El Congreso de Brasil aprobó el texto final del decreto presidencial destinado a atraer inversiones para ampliar y modernizar los congestionados puertos de esta potencia emergente.
Con 53 votos a favor, siete en contra y cinco abstenciones, el Senado aprobó el instrumento, sin alteraciones, que más temprano recibiera de la Cámara de Diputados.
El decreto, que establece nuevas reglas para las concesiones de puertos públicos y autorizaciones de apertura de puertos privados, tenía que ser aprobado por los senadores antes de la medianoche del jueves para no perder validez.
El texto será enviado ahora a la presidenta Dilma Rousseff para su sanción. La mandataria evaluará si veta las enmiendas aprobadas por el legislativo.
El decreto propone también la apertura del mercado de trabajo a quienes no están inscritos en el Órgano de gestión de mano de obra (Ogmo), lo cual es rechazado por estibadores que temen bajas salariales.
Según los sindicatos del sector, Brasil cuenta con 34 puertos públicos con 172 terminales públicas y 129 puertos mixtos (público/privados) que emplean a unos 80.000 estibadores.
Con este decreto emitido en diciembre de 2012 y el anuncio de una serie de inversiones por 28.000 millones de dólares, el gobierno brasileño busca mejorar la competitividad de la economía poniendo fin a obstáculos en el sector, como vetustas y saturadas infraestructuras y la burocracia, que afectan la actividad económica.
Bechara Abdalla Pestana Neves, presidente de la Codesp, la autoridad del puerto de Santos, el mayor del país y situado en el estado de Sao Paulo, dijo el mes pasado a la AFP que de aquí a 10 o 15 años, el tráfico de mercaderías se habrá triplicado a 230 millones de toneladas, "o sea nueve millones de contenedores en lugar de los actuales tres millones"./AFP