COLOMBIA SE prepara para dar un revolcón en la política pública para reducir las condiciones de riesgo de desastres y adaptarse a los fenómenos de variabilidad climática.
Por lo menos así se desprende del borrador del documento Conpes que sobre la materia publicó el Departamento de Planeación Nacional y el Ministerio de Ambiente, que está sujeto ahora a comentarios de los expertos y la ciudadanía.
Según ese borrador, los cambios del clima ocurren en diferentes escalas: el tiempo se refiere al conjunto de fenómenos (como nublado, lluvioso, calor, frío, etc) que se observan durante unas horas hasta un par de días.
El Cambio Climático se refiere a una variación paulatina y progresiva, que se percibe en el largo plazo (cientos de años y más) cuanto los cambios en el clima son marcados.
Y la variabilidad Climática se refiere a oscilaciones, en las condiciones predominantes del clima, que ocurren durante varios días, varios años y decenas de años. Tiene fases extremas que en algunos casos se materializan en desastres.
“En ese sentido, y teniendo en cuenta la alta dependencia del clima, las afectaciones al desarrollo económico y social del país están relacionadas con su comportamiento, incluyendo con sus eventos extremos, y esto ha generado impactos negativos para la población en general, los sectores (productivo, infraestructura, social) y las entidades de orden nacional y territorial. En especial la población más vulnerable del país absorbe con mayor severidad los impactos generados por la variabilidad climática, y por esto, son un grupo prioritario”, sostiene el documento.
El diagnóstico es preocupante: el 13% de la población del país presenta condiciones de riesgo ante fenómenos hidrometeorológicos; de los 19.206 km de vías primarias, el 39% es altamente vulnerable; 29 municipios del Caribe y 18 del Pacífico presentan condiciones de amenaza por erosión costera; el 70% de la generación eléctrica del país se basa en hidroeléctricas altamente vulnerables; 7 de las 9 zonas portuarias presentan vulnerabilidad media y alta; y en términos económicos, no adaptarse a los retos del clima podría generar pérdidas del 0,5% del PIB cada año para el país.
Insuficiente
En ese orden de ideas, el problema central identificado para esta política pública es la insuficiente capacidad para conocer y reducir las condiciones de riesgo de desastres por fenómenos de variabilidad climática que impactan negativamente el desarrollo del país en los sectores y en los territorios, en un contexto cambiante del clima.
De acuerdo con el borrador del documento Conpes, los estudios existentes sobre los fenómenos de variabilidad climática no son suficientes para la toma de decisiones. Adicionalmente, hay una multiplicidad y traslape de instrumentos que ha desembocado en desarticulación sectorial y territorial, generando una ineficiencia del gasto.
Así las cosas, esta política pública aborda tres líneas causales del problema central identificado.
La primera está relacionada con el limitado y desigual conocimiento sobre los fenómenos de variabilidad climática para la toma de decisiones y sus posibles efectos en los diferentes sectores y territorios; la segunda, se refiere a la baja corresponsabilidad sectorial para la gestión integral de los efectos de la variabilidad climática; y la tercera, a la baja capacidad territorial para reducir el riesgo de desastres ante la ocurrencia de fenómenos de variabilidad climática.
Visto todo lo anterior, el objetivo de esta nueva política, que quedará señalada en el documento Conpes, es desarrollar acciones que permitan la generación, análisis, articulación y apropiación social de conocimiento ante fenómenos de variabilidad climática, así como la reducción de las condiciones de riesgo que estos generan y que impactan negativamente el desarrollo del país en los sectores y territorios, en un contexto cambiante del clima.
Así pues, para coadyuvar en la solución de las problemáticas identificadas, el documento promueve el desarrollo de líneas de política a nivel nacional para los sectores y territorios, que permitan: (a) generar conocimiento sobre los fenómenos de variabilidad climática y sus posibles efectos; (b) desarrollar mecanismos y estrategias de corresponsabilidad sectorial para la gestión integral ante fenómenos de la variabilidad climática, que fomenten su resiliencia y competitividad, y (c) implementar acciones que permitan la generación de capacidades y la gestión de los fenómenos de variabilidad climática en los territorios, que fomenten intervenciones resilientes, con soluciones integrales y articuladas.