Desde la misma noche del jueves, cientos de personas han estado acudiendo en continua romería a rendir homenaje a las víctimas mortales del atentado terrorista contra la Escuela de Policía General Francisco de Paula Santander.
Como lo informó ayer EL NUEVO SIGLO, el presidente Iván Duque decretó tres días de duelo nacional tras la explosión del carro bomba que dejó 21 personas muertas y 87 heridas.
Los primeros dolientes en arribar lo hicieron con velas y flores blancas, ejemplo que fue seguido por quienes llegaron luego.
Posteriormente, un grupo de policías se sumó a la concentración de la que también hizo parte un sacerdote que dirigió una oración por las víctimas y para mostrar su solidaridad con los heridos.
“Todo el país acompaña a sus familias, a sus seres queridos en estos momentos de dolor. Quiero garantizarles a ellos y toda Colombia que este despreciable acto no quedará en la impunidad,” aseguró Duque en la alocución radiotelevisada del jueves por la noche, mientras que ayer, en el monumento a los héroes caídos del Centro Administrativo Nacional (CAN), la bandera tricolor se izó a media asta.
Desde el Vaticano, el papa Francisco condenó a través de un telegrama, divulgado ayer, el “cruel” atentado y anunció sus oraciones para que se mantenga “la construcción de la concordia y la paz” en Colombia.
En la misiva, dirigida al cardenal Rubén Salazar, arzobispo de Bogotá, el pontífice expresó “su más profundo pesar por las víctimas que han perdido la vida en una acción tan inhumana”.
En el telegrama, firmado por el secretario de Estado, Pietro Parolin, a nombre del máximo jerarca católico, Francisco “condena una vez más la violencia ciega” y “eleva su oración al Señor para que ayude a perseverar en la construcción de la concordia y la paz en ese país”.
En el momento del estallido en el centro formativo había delegaciones policiales de Panamá y Ecuador. La cadete ecuatoriana Erika Chicó falleció y su compatriota Carolina Sanango quedó herida levemente. Dos uniformados panameños, de un grupo de 45 connacionales, resultaron lesionados aunque están “estables”, según el mandatario de su país Juan Carlos Varela.
La víspera del ataque un nuevo grupo de aspirantes a oficiales había ingresado a la escuela. Otros, como Jonathan Oviedo, retomaban clases.