En promedio, en el país, cada hora la Policía incauta más de 100 armas blancas en las principales ciudades y en especial tanto en estaciones como en terminales de los sistemas de transporte masivo.
Así mismo, de acuerdo con el Instituto Nacional de Medicina Legal, en los últimos 25 meses han perdido la vida 8.175 ciudadanos víctimas de armas contundentes o cortopunzantes.
Según la Policía, los elementos más decomisados son cuchillos, navajas, puñales, puñaletas, punzones, dagas, sables, espadas, manoplas, machetes, garfios, leznas, mazos, hachas, cortaplumas, patas de cabra, estoques y cualquier otro objeto, con características similares.
El Secretario de Seguridad de Bogotá, Hugo Acero, en diálogo con EL NUEVO SIGLO, indicó que estas armas blancas están prohibidas, especialmente, en espacios públicos, en parques, en los sistemas de transporte masivo, en las estaciones, así como en sus terminales o portales y en especial, en los entornos escolares.
Pero, para el funcionario, le queda muy difícil a un policía decomisar estas armas, primero porque son fáciles de ocultar y segundo, porque son elementos que constituyen una herramienta de trabajo, para su oficio, estudio o para alguna actividad deportiva.
A su vez, el patrullero Ernesto Díaz dijo que una persona que recibe un comparendo por el porte de un arma blanca debe acudir a la Alcaldía Local para cancelar la multa de $250.000, pero si hace el curso de socialización y de convivencia, paga solamente la mitad.
Según el uniformado, “las personas reincidentes son multadas con comparendo cuántas veces sea necesario y el no pago de la sanción genera un cobro coactivo”. Sin embargo, expresó “parece que los alcaldes trabajan para reglamentar un decreto para aplicar una sanción distinta en el caso de reincidencia”.
Díaz explicó que, “hay personas que han sido sorprendidas con armas blancas no una o dos veces sino hasta en 50 oportunidades y que solo son retenidas en algunas oportunidades por varias horas e incluso invocan el habeas corpus y salen nuevamente a las calles a delinquir”.
“No hay ninguna forma para persuadir a estas personas para que no delincan, por cuanto no tienen ningún arraigo y no se les puede ni siquiera embargar alguna propiedad para que paguen los montos de los numerosos comparendos que recaen su contra”, expresó Díaz.
Muertes
Por otro lado, el Observatorio de Violencia del Instituto Nacional de Medicina Legal, consigna que en los primeros 31 días del presente año perdieron la vida 348 personas con armas cortantes, cortocontundentes y corto punzantes, en homicidios, suicidios, en transportes, en accidentes y por causas externas.
“Es decir, se registra un promedio de 11 muertes diarias en todo el territorio nacional de acuerdo con las cifras oficiales”, señala el Observatorio de Violencia.
Las estadísticas indican que en el 2019 perdieron la vida 5.164 personas y en el 2018 fallecieron 2.663 hombres y mujeres, entre ellos niños y niñas, también por armas cortantes, cortocontundentes y cortopunzantes.
Pero lo que causó más alarma entre las autoridades fue que en el año 2018 se registraron 21.491 personas, entre hombres, mujeres y niños, heridos en diferentes circunstancias por la acción de las armas blancas en mención.
Al mismo tiempo, los ciudadanos se quejan que en forma permanente que son blanco de los atacadores que portan diferentes armas blancas, entre ellas cuchillos conocidos como ‘mataganado’ y las tradicionales pata de cabra para despojarlos de sus teléfonos celulares, dineros, bicicletas y joyas, entre otras pertenencias.
Entre las víctimas, de acuerdo con el Observatorio de Violencia, se encuentran ciudadanos de Alemania, Argentina, Brasil, China, Costa Rica, Panamá y norte América, entre otros.
Los crímenes y las lesiones, de acuerdo con los escenarios de los hechos, se presentan en las calles de las ciudades, especialmente, en sectores aislados y donde no hay presencia de cámaras de vigilancia ni de las autoridades; autopistas, carreteras, centros de reclusión, centros educativos, parques, bosques, potreros, establecimientos comerciales, plazas de mercado, lugares de explotación de minas y canteras, hoteles, campamentos, parqueaderos, sitios religiosos, entre otros.
De acuerdo con los análisis, los días que más registran homicidios, en su orden son: el domingo, el sábado, el lunes, el martes, el miércoles, el viernes y el jueves.
Las estadísticas son dramáticas debido a que solo en Bogotá las autoridades estiman que están creciendo los homicidios y las lesiones personales que se registran con armas blancas en todos los rincones de la ciudad, además, por esta razón la Alcaldía Mayor y la Policía Metropolitana de Bogotá trabajan en diferentes estrategias en un esfuerzo para incentivar una cultura del desarme.
En cuanto a las armas blancas, el Secretario de Seguridad de Bogotá, expresó que combatir su porte en la capital del país es un proceso muy difícil para la misma Policía, debido a que “los vendedores ambulantes, los empleados de las plazas de mercado, los vendedores de frutas y otros ciudadanos las emplean como medios de trabajo, también algunos estudiantes de cocina son sorprendidos con sus cuchillos y para ello portan sus carné de identificación y otros ciudadanos los adquirieron para llevarlos a sus hogares”.
“Estamos promoviendo desde la Alcaldía un trabajo permanente por parte de las autoridades de policía para el control del porte de esas armas blancas y por supuesto, en algunos casos aplicar las sanciones que se contemplan en el Código de Policía. Pero, prohibir la venta de cuchillos que se emplean en los hogares para el trabajo, es difícil”, precisó.
“Muchos ciudadanos adquieren cuchillos, además de algunos elementos cortantes para sus hogares y no para atracar o incurrir en acciones criminales. Por esta razón insistimos en que necesariamente deben haber algunos controles, especialmente, en aquellos sectores donde se cometen lesiones o donde se presentan homicidios, hurtos y otras acciones criminales, para lograr los decomisos y las sanciones de ley vigentes”, indicó el señor Acero Velásquez.
De otro lado, Acero reiteró que los “Policías afrontan una serie de dificultades para el decomiso de las armas blancas, porque en algunas oportunidades se encuentran con estudiantes de arquitectura que portan sus bisturís y con otros elementos cortantes que emplean para sus trabajos y para sus maquetas. Ahí está la dificultad, como el uniformado deja sin esas herramientas a un estudiante o a un trabajador, mientras que un arma de fuego es un arma de fuego porque su porte está restringido así tenga salvoconducto”.
Aseguró que “cuando un agente de Policía encuentra a un ciudadano con un arma de fuego, sencillamente se la decomisa, además, le adelanta todos los procesos de ley vigentes y si carece de documentos debe enfrentar a la justicia”.
Destacó que “un Policía que retiene a una persona por el porte de un arma cortante, cortopunzante o cortocontundente, afronta problemas porque ni siquiera un Fiscal se lo recibe porque sabe que un Juez de la República no lo procesará, entonces es necesario dejarlo en libertad”.