Rusia denunció que la suspensión de la construcción del gasoducto South Stream se la impuso la Unión Europea a Bulgaria en el marco de la adopción velada de sanciones económicas contra Moscú.
La suspensión de la construcción de este gasoducto que pretendía transportar gas ruso al sur de Europa, y que anunció Bulgaria el domingo, constituye un "paso rampante hacia sanciones económicas contra Rusia", declaró a la agencia Itar-Tass el representante ruso ante la UE Vladimir Tchijov.
"Hay señales directas que muestran que las acciones de la Comisión Europea sobre South Stream están vinculadas directamente a la crisis en Ucrania", agregó.
El primer ministro búlgaro, Plamen Oresharski, anunció el domingo la suspensión de los preparativos para la construcción del gasoducto rusoitaliano que iba a comenzar este verano, tras las críticas de Bruselas y Washington.
La Comisión Europea envió la semana pasada una carta de advertencia a las autoridades búlgaras, primera etapa de un procedimiento de infracción, arguyendo que Bulgaria incumplió las reglas europeas para mercados públicos.
"Es difícil no pensar que el bloqueo de la Comisión Europea del inicio de las obras en Bulgaria no se ha debido a objetivos puramente políticos", agregó Tchijov, interrogado por Itar-Tass en Bruselas.
"South Stream sin duda está vinculado con Ucrania, ya que tras su construcción este país perderá el estatus de monopolio del tránsito" de gas hacia Europa central y del sur, declaró.
Subrayó que además de la Comisión Europea, Estados Unidos también ha tenido algo que ver en esa decisión.
El embajador estadounidense en Sofia, Marcie Ries, criticó la semana pasada la decisión de Bulgaria de conceder la construcción del tramo a la empresa rusa Stroytransgaz, objeto de sanciones estadounidenses.
"No es el momento de hacer negocios con Rusia" como si no hubiera pasado nada, dijo el embajador.
Según Tchijov, estas declaraciones muestran que "los que acusan a Rusia de utilizar la energía como modo de presión deberían mirarse primero en el espejo".