El alcalde Mayor de Bogotá, Enrique Peñalosa, le solicitó al fiscal general de la Nación, Néstor Humberto Martínez, y al procurador, Fernando Carrillo, determinar si hay un conflicto de intereses sobre el decreto relacionado con el plan parcial Proscenio.
En la misiva, el Burgomaestre explica que luego de las notas del periodista Daniel Coronell La Tras Escena y Lo que Peñalosa no quiere explicar, publicadas el 16 y 23 de febrero de este año, “estimo pertinente que sea la Fiscalía General de la Nación la entidad encargada de investigar las circunstancias mencionadas en procurar el respeto al ordenamiento jurídico, la convivencia pacífica, el respeto de mi buen nombre y la legitimidad de ejercicio como mandatario elegido por voto popular”.
Asimismo, Peñalosa le solicitó al Procurador que “se emita pronunciamiento y/o decisión frente a la posible configuración de algún conflicto de interés particular y directo del Alcalde Mayor, en la decisión que habrá de adoptar frente a la solicitud de revocatoria directa del decreto distrital 674 del 22 de noviembre de 2018”, cuyo plazo vence el próximo 17 de marzo.
La Alcaldía asegura que en ninguno de los documentos descritos en la solicitud enviada a la Procuraduría se expresa oficialmente que Peñalosa “debe apartarse del conocimiento de la decisión sobre la revocatoria directa de marras, ni tampoco se precisa la configuración de alguna de las causales de impedimento, ni los hechos en que se podría fundamentar alguna de ellas”.
1.- Luego de 10 años de debate, el Distrito le dio vía libre al proyecto de 7.000 metros cuadrados en tres manzanas. Y su desarrollo, que busca la renovación en el norte de Bogotá, quedó en manos de los constructores privados.
El secretario de Planeación, Andrés Ortiz, indicó que “yo no les puedo decir cuándo comenzará el proyecto ni cuánto costará, ya que eso es potestad de los constructores privados, lo que sí les puedo decir es el valor de las medidas de mitigación que valen $32.000 millones”.
2.- El proyecto ha sido socializado con los habitantes del sector y con quienes se han interesado en las obras. Pero la controversia alrededor del proyecto Proscenio, que propone reconstruir un espacio de cuatro canchas de fútbol al norte de la ciudad y levantar viviendas, oficinas, comercio y hasta un teatro, puede sintetizarse en un frente: movilidad.
3.- Mientras los vecinos del barrio La Cabrera denuncian que la obra podría empeorar el tráfico y restar vocación residencial a la zona, los constructores insisten en que renovará el sector y mejorará la calidad de vida.
4.- Proscenio es un plan parcial de renovación urbana, ubicado estratégicamente en inmediaciones del parque El Virrey y la Zona Rosa, e implica demoler 260 predios, entre las calles 85 y 88 y las carreras 13 A y 15.
5.- La obra fue aprobada por el Distrito en 2010. Tras años de gestiones y estudios, así como el compromiso de realizar obras de mitigación, lograron que el 22 de noviembre del año pasado la administración de Enrique Peñalosa autorizara vía decreto cambios relacionados con la conectividad peatonal, el aumento del espacio público y la ampliación de vías, andenes y plazoletas públicas.
6.- El grupo Cimento advierte que actualmente hay un “área deprimida y afectada por problemas de movilidad, seguridad y pérdida de espacio público”. Por estas razones argumentan que Proscenio traerá al sector calidad de vida, mejores espacios públicos y “una densificación razonable”. Se trata, sostienen, de un “urbanismo integral” en el que los ciudadanos podrán acceder a ofertas de vivienda, comercio, oficinas, restaurantes y cultura. Defienden además que El Virrey no fue incluido dentro de la delimitación del plan de renovación, es decir, no tendrá ningún tipo de intervención.
7.- En Proscenio admiten que habrá “incomodidades”, destacan que una vez concluya el proyecto mejorará el tráfico del sector con ampliaciones en cuatro tramos, la prohibición de que los camiones descarguen en la vía (solo podrán hacerlo en el interior de los sótanos), el aumento de la oferta de parqueaderos, pasando de 300 a 3.900, y posibilitando que el acceso sea a través de seis grandes ingresos.
Uno de los tramos que será intervenido es la Calle 86 A, que pasará de dos a cuatro carriles y un deprimido entre las carreras 14 y 15. Gabriel Escallón, gerente general del proyecto, dice que “el POT impide que estos proyectos tengan accesos sobre vías arteriales, y la 85 y la 15 lo son. Por ello tenemos que hacerlo sobre una secundaria: la 86 A”.
8.- Los directivos de Proscenio señalan que aún les falta adquirir algunos predios, y que han ofrecido alternativas que van más allá de la compra, como un canje por el mismo espacio en el proyecto o convertirlos en socios para acceder a los beneficios económicos. Con todo, esperan que a más tardar en 2020 ya se hayan tramitado las licencias de urbanismo y de demolición. Es decir, resta un año para que avancen las negociaciones.