Tras el papel en 2010 de Sanín y López, hoy por hoy sólo hay dos dirigentes en la puja por la Casa de Nariño. En Congreso se pierden varias de las más altas votaciones y representaciones políticas por distintas circunstancias. El relevo femenino en las curules todavía no se puede vislumbrar, salvo algunos nombres, porque las listas a Senado y Cámara apenas se están armando
A medida que el escenario político y electoral para los comicios de 2014 se va esclareciendo, crece el interrogante en torno a cuál será la participación de la mujer en las pujas por la confección del nuevo Congreso y la Casa de Nariño.
Hay quienes consideran que el panorama no parece ser el mejor. Basan ese diagnóstico en que varias de las dirigentes políticas que eran activas animadoras de la puja política cuatro o tres años atrás, hoy no están en la pelea por los votos.
En los comicios presidenciales de 2010, la representación más notoria del género femenino estuvo en cabeza de la precandidata y luego candidata presidencial del Partido Conservador, Noemí Sanín. La excanciller y ex embajadora ganó el tiquete en la consulta interna al sumar más de 1,1 millones de votos, imponiéndose al ex ministro Andrés Felipe Arias, en tanto que en la primera vuelta presidencial sumó casi 900 mil sufragios.
Sanín, quien fue la única mujer entre los nueve aspirantes que se midieron en la primera vuelta, hoy se encuentra alejada de la política electoral y si bien recientemente se alcanzó a mencionar su nombre como posible cabeza de lista del conservatismo al Senado, ella se apresuró a declinar el ofrecimiento.
En esa contienda presidencial de 2010 la otra mujer que se hizo sentir fue Clara López, la fórmula vicepresidencial del entonces candidato del Polo, Gustavo Petro, quien sumó 1,3 millones de votos.
López sí estará presente en 2014 ya que después de la pasada contienda presidencial asumió las riendas del Polo, luego fue designada alcaldesa encargada de Bogotá tras el encarcelamiento de Samuel Moreno y es desde el año pasado la aspirante oficial a la Casa de Nariño por la colectividad de las toldas amarillas.
La otra mujer hasta el momento en la precampaña por la jefatura del Estado para el próximo año es la ex ministra Marta Lucía Ramírez, quien inicialmente se mencionó dentro de la baraja de precandidatos del uribismo pero al no concretarse una alianza de este sector con el conservatismo, ella pasó a ser precandidata en las toldas azules.
Muy lejos
En 2010 se creía que Ingrid Betancourt, quien fuera candidata presidencial en 2002, cuando fue secuestrada por las Farc y luego rescatada en 2008 en la famosa Operación Jaque, iba a incursionar en los comicios por la sucesión de Uribe. Al final ni siquiera apareció y en 2014 las posibilidades son aún menores toda vez que se encuentra en Europa en actividades personales. A ello se suma que la polémica por la millonaria demanda que trató de interponerle al Estado por las circunstancias de su plagio, prácticamente enterraron su carrera política en Colombia.
También se creía hace tres años largos que en 2014 uno de los nombres que iba a jugar duro en la puja por la sucesión de Juan Manuel Santos era el de la siempre polémica senadora liberal Piedad Córdoba. Sin embargo esa posibilidad se marchitó muy temprano ya que en septiembre de 2010 la Procuraduría la destituyó por nexos non sanctos con las Farc y la inhabilitó por más de una década para ocupar cargos públicos. Si bien hoy es la cabeza visible del naciente movimiento Marcha Patriótica, no puede ser candidata al Congreso ni algún otro cargo de elección popular. Incluso, ya sumó una segunda destitución. Su última esperanza es una acción de tutela contra los fallos que cursa en la Corte Constitucional.
Otro de los nombres que sonaba como una posibilidad para integrar una posible baraja de fórmulas vicepresidenciales en 2014 era el de la exsenadora y excandidata a la Alcaldía de Bogotá, Gina Parody, quien en los comicios distritales de 2011 alcanzó a sumar más de 370 mil votos. Sin embargo, pronto entró al Gobierno como Consejera Presidencial para temas de Bogotá y luego, tras múltiples choques con Petro, dio un paso al costado. Hoy por hoy es la directora del SENA y está inhabilitada para jugarse electoralmente en 2014.
También se había hablado de la posibilidad de que la exministra liberal (rebelde) Cecilia López volviera a asomar en estas lides políticas, esta vez a bordo del movimiento Pido la Palabra, pero ese naciente facción se quedó a medio camino.
Como se ve, el que hoy por hoy sólo dos mujeres estén figurando como candidatas o precandidatas es ya de por sí un índice muy bajo, toda vez que son cuadriplicadas por el número de aspirantes hombres.
Es más, en los corrillos políticos se asegura que será en las fórmulas vicepresidenciales en donde se podría ver alguna participación femenina adicional, sobre todo de dirigentes de origen regional. Habrá que esperar a ver qué sucede.
Curules perdidas
Hacer el análisis con miras a lo que serán los comicios parlamentarios y la participación allí de la mujer es más complejo, en gran parte porque hasta el momento las listas al Senado y la Cámara no se han oficializado.
Sin embargo, de entrada hay que señalar varias bajas sensibles. De un lado está la ausencia de la senadora más votada en 2010, con 203 mil votos, la bogotana Gilma Jiménez, quien falleció meses atrás. Hasta el momento no se ve en la naciente Alianza Verde quién pueda heredar ese capital político tan significativo.
Tampoco estará, como ya se dijo, la combativa y polémica Piedad Córdoba, que sumó 67 mil votos en 2010. Igual en La U contarán con dos bajas importantes, las de Dilián Francisca Toro (la senadora más votada, con 151 mil votos) y Piedad Zuccardi (75 mil votos). Ambas fueron apresadas por orden de la Sala Penal de la Corte Suprema, aunque la primera ya recuperó su libertad. En el liberalismo fue destituida por la Procuraduría Amparo Arbeláez (41 mil votos). Tampoco repetirá curul la conservadora Liliana Rendón (109 mil votos), toda vez que aspiraría a la Gobernación de Antioquia a nombre del uribismo en 2015.
Se trata, sin duda, de fuertes bajas en materia política, pues la mayoría de las senadoras que no repetirán obtuvieron votaciones muy altas, no sólo dentro de sus respectivas listas sino en el conteo general de todos los candidatos.
¿Y el relevo?
No hay que olvidar que en los comicios de 2010 fueron elegidas 17 senadoras, en un total de 102 curules, pero 4 de ellas terminaron por fuera de sus curules. Y sólo dos entraron como reemplazos, Astrid Sánchez Montes de Oca (La U) y Doris Clemencia Vega (PIN).
En lo que hace a la Cámara, 20 mujeres lograron escaños en 2010, pese a que hay 166 escaños en esa corporación legislativa.
¿Subirá o bajará esa representación en 2014? Como se dijo es muy difícil aventurar un pronóstico pues las listas apenas se están armando. Sin embargo, se presume que gran parte de aquellas mujeres que hoy tienen escaño, buscarán la reelección, entre ellas varias con perfiles y ejecutorias muy sobresalientes en las tres últimas legislaturas.
En cuanto a los relevos, ya hay nombres de posibles debutantes interesantes. Por ejemplo, en la plancha del uribismo al Senado están la politóloga Paloma Valencia y la exministra María del Rosario Guerra, En la Cámara por Bogotá iría la profesional María Fernanda Cabal.
En las toldas del liberalismo se habla que Carmen Palencia, líder de procesos de restitución de tierras, buscaría llegar a la Cámara. Igual se sabe que los partidos Conservador, Cambio Radical y otros de la coalición de gobierno, así como de la oposición, están tras nombres de mujeres de amplia representación para conformar sus listas, incluso encabezando las planchas.
Lo importante no sólo es cumplir con la cuota del 30 por ciento mínimo de mujeres en cada lista, ni tampoco candidatizarlas sólo por buscar los incentivos que ofrece la ley, sino señalar dirigentes que puedan tener el suficiente arrastre popular para salir electas en las urnas y llegar al Congreso y a la propia Casa de Nariño a marcar la diferencia. ¿Será ello posible? En marzo y abril del próximo año se sabrá la respuesta a ese interrogante.