Si el 2020 ya se puede catalogar como el año más difícil para Colombia en las últimas décadas, el que acaba de comenzar puede vislumbrarse como el de los más grandes desafíos, al menos en lo que va corrido de este siglo.
Y no es para menos: el país arranca el 2021 teniendo como principal reto no solo seguir frenando la curva de contagios y decesos por la pandemia del covid-19, sino la urgencia de abocar de forma rápida y efectiva la vacunación de no menos de 35 a 40 millones de sus habitantes con el fin de que se pueda llegar al umbral de lo que los expertos llaman la “inmunidad de rebaño”, es decir esa instancia en donde el porcentaje de personas inmunizadas (porque ya estuvo expuesta al virus o recibió una eventual vacuna) es de tal magnitud (alrededor del 60%) que el riesgo de contagio y de transmisibilidad de la enfermedad viral se reduce de forma sustancial.
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Los estudios de seroprevalencia que fueron revelados en la tercera semana de diciembre pasado evidencian que, en promedio, Colombia está muy lejos de esa meta. El porcentaje de población contagiada (más allá de la cifra de 1,6 millones de personas a las que se les confirmó el virus) no llegaría a ocho o diez millones. Así, mientras en algunas ciudades como Leticia se considera que alrededor del 60% de su población ya tuvo contacto con el covid-19, en Bogotá, la urbe más densa del país, ese porcentaje no pasaría del 26%.
En ese orden de ideas, es claro que el principal reto de Colombia en este nuevo año no es otro que frenar la pandemia. Las cifras con que cerró el 2020 señalan que ya se había contabilizado a más de 1,6 millones de contagiados, con casi 1,5 millones de recuperados, más de 80 mil casos activos y una mortalidad alrededor de 43 mil personas.
Sin embargo, es claro que en las últimas dos semanas de diciembre se presentó un repunte de contagios en todo el país, con promedios por encima de los 10 mil casos y no menos de 200 muertes diarias. De igual manera, a nivel nacional los porcentajes de ocupación de las Unidades de Cuidado Intensivo (UCI) crecieron en ese mismo lapso, llegando en algunas ciudades a más del 90% y en otras a no menos de 70%. De hecho, ante esa circunstancia en Cúcuta, Ibagué y otras urbes se avanzó hacia nuevos confinamientos poblacionales más estrictos, en tanto que en otras capitales y municipios se optó por volver a implantar toques de queda, ‘pico y cédula’ y distintas restricciones a la movilidad, ya que la indisciplina social e individual marcó la temporada navideña y de cambio de año.
Visto todo ello, es claro que la prioridad en estos primeros dos meses de 2021 es evitar que el sistema de salud colapse. Si bien es cierto que entre marzo y noviembre pasados se duplicó el número de camas UCI, llegando a más de nueve mil, las aglomeraciones comerciales y familiares de diciembre pueden pasar factura en el arranque de este año. Por el momento, tanto el Gobierno nacional como los departamentales y municipales descartan una posible cuarentena a gran escala, por considerar no solo que ya no es una fórmula de control epidemiológico efectiva, sino que afectaría de forma grave el proceso de reactivación económica y social.
10 millones de estudiantes
Un tema crucial aquí será que todos los planes apuntan a que a finales de este mes e inicios de febrero regresen a clases semipresenciales los más de 10 millones de estudiantes de escuelas, colegios y universidades. Esta es una población que en 2020 prácticamente salió de circulación desde marzo y así duró hasta diciembre, ya que las clases fueron virtuales durante toda la emergencia.
Con una economía funcionando ya a más del 90%, es evidente que el tramo poblacional fuerte que falta por volver a circular a diario por calles y demás espacios públicos (incluidas las aulas) es el de los estudiantes. Aunque la idea es trabajar en un esquema de alternancia (unos días en el salón de clases y otros desde la casa), el regreso de la masa estudiantil es un desafío de marca mayor para los protocolos de bioseguridad y el propio plan de contingencia para frenar este nuevo pico de la pandemia con que arranca 2021.
Vacunación, desafío inédito
No obstante, el reto más importante comenzará en febrero (o incluso antes dependiendo la disponibilidad de reservas de las farmacéuticas): el esquema de vacunación de los colombianos contra el covid-19.
Hasta el momento Colombia tiene contratos firmados con Pfizer y AstraZeneca para que nos proporcionen veinte millones de dosis de sus respectivas vacunas, y por el sistema Covax se aspira a conseguir otro tanto, para un total de 40 millones. Incluso el jueves pasado se informó de otro lote de 9 millones de biológicos con Jhonson y Jhonson.
El presidente Duque y el ministro de Salud, Fernando Ruiz, fueron claros respecto a que en febrero podrían estar llegando los primeros lotes de vacunas compradas directamente y en el segundo trimestre las del mecanismo Covax, que maneja la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, Colombia tiene negociaciones con otras tres farmacéuticas para acceder a más vacunas aprobadas. Todo depende de cuándo tengan disponibilidad de biológicos y qué cantidad pueden entregar a nuestro país en este primer trimestre.
De hecho, el esquema de vacunación está completamente definido. Hay un cronograma muy detallado sobre quiénes serán los primeros en ser inmunizados (obviamente empezando por los trabajadores de la salud de primera línea en atención de la pandemia), luego los adultos mayores, después las personas de más de 50 años con comorbilidades… También se tiene listo el plan para el manejo, distribución en condiciones seguras y la aplicación de los biológicos…
Será prioritario que el Gobierno no solo gestione la llegada de las vacunas lo más rápido posible, sin importar el costo de estas, sino que pueda manejar la ansiedad social por recibir las dos dosis del biológico. No será una tarea fácil y más aún cuando está claro que la pandemia en Colombia tiene una evolución muy disímil a nivel regional y local. Se requerirá, en consecuencia, un máximo de coordinación con gobernadores y alcaldes para evitar cortocircuitos y polémicas en un tema tan delicado y de alto impacto público.
Como se ve, si enfrentar la amenaza inédita de la pandemia fue el gran reto de 2020, no solo para el Gobierno sino para todos los colombianos y las autoridades de los distintos niveles, controlar que la curva de contagios y decesos no se dispare en este primer bimestre, mientras arranca la vacunación a gran escala asoman como los dos grandes y principales desafíos en Colombia en este 2021.