La Administración recibió “con satisfacción” el informe, porque no se habla de corrupción
Si en Colombia existe algún proyecto de infraestructura sometido al escrutinio no solo de la ciudadanía sino también de los organismos de control, ese es precisamente el Metro elevado que comenzará a construirse en 2020 en su primera fase.
El Metro es la obra de infraestructura más ambiciosa para la capital del país, no solo porque es vital para mejorar la movilidad de una ciudad en desarrollo sino porque Bogotá es, tal vez, la única ciudad de América Latina que no cuenta con un sistema de transporte similar.
Es por ello que han sido muy exigentes los mecanismos de estructuración del proyecto, al punto de que ya se han surtido varios pasos de verificación para garantizar la transparencia en su contratación y ejecución.
El más reciente fue el resultado de la Auditoría Especial que realizó la Contraloría General de la República en virtud del poder preferente que invocó para salvaguardar los recursos de la Nación, y que revisó todo el proceso de diseño, estructuración y licitación, comenzando desde 2014.
Son cinco las principales conclusiones que arrojó el estudio del organismo nacional de control fiscal y a los que la recién posesionada alcaldesa de Bogotá, Claudia López Hernández, ya dio una primera respuesta al menos ante los medios de comunicación pues se espera para las próximas semanas la posición oficial del Distrito.
1- No hay corrupción
La auditoría de la CGR no encontró incumplimiento de ninguna de las disposiciones de los documentos Conpes ni faltas a los procedimientos legales para acceder a las vigencias futuras.
No obstante, encontró “seis hallazgos administrativos de los cuales uno puede tener incidencia disciplinaria y uno para indagación preliminar”.
Por ello, la alcaldesa López Hernández aseguró que el informe no habla de corrupción.
“Aquí no se ha perdido ni un solo peso, no se han malversado los recursos públicos, no se está hablando de detrimento de las arcas del Distrito, y yo le puedo decir a Bogotá que yo, Claudia López como su alcaldesa, voy a estar personalmente haciendo el seguimiento de esta obra”, comentó.
2- La estructuración técnica superó la prueba
La CGR cuestionó el Estudio de Impacto Ambiental y Social del proyecto que, dice, ya existía. Es decir, se habría realizado dos veces el mismo estudio. Este segundo hallazgo, según el organismo de control, podría tener consecuencias disciplinarias y se encuentra en indagación previa.
Y aunque la Empresa Metro de Bogotá (EMB) declaró la factibilidad técnica y fiscal del proyecto, para la CGR “esta tiene que ser impecable, el proyecto tiene que estar formulado y claramente tiene que garantizar que a futuro no se tendrán que pagar mayores tarifas o mayores subsidios”.
Pero Andrés Escobar Uribe, gerente de EMB, advierte que el primer estudio de impacto ambiental se contrató bajo normas colombianas y el segundo orientado a cumplir estándares internacionales “que son exigidos por la banca multilateral para poder acceder a sus créditos”.
3- No habrá cambios con el nuevo POT
Otra preocupación de la CGR es que en caso de modificarse el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de Bogotá, podría hablarse de sobrecostos debido a que para la ejecución del proyecto ya se adquirieron 1.439 predios que fueron declarados en condición prioritaria cuyo valor asciende a $27 mil millones.
Pero como el POT de la administración de Enrique Peñalosa fue rechazado por el Concejo Distrital en noviembre pasado, eventualmente podría cambiar el trazado del Metro.
Al respecto, la propia Alcaldesa Mayor advirtió de forma tajante que “no habrá cambios en el trazado contratado”.
En primer lugar, aunque el POT de Peñalosa fue rechazado, la ciudad cuenta con uno vigente -Decreto 190 de 2004- pero la actual Administración se comprometió a incluir el mismo trazado en el nuevo proyecto de POT que presentará próximamente al Cabildo Distrital.
“No habrá modificación al trazado contratado del Metro. En el nuevo POT se incluirá el trazado contratado y la extensión del metro hasta Suba y Engativá, así como el Regio-Tram de Occidente (ya contratado) y la segunda línea que irá hacia el norte”, sostuvo López.
4. Se mantiene la Junta Directiva de EMB
Contrario a lo que podría pensarse, la alcaldesa Claudia López ratificó al gerente General del metro, Andrés Escobar Uribe, y a la junta directiva de EMB, con un argumento sencillo pero convincente: que le respondan a la ciudad.
“Toda la junta directiva del metro se va a quedar, comenzando por el gerente. Ninguno va a renunciar. Nadie se puede ir hasta que todas las dudas no estén aclaradas. Yo les dije que no me pueden dejar con un contrato por $22 billones en el que nada tuve que ver, les dije que sean responsables con la ciudad, que le pongan la cara a Bogotá, y todos aceptaron”.
Así las cosas, las principales cabezas del proyecto en cuanto a su estructuración, diseño y aprobación, seguirán al frente hasta la culminación y puesta en marcha de la obra.
5 - Se han tomado correctivos
En su primera respuesta a la auditoría de la CGR, la Administración distrital se mostró “muy satisfecha” con el estudio, pues advierte que si bien la conclusión es que “hay que mejorar en los hallazgos administrativos”, esto se ha venido cumpliendo.
La alcaldesa López explicó que el proyecto metro tiene cinco procesos de verificación anticorrupción: Contraloría Distrital, Contraloría Nacional, banca internacional, jueces de la República y Consejo de Estado.
Los tres primeros ya se pronunciaron, “y no han hablado de corrupción”, afirmó. Están pendientes los otros dos controles.
“Yo estaré personalmente al frente de los cinco procesos, no lo voy a delegar esa función en nadie”, aseguró la mandataria capitalina.
Y explicó que el año pasado la Contraloría Distrital encontró 29 hallazgos y la CGR solo seis. “Estamos mejorando”, concluyó.