Análisis de la Fundación Ideas para la Paz (FIP) sobre quiénes son los que acompañan al exnegociador del acuerdo de paz, qué futuro tiene la “nueva” guerrilla, qué disidencias podrían unírseles y qué tan factible es la alianza con el Eln
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Director Fundación Ideas para la Paz (FIP)
EL EXJEFE negociador de las FARC en La Habana, “Iván Márquez”, acompañado de ‘Jesús Santrich’, ‘El Paisa’, ‘Aldinever Morantes’, ‘Romaña’ y otros dirigentes que se alejaron del Acuerdo de Paz, anunció a través de un video, el surgimiento de una “nueva guerrilla… para luchar por la paz traicionada”.
“Nueva” versión de Farc, ¿qué futuro tiene?
División al interior. El líder del partido político Farc, Rodrigo Londoño, ratificó el compromiso de la colectividad para continuar en el proceso de reincorporación y la construcción de paz. En ese sentido, señaló que más del 90% de los excombatientes se mantienen dentro del proceso y que tienen claro que regresar a las armas no es una alternativa para la construcción de país. Victoria Sandino, senadora de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, manifestó que las razones que ‘Iván Márquez’ expone en el comunicado son “justas”, pero que la guerra no es el camino para tramitarlas.
Recomposición enfrenta varios obstáculos, dentro de los cuales se encuentran grupos disidentes dispersos, en algunos casos con intereses más económicos que políticos (aunque estos no son excluyentes) y con un poder militar mucho más bajo que aquel que tenían antes de la desmovilización. Sin embargo, en algunas zonas están en proceso de fortalecimiento. La Fuerza Pública estima que 2.300 personas hacen parte de las disidencias, incluyendo las redes urbanas.
Papel de los mandos medios es clave. Recomponer la vieja estructura de mando de las Farc no es tarea fácil. Los mandos medios han ganado autonomía y no tienen incentivos para subordinarse. Ellos han adquirido liderazgo y estabilidad en diversos territorios que difícilmente van a canjear. Sin embargo, la posición crítica frente a la reincorporación, los incumplimientos y la incertidumbre jurídica, generan puntos de encuentro en términos políticos.
Los costos de tener un alto perfil. Hay disidencias que han logrado una relativa estabilización frente a los golpes de Fuerza Pública; tener un bajo perfil les ha evitados ser objeto de la ofensiva militar del Estado (como el frente Oliver Sinisterra), estatus que estaría en juego si se subordinan a una estructura más grande.
No existe aún un mando unificado. Si bien mandos como ‘Gentil Duarte’ han hecho intentos de reagruparse desde antes de la firma del acuerdo de paz, las grandes diferencias que hay entre las facciones, las dinámicas relacionadas con otros grupos armados –disputas, pactos o alianzas–, así como las distintas motivaciones y perfiles de los disidentes, han hecho difícil la unificación.
Existe el riesgo de que las facciones más pequeñas o muy debilitadas, se unan a la alianza de ‘Márquez’ para ganar fortaleza en sus zonas de influencia o incluso usar el nombre de las Farc a su favor.
Es difícil determinar el futuro de esta alianza. Existen tantas expresiones regionales de las dinámicas del conflicto y tanta especulación alrededor de zonas en donde los grupos armados han sabido operar con bajo perfil, que es apresurado determinar el futuro de esta nueva alianza.
Mucho dependerá de la respuesta del Estado. Esto tiene que ver con el fortalecimiento del proceso de reincorporación de los excombatientes de las Farc, la capacidad de disuasión y disrupción para evitar el fortalecimiento militar de quienes se unan a esta nueva alianza, y la protección de los líderes sociales y las comunidades.
¿Qué disidencias podrían entrar en la alianza?
Los frentes disidentes con mayores probabilidades de alianza son:
a) Aquellos que antes del pronunciamiento de ‘Márquez’ habían logrado un nivel de coordinación bajo el mando de ‘Gentil Duarte’ (como el 1 y 7).
b) Aquellos que estuvieron influenciados por los liderazgos de ‘El Paisa’, ‘Márquez’ y ‘Santrich’
c) Estructuras pequeñas que conserven la línea Farc y busquen respaldo económico y militar como:
- Disidencias del frente 1: Guaviare, Vaupés
- Disidencias del frente 7: Sur de Meta, Caquetá
- Disidencias del frente 62 (Antiguo grupo de “Cadete”): Caquetá
- Disidencias del frente 10 (para ganar fuerza): Arauca
- Disidencias del frente 6 (hay información de emisarios del Frente que ya estaban en contacto con esta estructura): Norte de Cauca, Sur del Valle del Cauca
- Disidencias del frente 18 (interés político): Antioquia (Ituango)
Disidencias sin una clara articulación
Hay algunos frentes disidentes de las Farc cuyo perfil (más inclinado a las economías ilegales, menos político) serían difíciles de atraer a esta propuesta de “nueva guerrilla”. Algunas fuentes indican que ‘Gentil Duarte’ ha intentado incorporar estas y otras disidencias sin lograr resultados. Las disputas también dificultan la articulación, por ejemplo, en Nariño. El enfrentamiento entre el frente Oliver Sinisterra (FOS) y las Guerrillas Unidas del Pacífico (GUP) complica establecer una alianza.
- Disidencias del frente 36: Norte de Antioquia
- Frente Oliver Sinisterra: Pacífico nariñense
- Guerrillas Unidad del Pacífico: Pacífico nariñense
- Disidencias del frente 48: Putumayo
- Disidencias del frente Carlos Patiño: Sur de Cauca
- Disidencias del frente 33: Catatumbo
- Disidencias del Pacífico Caucano: Pacífico, Cauca
Es importante tener en cuenta que, aunque aquí se señala la zona de influencia, no todas las disidencias tienen la misma capacidad militar. Hay grupos que tienen influencia departamental y otros más focalizada.
Llamado a alianza con Eln
Una alianza con el Eln a nivel nacional es difícil de concretar, aunque no hay que descartarla en algunos territorios. La falta de coordinación entre los bloques que quedó en evidencia desde el fallido proceso de negociación y se agudizó por la estadía del COCE en Cuba, plantea interrogantes sobre el nivel de cohesión del Eln.
Hasta ahora ninguna de las facciones disidentes a nivel nacional tiene acuerdos sólidos con el Eln. Sin embargo, hay diferentes tipos de relación entre ambos grupos armados. En primer lugar, hay algunos pactos de no agresión bajo los cuales dividieron el territorio para evitar disputas por rentas ilegales, como en Vichada. En segundo lugar, existen alianzas entre el Eln y las disidencias de las Farc para enfrentar al Clan del Golfo, como en el Bajo Cauca antioqueño y enfrentar al frente Oliver Sinisterra, como en Nariño. Por otro lado, en algunas regiones, tanto el Eln como las disidencias manejan una relación de coexistencia por el control del territorio.
Hay subestructuras del Eln con perfil político que conviven con disidencias de corte más criminal (como en Nariño), un escenario que dificultaría la articulación.
La reacción –por ahora– del Eln, favorece a ‘Márquez’. En su cuenta de Twitter, el comandante Uriel del frente de Guerra Occidental Omar Gómez, que opera en Chocó, saludó el pronunciamiento de ‘Márquez’, ‘Santrich’ y ‘El Paisa’ por reintegrar la resistencia armada. Uriel consideró que el “bando popular” está abierto para aquellos que quieran aportar.
El Eln se ha fortalecido en algunos de sus núcleos históricos y ha intentado ampliar su influencia a zonas donde la había perdido y donde el desarme de las Farc generó un cambio en la regulación. La ruptura del proceso con esta guerrilla ha fortalecido la denominada “línea dura” que ha sido reacia a una salida negociada y que está al mando de los frentes con mayor poder y fuerza. La mayor participación y control de distintas economías ilegales genera incentivos para privilegiar la resistencia armada, estableciéndose como el centro de gravedad de sus acciones. Esto podría abrir un espacio de articulación con la “nueva” versión de las Farc.
(*) Este texto ha sido modificado. Para encontrar la versión original, ingrese a: http://www.ideaspaz.org/publications/posts/1782