Estudio también indica que esta guerrilla ha visto un resurgimiento y que sigue secuestrando y atacando los servicios de seguridad, así como la infraestructura económica, en particular el petróleo, gasoductos y torres de energía. Además que se financia con minería ilegal y actividades de narcotráfico
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“El Eln ha visto un resurgimiento y en algunas áreas de Colombia está llenando el vacío dejado por los excombatientes de las Farc que abandonaron el campo de batalla”. Así lo señala el estudio “Informes de países sobre terrorismo 2019”, que reveló ayer el Departamento de Estado de Estados Unidos en que hace un balance de la situación que se presenta en diferentes regiones del mundo y los avances en la lucha contra este flagelo.
El informe dice que se estima que hay alrededor de 3.000 miembros activos del Eln, “de los cuales 1.400 según el Gobierno acampan al otro lado de la frontera en Venezuela. Las autoridades colombianas declaran públicamente que hay 36 campamentos del Eln ubicados estratégicamente en el lado de Venezuela de la frontera”.
Agregó el Departamento de Estado -en este informe que preparó para presentar al Congreso norteamericano- que en 2019, el Eln y los disidentes de las Farc que no se acogieron al acuerdo de paz continuaron cometiendo crímenes y actos de terror en todo el país, incluidos bombardeos, violencia contra poblaciones civiles y ataques violentos contra instalaciones militares y policiales.
Recoge el informe que en enero de 2019, “un terrorista del Eln detonó un coche bomba dentro de la academia de Policía Nacional de Colombia en Bogotá, matando a 22 cadetes e hiriendo a 87”.
Añade “que el Eln sigue enfocado en atacar los servicios de seguridad y la infraestructura económica, en particular el petróleo y gasoductos, y torres de electricidad”, así como en “cometer crímenes y actos de terror en todo el país, incluida la violencia contra las poblaciones civiles en Colombia y Venezuela”. Destaca también que esta guerrilla no ha cesado en la práctica del secuestro de civiles y uniformados.
Dice también que obtiene su financiación de extorsionar a compañías extranjeras y locales, del secuestro, la minería ilegal y el tráfico de narcóticos.
Estados Unidos incluyó en octubre de 1997 al Eln en su lista mundial de organizaciones terroristas.
Fronteras
El estudio “Informes de países sobre terrorismo 2019” señala que el “terreno accidentado y la densa cubierta forestal, junto con las bajas densidades de población y la presencia históricamente débil del Gobierno, definen las fronteras de Colombia con Brasil, Ecuador, Perú y Venezuela. Históricamente, estas condiciones han permitido que operen grupos terroristas”, en particular el Eln y los disidentes de las Farc.
Añade que “la seguridad fronteriza colombiana siguió siendo un área de vulnerabilidad ya que los agentes de la ley continuaron enfrentando el desafío de trabajar en áreas con fronteras porosas, topografía difícil, grupos armados ilegales y tráfico de drogas”.
No obstante, destaca el informe que las mejores relaciones con el vecino Ecuador han llevado a una mayor cooperación en cuestiones de aplicación de la ley. Colombia también continuó cooperando y compartiendo información con el Servicio Nacional de Fronteras de Panamá. Además, el Gobierno de Colombia cooperó con Brasil para abordar áreas potencialmente problemáticas a lo largo de sus fronteras compartidas.
Agrega el informe que Cuba y Venezuela “continuaron proporcionando entornos permisivos para los terroristas. En Venezuela, individuos vinculados a disidentes de las Farc (que siguen comprometidos con el terrorismo a pesar del acuerdo de paz) y el Eln, así como simpatizantes de Hezbolá, estuvieron presentes en el país. Nicolás Maduro ha dado la bienvenida abiertamente a los exlíderes de las Farc que anunciaron un regreso a las actividades terroristas”.
Recoge también el informe, que los miembros del Eln que estaban en La Habana para llevar a cabo conversaciones de paz con el gobierno de Juan Manuel Santos desde 2017, no fueron entregados a Colombia en extradición como lo solicitó la administración de Iván Duque después que esta organización se atribuyera la responsabilidad del atentado contra la Escuela General Santander.
Coinciden informes
Un reciente estudio de la Fundación Ideas para la Paz (FIP) señala que en los últimos cinco años, el Eln ha aumentado su pie de fuerza y se ha expandido a regiones en las que antes operaban las Farc. “Además, preocupa su creciente influencia en Venezuela, donde controla zonas claves para la extracción de recursos naturales”, indica.
Añadió que “el fortalecimiento del Eln es evidente. Solo en 2017 se habrían vinculado cerca de 1.000 miembros y, según la más reciente estimación de la Fuerza Pública, para 2018 contaba con más de 4.000 integrantes. Como esta guerrilla no es exclusivamente militar, se estima que podría tener entre 4.000 y 5.000 milicianos”.
La FIP indica -en cuanto a la expansión del Eln- que ha logrado llegar a regiones donde en el pasado no tenía presencia y en las que antes operaban las Farc.
Esta situación coincide, según esta ONG, con el proceso de desarme de las Farc y el periodo de negociación del Eln durante el gobierno de Juan Manuel Santos.
Agrega la FIP que “sin embargo, la llegada de esta guerrilla a zonas que eran de influencia fariana, le ha significado enfrentarse a disputas territoriales con otros grupos ilegales -como el Clan del Golfo-, que también llegaron a ocupar el espacio dejado por las Farc. Hoy, el Eln hace presencia en regiones como el nordeste de Antioquia, el Bajo Atrato en el Pacífico norte, y algunas regiones de Nariño, enclaves históricos de las Farc”.
Disidencias
El informe norteamericano sobre terrorismo hace alusión también a las disidencias de combatientes de las Farc que no se sumaron al acuerdo de paz. “Se estima que 2.600 disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) que nunca se desmovilizaron, abandonaron el proceso de paz o son nuevos reclutas, continuaron con ataques violentos, principalmente para permitir el tráfico de narcóticos y otras actividades criminales”, reseña.
No obstante, el Departamento de Estado destaca en su informe que a diciembre de 2019, aproximadamente 13.000 excombatientes de las Farc (incluidos exguerrilleros de base y milicias) continúan participando en el proceso de reintegración basado en el acuerdo de paz de 2016. Los desafíos actuales a la implementación del acuerdo de paz y los continuos vacíos de seguridad han creado riesgos para la actividad terrorista y ataques contra civiles, fuerzas de seguridad e infraestructura en algunas áreas durante 2019”.