Esta noche Bogotá inaugurará la primera Orquesta Filarmónica conformada solo por mujeres y su directora, Paola Ávila, habló con EL NUEVO SIGLO sobre esta nueva apuesta y lo difícil que ha sido para las féminas abrirse paso en el mundo de la música clásica
EL NUEVO SIGLO: Bogotá tiene una tradición de música clásica amplia. ¿Por qué cree que hasta ahora la ciudad capital va a tener una orquesta conformada y dirigida exclusivamente por mujeres?
PAOLA ÁVILA: Si te soy sincera, yo siento que esta es una muestra más de la necesidad de crear este tipo de agrupaciones. Que de hecho sea novedoso que haya una orquesta filarmónica conformada por mujeres y dirigida por una mujer, creo que es un espejo de nuestra sociedad. Entendiendo que es muy tarde, pues es mejor tarde que nunca. Creo que por eso nació esta iniciativa en este momento: precisamente para que en un futuro esto deje de ser algo sorprendente y noticioso.
ENS: El mundo de la música clásica ha estado dominado por hombres... ¿Por qué cree que la participación de las mujeres como directoras de orquesta ha sido tan reducida?
AV: Mi respuesta siempre será que todo, lo bueno y lo malo, proviene de la educación. Tristemente, y no solamente en la música clásica, la educación en general nos llegó muy tarde. Para que una mujer músico profesional pueda pararse frente a una orquesta y con una batuta como directora, necesita un background muy grande de formación. Siento que esta falencia histórica, que viene de muchos años atrás, es lo que ha hecho que hoy todavía sea muy desequilibrada la participación de las mujeres en este ámbito.
Entonces yo reconozco que el mundo está corriendo en la dirección correcta, en estos momentos estamos viendo un auge, en este momento hay un concurso solamente para mujeres directoras en París. Es evidente que hay un movimiento, pero si miramos las estadísticas, estas siguen siendo muy desfavorables.
Esto toca atacarlo de raíz ofreciendo educación a todas nuestras niñas y mujeres desde muy corta edad, y hacerles entender que ellas pueden tener acceso a lo que ellas sueñen. Y ese también es el objetivo de nuestra Orquesta Filarmónica: que las futuras generaciones vean una tarima llena de mujeres, liderando e interpretando, para que tal vez entiendan que ellas también pueden lograrlo. Y que pueden llegar a estos escenarios más rápido de lo que llegamos nosotras en esta generación, así como las generaciones precedentes a la nuestra.
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ENS: Si el problema es de educación y de acceso, ¿cómo ve a Colombia y a Bogotá en el tema de fomentar la educación musical en las mujeres?
AV: Creo que la Orquesta Filarmónica de Bogotá está haciendo un alto en el camino en ese sentido con la creación de esta agrupación, y siento que definitivamente va a haber un antes y un después por todo lo que esto va a significar.
Yo valoro mucho el esfuerzo que sentimos que se está haciendo, pero te lo repito: no es suficiente y no podemos sentir que el trabajo ya está solamente porque ahora exista una orquesta femenina con una mujer directora. Esta es una victoria, pero no es razón para pensar que estamos del otro lado.
ENS: ¿Con este 'boom' de los movimientos feministas, del "Me too movement", cree que ese avance y apertura para las mujeres ha sido más rápido en los últimos años?
AV: Sin duda. En estos últimos 20 años es innegable que los espacios para las mujeres se han abierto de una manera mucho más acelerada y no solo en la música clásica. Con el auge de movimientos como el Me too movement se han abierto una cantidad de plataformas de visibilización y siento que por ejemplo yo soy una muestra de eso.
Que a mí me hayan convocado como directora de esta orquesta y como directora del coro de la Orquesta Filarmónica de Bogotá... Creo que 20 años atrás esto no habría pasado. Pero si es más el camino por recorrer que el camino recorrido.
La orquesta
ENS: ¿Cómo está conformada esta orquesta?
AV: Como seguimos en pandemia, nosotras comenzamos con una plantilla de 35 mujeres, conformadas por cuerdas, violines, viola, violonchelos y contrabajos. Tenemos flautas, oboes, clarinetes y fagot, dos cornos, trompetas y nuestra percusionista que toca el tímpani. Importante decirte que en este momento todas ellas están integrando otros proyectos de la Orquesta Filarmónica de Bogotá.
También tenemos a una solista, la joven María Elvira Hoyos, ella es una chelista de 24 años muy talentosa. Yo honestamente creo que todo el mundo debería venir a verla y escucharla porque es un joven talento que promete muchísimo para Colombia. He trabajado en el exterior y muy pocas veces he visto un talento como el de ella. Estamos muy orgullosos de que no tuvimos necesidad de ir a buscar a nuestra solista afuera.
ENS: En la construcción de esta Filarmónica de mujeres, ¿estuvo desde el principio o fue un proyecto para el cual la llamaron a dirigir cuando ya estuvo listo?
AV: Fue más lo segundo. Cuando se comenzó a hablar de mi vinculación a la Orquesta Filarmónica de Bogotá, que fue en junio de este año, se habló de que entrara dirigiendo tanto el coro filarmónico juvenil como la orquesta de mujeres, pero cuando yo entré el proyecto todavía no estaba consolidado. Fue durante el mes de junio que finalmente recibí la llamada del Director Sinfónico, Antonio Suárez, diciéndome que el proyecto estaba listo para ir y que estaba en mis manos.
ENS: ¿Cuál es la proyección de la Orquesta?
AV: Este 2021 la idea es hacer una programación al mes y tratar de hacer una en diciembre. Pero para el otro año la proyección que tenemos es que esta Orquesta reciba el apoyo que necesita, se consolide como una orquesta independiente y autónoma que pueda sobrevivir por si misma y pueda tener más presentaciones al año.
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El perfil
ENS: ¿Cómo comenzó su carrera y cómo llegó a ser directora?
AV: Yo inicié mi carrera de dirección en el pregrado aquí en Bogotá en la Universidad Corpas. Yo comencé tocando viola y a mitad de carrera elegí la dirección como una electiva, sin ningún tipo de expectativa. Tuve la fortuna de dar con un excelente maestro, Jorge Alejandro Salazar y me enamoré de la dirección. No la pude dejar y tuve que cambiar mi área mayor.
Mi recital de grado con la Orquesta de la Corpas fue mi primer concierto en el 2012. Luego trabajé como directora en varios proyectos juveniles y finalmente me fui a Estados Unidos a hacer mi maestría también como directora de orquesta en el John Hopkins, en el Conservatorio de Peabody.
Casualmente mi maestra fue Marin Alsop, ella fue la primera directora mujer con el puesto de directora titular en una de las orquestas más grandes de Estados Unidos, la Baltimore Symphony Orchestra.
Estudiar con ella fue toda una experiencia porque ella lleva el peso en los hombros por todo lo que tuvo que luchar para lograr todo lo que ha logrado, y ella en su pedagogía nos enseñó afortunada o desafortunadamente, cuál es la dureza que tenemos que tener las mujeres para sobrevivir a esta carrera por las experiencias que ella tuvo que vivir. Fueron años que me llenaron de experiencias y de esta visión de la importancia de una mujer liderando.
ENS: ¿Por qué se devolvió?
AV: Yo toda la vida he sido muy apasionada por mi país y toda la vida he tenido este convencimiento de que Latinoamérica es un potencial absoluto para el mundo y necesitamos mejores profesionales acá para salir adelante. Llegó el momento de tomar una decisión y regresé para trabajar más cerquita a mi amada Colombia.
ENS: ¿Cuáles son las dos mujeres directoras de orquesta que más admira?
ENS: Hay una a la que no puedo no mencionar en esta respuesta, mi maestra de quien ya te hablé, Marin Alsop, porque cuando yo era chiquita ella era la única figura femenina que estaba rompiendo barreras de género.
La otra directora que admiro profundamente es la lituana, Mirga Gražinytė-Tyla. Me encanta su forma de dirigir, veo en ella una musicalidad que no veo en ningún otro director, tiene una gran energía, rompe muchos esquemas técnicos y tiene un concepto interpretativo único. La admiro mucho. Mi sueño es verla en vivo.