 60 familias fueron afectadas y las casas de 50 familias del  resguardo Kogi Malayo Arhuaco en la comunidad de Waneyaka fueron destruidas.