Muy cerca de alcanzar la semifinal de la Liga Águila I está Millonarios, que además tiene la ventaja de depender de lo que haga en la cancha de El Campín a partir de las 5:30 p.m., ante un Bucaramanga, que sueña con dar la sorpresa.
El 2-2 con que finalizó el duelo de ida el miércoles dejó abiertas las posibilidades para los dos, pero se supone que la ventaja la tiene el equipo que actúa como local, en este caso el celeste.
Será un cotejo en el que prime lo táctico-estratégico contra el juego profundo, punzante siempre en busca del arco contrario.
Si bien es cierto Millonarios ya no es ese elenco atropellado que salía a avasallar al contrario, también lo es que mantiene ese gusto por ir de frente, por evitar el juego lateral o hacia atrás que desespera al aficionado.
Al frente tendrá a un rival corto en nómina, pero batallador y que basa su juego en hacerse fuerte en defensa, en cerrar espacios, en apretar en la marca y si es necesario, como ya ocurrió en el estadio Álvaro Gómez Hurtado, recurre a la marrulla para ganar segundos o distraer al contrincante.
No es casualidad que justo cuando Del Valle iba a cobrar la pena máxima, llegara al área un balón lanzado desde el lateral. Esas son mañas que vienen desde las épocas de Zubeldía, Bilardo, Manera o Rodríguez y que las aplica cuando es necesario el Pecoso Castro.
Por lo mismo no es de extrañar que hoy se pierda mucho tiempo por parte del visitante, que se cometan continuas faltas, que se corte continuamente el juego y Bucaramanga busque en el contragolpe dar el impacto de gracia a Millonarios.
Miguel Ángel Russo, quien al parecer no conoce bien al Pecoso Castro, debe tomar medidas preventivas para que sus jugadores no se dejen provocar y que no caigan en ese accionar de choque continuo que en nada les va a favorecer.
Millonarios tiene que hacer lo que sabe: imponer condiciones y buscar liquidar el partido desde temprano para luego administrarlo.
Los errores que se cometieron en la ida no se pueden repetir por parte del plantel y mucho menos por los lados del técnico Russo, quien en algunas ocasiones es errático en los cambios.
El estratega tiene la ventaja de que hoy dispondrá de un elemento clave que le ha hecho mucha falta, como es John Duque, volante de primera línea eficiente en la recuperación del balón y eficaz en la entrega.
Russo deberá buscar alternativas porque si Millonarios le taponó la salida a los laterales de Bucaramanga, Castro vendrá a hacer lo mismo porque sabe que Machado y Palacios crean muchos problemas cada vez que se proyectan.
También, cuando los dos vayan al ataque es necesario que Cadavid, Franco, Duque y Rojas estén muy atentos para cubrirles las espaldas y no dar ventajas que bien pueden ser capitalizadas por la visita.
Mosquera y Silva serán los otros dos volantes y se supone que por la necesidad que tienen los azules de ganar, el estratega ponga a Del Valle y Riascos arriba.
Riascos convirtió en el Álvaro Gómez Hurtado, pero su aporte real a la campaña azul ha sido mínimo, ¿será que hoy se destapa y hace honor al rótulo de goleador conque llegó?
Con Del Valle no hay problema porque se mueve por todo el frente de ataque, abre espacios, forcejea con los centrales y cuando es necesario ayuda en la marca.
Por las condiciones del partido, porque se prevé que será muy cerrado, en cambio de Riascos, el técnico debería pensar en Núñez para que tire centros para Del Valle, Silva o Mosquera, que se supone deben llegar a acompañar.
Los Leopardos, que tan solo disponen de una nómina de 16 jugadores, basarán su juego en la solvencia del golero Alejandro Otero, la experiencia de Yulián Anchico, el talento de Jhon Pérez y lo que haga Pajoy en ataque.
Por los antecedentes, se espera un partido cerrado, en el que Bucaramanga vendrá a enredar y a tratar de embolatarle la clasificación a Millonarios, pero el local, si quiere clasificar debe mandar en la cancha, no cometer errores y capitalizar las opciones de gol que genere y que, normalmente por partido, son muchas.
¿Definido?
El otro compromiso previsto para hoy correrá por cuenta de Medellín y Cali, a partir de las 7:30, en el Atanasio Girardot.
Los azucareros llegan con una ventaja de 4-1 que debería ser suficiente para clasificar, pero al frente está el Poderoso de la Montaña y eso significa que va a salir a intentar darle vuelta al marcador o, por lo menos, equipararlo.
El técnico Cárdenas, del Cali, tiene que ser muy meticuloso en la planificación del partido y en la escogencia de los jugadores, especialmente para el sistema defensivo, puesto que es el sector en el que más frágil ha lucido en algunos partidos.
La ventaja que tienen los verdiblancos es que de la segunda línea de volantes hacia arriba, con Benedetti, Sambueza y Roa, generan muchas opciones de gol y ellos mismos las convierten o dejan a su delantero mano a mano con el arquero.
Del otro lado está Medellín, cuyo técnico, Luis Zubeldía, ha planteado excelentes partidos, pero en otros se le han ido las luces, como le ocurrió en la Copa frente a Emelec o para no ir muy lejos, el pasado jueves en Palmaseca.
Hoy, el Poderoso tiene que salir a jugarse el todo por el todo. Si no logra revertir el marcador y queda eliminado, los directivos deben tomar medidas y la primera será la salida del técnico, a quien trajeron para sacar al equipo campeón de la Liga y para pelear en la Copa Libertadores. En ese objetivo, ya falló.
Por la necesidad del dueño de casa y la tranquilidad con que llega la visita se prevé un partido en el que un equipo tendrá que lanzarse por completo al ataque y el otro deberá esperar y contragolpear.