“Estamos en una sociedad que no tiene tiempo” | El Nuevo Siglo
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Domingo, 14 de Abril de 2019
Redacción Nacional
Comienza hoy la Semana Santa, ¿cuál es el mensaje principal de la Iglesia Católica para esta ocasión? ¿Cree que hay ambiente para el perdón? ¿Cómo están las vocaciones? ¿Qué pasa con las investigaciones sobre abusos sexuales? ¿Cómo ve la jerarquía católica el país? Responde el presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana, monseñor Óscar Urbina Ortega

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EL NUEVO SIGLO: ¿Cuál es el mensaje central de la Iglesia para esta Semana Mayor?

MONSEÑOR OSCAR URBINA: El mensaje no puede ser otro que una invitación a volver a Dios con la connotación del momento histórico que estamos viviendo. Resaltaría, en primer lugar, que es un tiempo muy propicio para un encuentro, primero, con nosotros mismos. O sea, estos días santos, esté donde esté (en una finca u otro lugar), son un tiempo muy bonito de encuentro porque son como espacios en que se hace una pausa, mucho más que en Navidad. Es un tiempo especial para encontrarnos con nosotros mismos, situarnos ante nosotros mismos, escucharnos en nuestra intimidad.

Hay una segunda realidad: es un tiempo muy bonito para el encuentro con los demás. Resaltaría especialmente el tema de la familia porque estamos en una sociedad que no tiene tiempo. El permitir que haya un encuentro con las otras personas también es valioso. Y, claro, además es un encuentro con Dios. Como el Papa nos ha insistido: es un tiempo de rescatar los mensajes de reconciliación, ya que es una semana propicia para sanar heridas, reconciliarnos y volvernos a encontrar con las demás personas.

Hay que construir relaciones de confianza, porque hoy estamos en una sociedad tremendamente desconfiada, víctima de todo lo que ha vivido. Entonces es el rescate de una confianza mutua para la construcción personal, familiar, comunitaria. La Semana Santa, con la celebración y aceptación de nuestra fe cristiana, nos ayuda a ello.

ENS: ¿En un país que ha vivido décadas de guerra y hoy está polarizado es viable el perdón?

MOU:- Creo que sí. El pueblo colombiano tiene en su alma una realidad que no es fácil de describir: así como es capaz de las cosas más horrorosas, es capaz también de cuestiones grandes. Está en todas las personas influir sobre otras, trabajar en la reconciliación. Sabemos que es un camino largo.

Cumplimos 71 años de haber empezado toda esta violencia a partir de la muerte de Jorge Eliécer  Gaitán. Construir la reconciliación que deje atrás toda esa violencia que se desató desde entonces hasta ahora, ha sido camino largo, pero esto sigue. Ejemplo de ello es Ruanda, que es un pueblo que camina hacia la reconciliación. Nuestra alma colombiana tiene mucha riqueza para hacer y recorrer ese camino de reconciliación.

ENS: Hay quienes dicen que el colombiano tiene una cultura propensa a la venganza, el resentimiento y poco dada al perdón, ¿eso es cierto?

MOU: Es cierto pero también tienen un alma muy sensible y pienso que ahí es donde entra un elemento muy pedagógico: la reconciliación que todos podemos hacer -como decía ahora- desde la familia y la escuela, en la cultura, las comunicaciones, la academia o la Iglesia. Un trabajo que requiere tiempo porque la vida no se da de un momento para otro. Es decir, nunca un árbol crece en una semana sino que media un tiempo largo durante el cual también da sus frutos. Entonces, miro con esperanza esa realidad de que es posible, en medio de tanta violencia y de esos sentimientos de venganza que llevamos, desatar la chispa que también hay de bondad, generosidad y disponibilidad para la reconciliación.

ENS: ¿Hoy, Domingo de Ramos, cómo ve la Iglesia esas celebraciones un poco extremas o drásticas como subir de rodillas al santuario de Monserrate o los penitentes de Santo Tomás (Atlántico)?

MOU: Es una realidad que no podemos condenar. Creo que lo que hay en el corazón baja a las manos y a las rodillas. Cuando hay bondad, se manifiesta; cuando hay deseo de que la vida cambie, uno se sacrifica. Yo miro con mucho respeto esas tradiciones, algunas -como usted dice- las podríamos calificar de exageradas, pero también valoro las expresiones que la gente tiene sobre algo que lleva en lo más profundo y que quizá no puede verbalizar sino representar en esas penitencias y manifestaciones.

ENS: En esa misma línea, ¿la Iglesia todavía considera esa especie de mandato según el cual el Viernes Santo no se puede comer carne roja?

MOU: Nosotros tenemos en la tradición de la Iglesia el Miércoles de Ceniza, y los Viernes de Cuaresma hacemos lo que se llamaba “la vigilia”. El Viernes Santo está considerado así también y eso se observa en todo el mundo, en cuanto a cambiar ese día la carne roja por el pescado. Pero también en algunas zonas rurales, que no son religiosas, ese día se consume un alimento especial porque es un día de abstinencia. Para nosotros, en personas menores de 60 años, se recomienda el ayuno como una praxis que está dentro de la celebración del misterio central del cristianismo que se conmemora en esos tres días: la pasión, crucifixión, muerte y resurrección del Señor.

¿Crisis de vocación?

ENS: La Semana Santa es la época en donde más se ve la manifestación del cristianismo en un país como el nuestro, ¿qué tanto están las nuevas generaciones profesando el catolicismo y qué tanto se han ido para otras religiones?

MOU: Pienso que hay de todo. Pero hay una cosa muy bonita y es que desde el origen judío, y nosotros pues somos herederos de nuestros antiguos padres que están en el judaísmo, la Pascua para ellos era una fiesta familiar y en cierta manera se conserva eso. Por ejemplo, como no hay clases ni trabajo, los papás suelen salir en familia y participar en familia de las celebraciones. Uno encuentra en los templos niños, jóvenes y adultos, o sea la misma familia casi entera que va a los oficios religiosos. También hay personas que no creen y eso lo respetamos profundamente o que están en otros credos.

Incluso he visto también en otras manifestaciones cristianas que aprovechan estos días también para tener encuentros de la palabra y celebraciones propias, no como las tenemos nosotros, que son características del catolicismo, pero sí paralelas.

ENS: ¿Cómo está hoy la parte vocacional católica en el país? ¿Hay mayor o menor número de personas en los seminarios y conventos?

MOU: Hay una disminución, especialmente en algunas comunidades femeninas. Pero, por ejemplo, en cuanto a los sacerdotes diocesanos, que son los que llevan las parroquias, normalmente tenemos en todos los seminarios un buen número de vocaciones. Yo, incluso, tengo aquí casi 70 jóvenes estudiando y eso que acá, los Llanos, son los de menor población. Y hay también ciertas regiones del país donde hay muchas vocaciones, como es Antioquia, el Eje Cafetero, Boyacá y Santander. Eso va muy paralelo con las regiones que se han caracterizado siempre por una vivencia religiosa mayor y que son fruto de los procesos de evangelización. En donde se ha logrado desatar esos procesos uno ve los frutos en las vocaciones que surgen.

ENS

Lucha contra abusos

ENS: El discurso del cardenal colombiano Rubén Salazar en la reciente cumbre en El Vaticano sobre los escándalos de pederastia fue muy comentado, ¿cómo está la Iglesia local en cuanto a investigaciones al respecto?

MOU: Nosotros desde muy temprano, cuando ya se empezó a trabajar de una manera más coordinada con la Santa Sede, hemos seguido todos los caminos que ella ha trazado.

Tuvimos un encuentro para darle cualificación a los procesos que estamos llevando. Pues en esto el criterio es cero tolerancia y estar atentos a un trabajo grande de prevención. Hicimos una reunión en noviembre del año pasado y estamos a la espera del documento que tiene que producir la Santa Sede para orientarnos aún más en el trabajo que estamos haciendo.

Hemos generado una comisión especialmente interdisciplinar, mayoritariamente de laicos, que nos va a ayudar sobre todo a orientar las diócesis en el trabajo. En todas ellas estamos creando esas comisiones para que nos ayuden a reconocer con claridad lo que ha pasado y sanar, digamos, hacia adelante, así como prevenir para que esto no vuelva a pasar.

Igualmente estamos haciendo procesos muy serios en la selección de los jóvenes en los seminarios y en el acompañamiento a los sacerdotes en ejercicio. También en las realidades que nos acompañan en el trabajo, que es muy grande, porque tenemos catequesis con los niños, en los colegios, en diversos espacios, y allí hay acciones muy concretas de protocolos a seguir para que sean espacios que garanticen el cuidado de los niños.

O sea, se trabaja no solo en reconocer lo que ha pasado, sino también en abrir espacios nuevos para la prevención así como en la acogida, cuando hay acusaciones, para hacer los procesos y pedir a las familias que ellas, de manera especial, sean las que ayuden a que las autoridades civiles también conozcan las situaciones y se hagan los procesos debidos.
 

 

Situación del país

ENS: ¿Cómo está hoy en Colombia en cuanto a guerra y posconflicto?, desde el punto de vista de la Iglesia, que tiene contacto directo con las comunidades todos los días.

MOU: Nosotros acabamos de recibir un informe del Instituto Kroc, que hace seguimiento a la implementación de los acuerdos. Hemos visto con interés que se constata que la implementación no se ha detenido, que va avanzando en algunos lugares, con más lentitud en unos que otros, pero va caminando. Esperamos que se mantenga ese compromiso y es muy importante que avancen en los puntos que hacen más impacto en las regiones donde el conflicto con las Farc dejó graves consecuencias.

La implementación de los acuerdos debe abrir la puerta a una construcción de paz a largo plazo, pero pienso que se ha caminado, con las dificultades que tiene un camino como este y, como hemos anotado antes, está en el contexto y en el horizonte también de los mismos procesos de reconciliación.

ENS: ¿La Iglesia hizo algún pronunciamiento sobre las objeciones presidenciales a la JEP?

MOU: No nos metemos directamente en esos asuntos porque son estrictamente políticos, y nosotros tenemos un principio muy claro, que también nos recalcó directamente el Papa cuando nos habló en el Palacio Arzobispal a los obispos: nosotros somos pastores no somos ni políticos ni técnicos. Mantenemos el respeto y la autonomía que debemos tener por las instancias republicanas, del Parlamento en sus dos cámaras, del sistema judicial y del gobierno.

ENS: Por último, ¿en esta época de elecciones tiene información de sacerdotes o religiosas que hayan pedido una dispensa para poder lanzarse como candidatos?

MOU: Siempre se presentarán porque hay algunos a los que les dará esa tentación, pero no hasta este momento. Oí por ahí de un sacerdote pero no tengo la certeza de eso. Pienso que ese es un papel muy especial de los laicos y que cuando un sacerdote llega allá, es como decir que en su territorio no hay un laico que pueda asumir esa responsabilidad, que es propia de ellos.  Me parece muy triste que se tenga que llegar a eso.