Unos 2,5 millones de musulmanes de los cinco continentes se congregaron en el Monte Arafat, punto culminante de la peregrinación del Hadj, durante la cual los fieles de los países de la Primavera Árabe oraron por la libertad y la estabilidad.
Entre los peregrinos había varios sirios que agitaban una gran bandera de la rebelión que comenzó hace 19 meses contra el régimen del presidente Bashar al Asad.
"Dios, provoca el fin de Bashar" al Asad, imploraba en voz alta Ahmad Al Mohamad, un peregrino sirio de 30 años que llegó a la cumbre del Monte de la Misericordia, una pequeña colina que domina la llanura, ignorando a su madre, quien le pedía que se callara. "Las tropas del régimen matarán a toda nuestra familia allá" en Siria, decía.
El gobierno sirio no envió peregrinos este año, pero las autoridades sauditas dieron visas a los sirios refugiados en Jordania y en Líbano que querían hacer el peregrinaje./AFP