El técnico Richard Páez quiere reafirmar que su proceso tiene buenas bases.

Por José Yesid Angulo Campos
Periodista de EL NUEVO SIGLO

Los términos medios no hacen parte del léxico del nuevo Millonarios, que en la Liga Postobón I hubiera alcanzado la semifinal si La Equidad no se le hubiera atravesado en el camino, privándolo de buscar la corona en el primer semestre.

Ahora, en el Torneo Finalización, con cinco refuerzos, esperan conquistar la estrella catorce, que les ha sido esquiva desde 1988, cuando dieron su última vuelta olímpica. Millos, conducido por el médico venezolano Richard Páez, quiere mantener su ritmo y la tarea comenzará hoy frente al Atlético Huila (5:30 de la tarde) en el estadio Guillermo Plazas Alcid de la ciudad de Neiva.

Páez, quien ha manifestado que los refuerzos le llegaron tarde, sueña con terminar con el ayuno y para lograr el objetivo dio el visto bueno para que le contrataran a los laterales Harold Martínez y Álvaro Manga, al defensor central Flavio Córdoba, y a los delanteros Álvaro Barros y el paraguayo Jaison Ibarrola, quienes garantizan sacrificio y entrega total.

Richard Páez tiene la ventaja de que conservó la nómina base de la Liga Postobón I. O sea que la escuadra tiene identidad y las caras nuevas se adaptarán contra el reloj al estilo de juego, en el que se combinan todos los elementos para sumar: fuerza, entrega y efectividad, muchas veces sin jugador bonito, pero triunfando, que es lo que interesa a la hora de las evaluaciones.

En el duelo ante los ‘Opitas’, Pedro Franco será el líder en la línea de atrás, acompañado del veterano José Mera, quien no es veloz, pero imprime orden y experiencia, mientras que Harold Martínez debutará oficialmente marcando la punta derecha, en tanto que Lewis Ochoa cuidará el carril izquierdo. Es una defensa bien conformada, que respaldará al arquero Nelson Ramos, quien será inicialista.

Rafael Robayo, Juan Esteban Ortiz, Carlos Preciado, Luis Mosquera y Jefferson Angulo son los más seguros volantes, y arriba estará el joven Álvaro Barros, de quien se dice será un hombre-gol.

“La estrella catorce es nuestra gran meta. Estamos trabajando arduamente para darle una alegría a los hinchas”, señalaron los refuerzos del equipo ‘Embajador’, quienes no han tenido problemas para acomodarse a los 2.650 metros de altura de la Capital.

“Lucir la camiseta de Millonarios es un orgullo para cualquier jugador y vamos a batallar para ser campeones”, agregaron.

Millos, sin una nómina que deslumbre, saldrá a vencer, porque además necesita motivar a su público, para que lo acompañe masivamente en el estadio El Campín. La empresa Azul y Blanco, que fue la encargada de darle el revolcón al club, confía en recaudar muchos millones de pesos para fortalecer las arcas y en el 2012 estar bien económicamente para contratar jugadores de postín.

El reto de Millos en la Liga Postobón II va más allá. Quiere mostrar jugadores hechos en las divisiones inferiores, con los cuales no habría necesidad de traer refuerzos, los futbolistas jóvenes están dispuestos a jugarse el alma y a demostrar que son más que los extranjeros. Páez tiene el compromiso de darles la oportunidad a los sardinos, a quienes les dará minutos, partido tras partido, para que tomen confianza.

“Millonarios desde hace mucho tiempo no descubre un jugador de la talla de Jhon Mario Ramírez y ha llegado la hora de que Richard Páez lo haga. La clave estará en la oportunidad que les dé a los muchachos, quien vienen siendo formados por entrenadores que saben de su oficio”, dicen quienes les siguen la huella a los semilleros del conjunto azul.

Durante los 90 minutos dominicales contra el Huila (dirigido por Néstor Otero) se podrá ir sacando conclusiones de para qué está Millonarios en los 18 partidos que le esperan. Millos, por su tradición, no podrá ser un animador, sino un protagonista de primera, codo a codo con los llamados consagrados.

Millonarios Fútbol Club, que salió de una dura crisis económica, por el orden de 35 mil millones de pesos, ahora deberá exhibir en el terreno de la verdad que deportivamente está capacitado para ser el número uno, con la táctica del galeno Richard Páez, a quien criticaron y hasta pidieron su cabeza, porque los resultados no se le daban en el arranque de su proceso a comienzos de año, pero gracias a José Roberto Arango, lo mantuvieron y más de uno sonrieron con los partidazos en la recta final de la Liga Postobón I, en la que ilusionó con la corona, pero La Equidad lo aseguró, cuando se esperaba que pasaría fácil a la finalísima.

En este nuevo capítulo, Millos no será un invitado de piedra. Con una nómina modesta, pero muy comprometida, intentará estar en lo más alto del podio a finales de diciembre.