“El distanciamiento de dos metros es fácil en las áreas de los templos, con mucha más eficacia que el distanciamiento en un Transmilenio o el transporte público”, consideró el padre Jorge Enrique Bustamante, director del Departamento de Doctrina y Animación Bíblica de la Conferencia Episcopal de Colombia.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo se reabrirán las parroquias en esta pandemia?
JORGE ENRIQUE BUSTAMANTE: La reapertura está sujeta a la aprobación de un protocolo que la Iglesia Católica ha presentado a consideración del Gobierno nacional. Esa reapertura se realizará con el aval de las autoridades competentes de autoridades sanitarias y autoridades civiles de los lugares.
Será una reapertura que se la hemos planteado de forma progresiva y gradual, iniciando en municipios no Covid y avanzando también en un marco de un aforo que permita garantizar ciertas medidas de bioseguridad.
ENS: ¿En dónde se han reabierto parroquias?
JEB: Tenemos la presencia confirmada, por lo que el país ya conoce, en el municipio de Neira, Caldas. Llevan ya varios días con la autorización de las autoridades locales funcionando con un aforo entre 10 y 20 personas. Ha funcionado perfectamente.
El alcalde del municipio de El Espinal, en el departamento del Tolima, ayer dio el aval a la Diócesis de El Espinal, que está muy equipada con una máquina de última tecnología para la bioseguridad de las personas. Y comenzó ya a funcionar.
Hay otros lugares más distantes en el país, sobre todo en las zonas rurales, donde los alcaldes han permitido un funcionamiento mínimo, donde en convenio con el párroco han dicho que tres o cuatro personas, manteniendo la distancia y a puerta cerrada. Pero por el momento, estamos esperando el aval de manera oficial.
ENS: ¿Qué se ha pensado?
JEB: Tendríamos que organizar un plan piloto de uno, dos o tres días. Hemos propuesto realizarlo en el municipio de Salamina, Caldas. Esperamos contar con el aval del Ministerio del Interior para llevarlo a cabo en el transcurso de estos días que hacen falta o el inicio de la semana entrante, ya contar con el aval nacional para la reapertura de los municipios no Covid.
ENS: ¿Cómo es el protocolo propuesto?
JEB: Los protocolos incluyen las medidas propias de bioseguridad.
El distanciamiento de dos metros es fácil en las áreas en los templos, con mucha más eficacia que el distanciamiento en un Transmilenio o el transporte público.
También la desinfección del lugar antes y después de cada ceremonia, con los elementos propios y detergentes autorizados para tal fin. El brindar también el gel o el alcohol al ingreso de la ceremonia. El uso de los elementos personales de protección como la mascarilla.
También para las limitaciones de las personas, como los mayores de 70 años o personas en riesgo de enfermedades. Y los niños. Estos no podrán asistir. Tendremos que acoger esa norma.
ENS: ¿Qué otros puntos prevé el protocolo?
JEB: Prevé algunas normas específicas de la realización litúrgica de la Iglesia Católica, que por su propia especificidad y su forma de celebrar ha tenido que presentar a consideración del Gobierno, que hemos tenido que modificar algunos aspectos para garantizar esa bioseguridad, para proteger a nuestros fieles.
Entre ellos, por ejemplo, el saludo de paz se omite o se remplazará por un gesto que no implique contacto físico.
Asimismo, por ejemplo, la comunión: se prevé entregar la sagrada comunión sin el diálogo previo que siempre se tiene con cada fiel.
ENS: En el caso de Bogotá, ¿se demoraría un poco más la reactivación?
JEB: Una vez se nos apruebe el protocolo a nivel nacional, entraremos en diálogo con la Alcaldesa y tendremos que tener en cuenta la diferenciación de la sectorización.
Reconocemos que hay un alto riesgo en sectores. De acuerdo a los que se les ha asignado (como el color naranja o el color rojo) va ser una reapertura muy tardía. Pero en otras localidades muy seguramente en la medida que avancemos en el protocolo esperamos contar con el aval de ir implementando.
Realmente la reactivación de la vida social en Colombia incluye la vida espiritual. El hombre no solamente es reactivarlo en la economía o una empresa, con el debido respeto. Una Iglesia está en la capacidad brindar los protocolos de seguridad. Una persona no tiene que coger transporte público, como lo tiene que hacer un trabajador para ir a su empresa, para ir a orar, porque su parroquia está dentro del área de residencia. Son cinco, diez minutos máximo a pie. Y va con el distanciamiento.