Tras las denuncias de abuso sexual y psicológico en la Liga Santandereana de Atletismo la Fiscalía asignó un fiscal especializado de la unidad de Caivas, Centro Atención Integral Víctimas de Abuso Sexual para esclarecer los hechos que acusan al entrenador como el perpetrador.
Según las denuncias, los abusos se vienen cometiendo desde 2019 y fue una deportista, de un club de la Liga Santandereana de Atletismo quien rompió el silencio y denunció que hace dos años fue víctima de abuso.
"En los entrenamientos fue bastante exigente y era muy grosero cuando no hacíamos los tiempos que él quería. A mí me decía que tenía las mejores nalgas del estadio y me decía a mí y a otra compañera que las nalgas de nosotros estaban muy buenas, y cuando pasábamos nos decía que ahí iban los dos mejores culos del estadio", cuenta la joven.
La denunciante relata que el entrenador la obligaba a acompañarlo a hacer mercado, "me decía que yo tenía que ser agradecida porque él no me estaba cobrando los entrenamientos". Del mismo modo la joven cuenta que fue víctima de maltrato psicológico pues el entrenador le pedía que le diera la oportunidad de ser "el mi primer hombre".
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"Mientras hacíamos ese recorrido me preguntaba que si yo era virgen, que cómo tenía mi zona íntima, que si estaba pulpa. Me decía que si le daba la oportunidad de que él fuera mi primer hombre y me decía que eso tenía que quedar entre los dos, que no podía salir de ahí", relata la joven.
La joven reveló tras los reiterados comportamientos inapropiados decidió contarle la situación a sus padres. Incluso la joven, notable mente afectada comenta que durante un tiempo que presentó un a lesión, su entrador se ofreció a hacerle masajes, sin embargo aprovecho la situación para sobrepasarse.
"En ocasiones me hizo ir al baño. Me decía que llevara una colchoneta y me hizo masajes en el baño. Me soltaba el sostén, pero era la espalda, entonces no le vi problema, pero sí me sentí incomoda. En una ocasión, me bajó la licra con los calzones y me estaba tocando, me masajeaba las nalgas", relata.
"Se le notaba mucho la morbosidad. Cuando yo le conté a mis papás, estaba dudosa, porque no sabía si me iban a creer. Algunas veces yo intentaba grabar con mi celular las conversaciones con él, pero la mayoría de veces prefería pedirle a algún amigo que me acompañara para que no tuviera contacto con él, entonces poco grabé", dice.
Aunque la deportista comentó para el Tiempo que la situación "no pasó a mayores" porque siempre llegaba alguna persona, la situación ya esta en manos de las autoridades por que al parecer hay menores de edad implicados.