Morcillas fiadas | El Nuevo Siglo
Lunes, 28 de Noviembre de 2011

 

El ex presidente Uribe terminó como doña Marina, una señora de la morcilla de un pueblo del antiguo Caldas que hacía tres menudos semanales. Los entregaba a sus clientes y después pasaba a cobrarles, operación que debía repetir tres veces por la morosidad de los consumidores. Luego se estacionaba en el parque para a contarle a todo el pueblo que algunos de sus compradores le seguían debiendo la rellena. Eso mismo le pasaba al presidente Santos con Uribe, quien se cansó de dar consejos en privado, tras hacer reclamos públicos en Colombia. En esta ocasión, Uribe la tomó por donde era, como misiá Marina: Lo que mortifica es que se sepa afuera lo que pasa adentro.

 

Carambola. Cuando Uribe se reúne en Bogotá con la oposición a Chávez y decide ejercer la vocería latinoamericana, poniendo en evidencia los desmanes de los gobiernos de izquierda, termina tacando una carambola a tres bandas: Silenció a Correa, quien pedía una prueba del polífrago, detector de mentiras, buscando cambiar las versiones encontradas en el computador de Reyes. Segundo, se metió directamente en la agenda que desarrollarán hoy Chávez y Santos, en la cumbre de Caracas. Tercero: Cautiva audiencias en los distintos países como la Argentina, donde muchos empresarios de la industria minero-energética se quejan de la regulación extrema que pone el gobierno Kirchner casi hasta ahogarlos, para luego devaluar sus empresas y hacer que amigos del régimen se queden con ellas, a menor precio.

 

Audiencia. Muchas llamadas recibe de Caracas, Quito, Buenos Aires y Managua el ex presidente. Así, Uribe empieza a ganarle a  Santos un pulso que estaba perdiendo en la parroquia nacional por estar distraído, megáfono en mano, en la disputa por el poder local, en donde las fidelidades “ideológicas” se miden por la capacidad de proveer nómina y contratos.

Ahora vendrá la réplica de Chávez, Correa, Kirchner y Ortega contra el sindicato que pretende montar Uribe con los partidos de oposición integrados por amigos de Lucio en Ecuador; Alan en Perú; los antiperonistas en Argentina y las fuerzas  antichavistas de Venezuela.

 

Crecimiento. Santos, al estilo de la izquierda burocrática, crece el tamaño del Estado con nuevos ministerios y viceministerios; nuevas agencias nacionales especiales, unidades administrativas, nuevos departamentos Administrativos; altos consejeros, nuevas secretarías presidenciales, nuevas gerencias y la apertura de embajadas que según el ministro Echeverri, a quien ahora apodan el Bolillo Echeverri, le cuestan al país 300.000 millones de pesos.

 

Ahogándose. Mientras Santos aboga por un Estado macroencefálico, las regiones se encuentran en un lamentable estado famélico; una pobreza que agobia; una inequidad que aterra; el agua hasta el cuello y las muy lejanas posibilidades de alcanzar un ingreso digno. Con razón la contralora Sandra Morelli reclama que a un mayor crecimiento del funcionamiento estatal, debe haber un crecimiento proporcional del tamaño del control fiscal. Se equivoca el Ministro al señalar que se trata de ampliar la nómina de la Contraloría, cuando se trata de evitar los desmanes de la macroencefalia.