INVENTARNOS formas de disfrutar la vida sin comprometer nuestra salud y la de los otros es lo que debemos hacer en esta nueva realidad que vive el país y el mundo por la pandemia del Covid-19.
Así lo expresó en diálogo con EL NUEVO SIGLO el hombre que ha puesto el pecho y dedicado sus energías, casi que las 24 horas al día y durante los siete días de la semana a diseñar las políticas sanitarias que hasta han permitido mitigar el impacto del coronavirus en el país del que se preveía fuera más catastrófico.
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Tras destacar que Colombia registra más de 60 días con una marcada tendencia a la baja tanto en nuevos positivos al Covid, como en los fallecimientos por el mismo, el ministro Ruiz reiteró que “ello no es una licencia para bajar la guardia”.
Aseveró que le afectan las pérdidas de vidas en esta lucha contra la enfermedad que ha arrinconado al mundo, que sabe cuán difícil es para las familias esta situación porque los pacientes desde que ingresan a los hospitales están alejados de sus seres queridos.
Atareado como el que más, ya que no solo ha liderado por encargo presidencial la estrategia nacional de esta lucha sanitaria, sino también el proceso para la consecución de la vacuna cuando finalmente se descubra una efectiva, el ministro Ruiz sostuvo este diálogo con EL NUEVO SIGLO, en el que destacó que hay un alto sentido de responsabilidad individual ciudadana y que precisamente ello es lo que ha permitido que disminuyan los nuevos casos del virus al igual que se haya quitado velocidad a la transmisión del mismo.
EL NUEVO SIGLO. Colombia llegó a las 25 mil muertes por la pandemia. ¿Qué significa una cifra tan alta, en términos absolutos, a nivel latinoamericano?
FERNANDO RUIZ. Cualquier muerte es algo que me afecta profundamente, porque he sido testigo de muy dolorosas pérdidas. Me resulta imposible ser indiferente al dolor ajeno. Siempre he sido consciente de que yo solo no puedo luchar contra algo de semejantes proporciones globales, pero sí me he puesto el objetivo de que la afectación sea menor a la esperada inicialmente. Siempre será imposible saber con precisión qué habría pasado si no hubiéramos tomado ciertas medidas, pero la comparación con otros países nos permite hallar aciertos y desaciertos. En números absolutos, hoy tenemos que Colombia es el cuarto país latinoamericano con más muertes por Covid. Ahora bien, para ser objetivos, debemos hablar de muertes con respecto al total de la población.
ENS. ¿Y cómo estamos en ese aspecto?
FR.- Tenemos 490 muertes por millón de habitantes, la mitad de lo que tiene Perú y menos de lo que tienen Bolivia, Brasil, Chile, México y Panamá. Eso indica que, en medio de una dificultad tan grande, hemos tomado medidas acertadas. Son datos para analizar, pero jamás para buscar un aplauso. Me compadezco con las familias que han perdido seres queridos.
ENS. ¿Qué tan cerca o lejos está el país de un rebrote o nueva ola de Covid?
FR.- Es incierto. No solo depende del comportamiento de la población, sino también de la proporción de la población que ya haya adquirido inmunidad en cada ciudad. Si tenemos en cuenta lo ocurrido en varios países europeos, podemos decir que la probabilidad de que tengamos rebrotes en Colombia es alta porque, en algunos casos, aún tenemos muchas personas susceptibles, y, en otros, poca disciplina social. Por eso tenemos que ser enfáticos con el mensaje de que la reducción de casos y muertes no es una licencia para bajar la guardia.
ENS. ¿Hasta qué punto las marchas y disturbios de las últimas semanas han incidido en el repunte del virus en algunas ciudades?
FR. Cualquier tipo de aglomeración aumenta el riesgo de contagio, eso es un hecho. Por ahora solo podemos establecer una correlación entre las marchas y el repunte, pero no una causalidad. Es necesario analizar los hechos y los datos más a profundidad para sacar una conclusión.
ENS. Europa y otras zonas del mundo empiezan a reconfinar focalizadamente. Colombia podría volver a cuarentenas zonales?
FR. Es una posibilidad que siempre ha estado presente, pero que definitivamente no deseamos. Por eso reiteramos que, si mantenemos rigurosamente las medidas de bioseguridad, evitaremos llegar a esa situación extrema.
ENS. Dengue disparado y un invierno fuerte, con riesgo de fenómeno de La Niña. ¿Esos factores incidirán en posible rebrote del Covid?
FR. Todavía desconocemos muchos aspectos del covid, pero si algo quedó claro es que es indiferente a los factores climáticos. A nivel del mar o en el altiplano, en países con estaciones o en países de la zona tórrida el comportamiento del virus ha sido similar. Ahora comienzan a decir que el dengue podría proteger contra el coronavirus, pero es una hipótesis que debe ser probada. Así que con frío, con calor, con lluvia o con sequía, las claves siguen siendo el distanciamiento, el lavado de manos y el tapabocas.
ENS. A hoy, concretamente, ¿qué tiene avanzado Colombia sobre acceso a una posible vacuna?
FR. El 18 de septiembre suscribimos el convenio formal con el mecanismo GAVI-COVAX para adquirir vacunas para cinco millones de colombianos, que representan el 10% de la población. El 9 de octubre debemos pagar un anticipo de 106 millones de dólares. Como ninguna vacuna ha sido aprobada, el cronograma de adquisición y distribución sigue siendo incierto. Lo que damos por hecho es que este mecanismo garantizará un acceso equitativo para todos los países.
ENS. Cifras en mano y 27 días después de que el país retomara muchas de sus actividades. ¿Cuál es su balance sobre la capacidad, conciencia y disciplina de los colombianos para cumplir con la bioseguridad y el distanciamiento social efectivo?
FR. En estos días estamos completando dos meses de reducción sostenida de casos y muertes. Es una reducción lenta, que da cierta apariencia de meseta a la tendencia. El número de pacientes en UCI, por todas las causas, se ha mantenido en alrededor de 6.000, pero, debido al plan de expansión, la disponibilidad ha aumentado. Tenemos más del 40 % de las camas libres para cualquier eventualidad que, repito, no deseamos que ocurra. Consideramos que la reducción, salvo en algunas ciudades, tiene que ver más con la adopción de medidas de bioseguridad que con la inmunidad de rebaño, y eso habla muy bien del sentido de responsabilidad de la población. Pero, como en todo, hay algunas excepciones. Las imágenes de aglomeraciones en las fiestas de San Pacho, en Quibdó, me angustiaron bastante. Tenemos que inventarnos formas de disfrutar la vida sin comprometer nuestra salud y la de los otros.