La propuesta del Plan de Desarrollo de la actual Administración hace una apuesta decidida, clara e inequívoca por una Bogotá más incluyente, cuidadora y equitativa para las niñas y las mujeres. De forma consecuente, la Secretaría Distrital de Salud puso ayer a disposición de la comunidad, una nueva forma de brindar servicios y un nuevo espacio de relacionamiento a las mujeres de la capital.
Por ello, la administración de la alcaldesa Claudia López, puso en marcha una nueva estrategia que busca atender una deuda histórica y una petición insistente. Se trata de los Servicios Integrales de Atención en Salud, espacios exclusivos creados con el fin de brindarles a las mujeres de la ciudad atención integral, prioritaria, de calidad y con calidez.
Este servicio planea atender a más de 676.000 niñas y mujeres, quienes podrán acceder a la oferta de servicios de ‘MujerESalud’, para lo cual, durante su etapa inicial, se adecuaron cuatro nuevos espacios ubicados en los Centros de Atención Prioritaria en Salud de Chapinero, Betania (Usme), Perseverancia (Santa Fe) y Porvenir (Bosa).
Posteriormente, y con el objetivo de llegar a toda la población, se pondrá esta estrategia a disposición en puntos adicionales de atención en salud de todo el Distrito.
En 2019, el 59% de las personas que asistieron a centros de orientación e información en salud fueron mujeres. El 39,7% de ellas manifestaron haber vivido alguna barrera en el acceso a los servicios de salud, situación que busca mejorarse con estrategias como los servicios de ‘MujerESalud’.
Dicha estrategia responde al proyecto del Plan de Desarrollo Distrital 2020-2024, en el cual la Alcaldesa expuso la idea de consolidar un nuevo contrato social para incrementar la inclusión social, productiva y política, en especial de las mujeres así como, mejorar sus condiciones de vida.
Servicios de salud y género
En relación con la salud y el género se ha evidenciado la existencia de inequidades relacionadas con la asignación, casi exclusiva, a las mujeres del cuidado en casa de las personas enfermas, con discapacidad física y mental; la crianza y el cuidado de la familia, en donde 9 de cada 10 mujeres realizan trabajo doméstico sin ninguna remuneración, situación que genera sobrecarga y mayor tiempo de trabajo total afectando, entre otros factores, la calidad de vida y la salud de las mujeres en sus distintas esferas.
Lo anterior genera problemáticas relacionadas con la salud mental como depresión, ansiedad, suicidio y victimización por violencias (el 71 % de las víctimas de violencia intrafamiliar son mujeres); con las muertes por condiciones crónicas como el cáncer de mama, de estómago y de cuello uterino, además del embarazo adolescente, en donde los nacimientos en mujeres entre 10 y 14 años en 2018 fueron de 274 y de 10.675 en mujeres entre 15 y 19 años.
Con los Servicios Integrales de Atención en Salud para las Mujeres se busca atender necesidades y condiciones fundamentales como estas, además de brindar un servicio incluyente, a partir de un nuevo enfoque diferencial, territorial, de género y participativo, que reconoce las necesidades en salud identificadas y que construye respuestas en conjunto con su comunidad.
Abordarán, además, a mujeres en todas sus diversidades: afro, indígenas, gitanas, campesinas, gestantes, víctimas del conflicto, con discapacidad, LGBTI, habitantes de calle, entre otras.
Además de los espacios físicos idóneos, en estos centros asistenciales se cuenta con el talento humano capacitado y con enfoque de género para lograr el propósito de inclusión que se busca.
En los servicios se brindarán actividades promocionales y preventivas en temas prioritarios de la salud de las mujeres como convivencia social y salud mental, sexualidad, derechos sexuales, así como derechos reproductivos, seguridad alimentaria y nutricional, condiciones crónicas no transmisibles y salud laboral.
Por último, con los Servicios Integrales de Atención en Salud (MujerESalud), las mujeres encontrarán un espacio para su cuidado y educación en salud física y mental, en donde podrán identificar valores como el empoderamiento, la confianza, la solidaridad, el autocuidado y acceder a derechos que mejoren su salud integral, su calidad de vida y la de su entorno.