José Flavio Mosquera, hermano de Jimmy Mosquera, una de las víctimas de la masacre de Bojayá sucedida en mayo de 2002, llegó hasta la población donde murió su ser querido para, desde este domingo, rendirle una serie de homenajes que finalizarán con el entierro de sus restos 17 años después de su muerte.
“Al menos ahora sabemos dónde están los restos”, afirmó José Mosquera en medio de los homenajes que este domingo reciben las 79 víctimas que fallecieron hace 17 años, en medio de uno de los episodios más violentos del conflicto colombiano.
Para José Mosquera la masacre sucedida en Bojayá jamás se borrará de su mente, pues le arrebató a su hermano. “De ese día recuerdo muerte, llanto, sangre que corría por las calles”.
“Después de 17 años voy a saber en dónde va a quedar enterrado el cuerpo de mi hermano, ni siquiera el cuerpo, los restos, ya la madre de uno va a descansar, va a saber dónde va a quedar, por ese lado uno siente alegría”, afirmó Mosquera, según indicó la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas de Colombia.
Los fallecidos en mayo de 2002 se encontraban al interior de la iglesia San Pablo de Bojayá, resguardándose de un enfrentamiento entre el Bloque Elmer Cárdenas de las Autodefensas Unidas de Colombia y miembros de la guerrilla, ahora desmovilizada, de las Farc, pertenecientes a los frentes 5, 34 y 57 del Bloque Móvil José María Córdova.
En medio del enfrentamiento, unos hombres de las Farc lanzaron un cilindro de gas lleno de explosivos hacia la iglesia donde se encontraban familias enteras de población civil, incluidos 48 niños.
El informe 'Basta ya', del Centro de Memoria Histórica, menciona que el 2 de mayo de 2002, durante los combates librados entre el bloque Elmer Cárdenas y las Farc, las autodefensas usaron a la población civil como escudo humano, al ubicarse al lado de la iglesia, que luego fue atacada sin vacilaciones por las Farc.
Una de las versiones recopiladas por el Centro de Memoria Histórica de uno de los sobrevivientes narra: “Apenas veíamos que cruzaban las balas por encima nosotros, y gritábamos: nosotros somos civiles, tengan compasión. Y yo recuerdo que del lado de allá nos gritó uno: “¡Qué civiles, sino paracos es que serán!”.
Los actos de homenaje en Bojayá incluyen rezos, intervenciones de delegados del Gobierno y de la comunidad internacional, un encuentro privado de los familiares de las víctimas y la firma de compromisos del Estado con Bojayá.
La inhumación se realizará el próximo lunes, y el martes habrá una siembra de un árbol por cada fallecido.