Unos 4.000 migrantes han sido rescatados en las últimas 48 horas en el canal de Sicilia, sur de Italia, informó hoy la Guardia Costera italiana.
Los migrantes y refugiados, que viajaban en botes neumáticos, fueron auxiliados en el curso de 25 operaciones, de las cuales 8 realizadas el lunes y 17 el martes.
Todos los migrantes llegaron vivos, precisa la misma fuente.
La llegada de un número tan elevado de indocumentados confirma los temores de la autoridades de una nueva oleada de travesías con el final del invierno y la temperatura más cálida de la primavera.
A su vez, un portavoz de la marina militar de Libia anunció que seis embarcaciones con 649 migrantes fueron interceptadas por los guardacostas libios este martes en Sabratha, entre la capital Trípoli y la frontera con Túnez.
El día anterior, 115 inmigrantes ilegales habían sido rescatados frente a Trípoli cuando su barco se dañó.
Según las últimas cifras de la ONU, 19.900 personas llegaron a Italia por mar desde el comienzo del año, y 153.000 a Grecia.
Más de 700 personas murieron o desaparecieron en ese mismo periodo en el Mediterráneo, convertido en un enorme cementerio.
El sábado, el papa Francisco viaja a la isla griega de Lesbos, principal puerta de entrada a Europa para los refugiados y migrantes que huyen de los conflictos en Medio Oriente, África y Asia.
Con su visita a Lesbos, el papa quiere dar voz a los migrantes que se ven obligados a cruzar continentes tanto en América como en Europa, para huir del hambre, la pobreza y los conflictos.
La tensión reina también en las fronteras internas de Europa, particularmente entre Grecia y Macedonia, debido a la presencia de los miles de migrantes que se encuentran varados en territorio griego en condiciones muy precarias.
Varios países europeos han prohibido en los últimos meses el acceso de los migrantes en su territorio.
Austria empezó hoy a preparar el terreno para construir una barrera, con la que quiere impedir la entrada de migrantes por Brenner, uno de los principales pasos fronterizos con Italia, donde la medida generó indignación.
Tras el cierre de la ruta de los Balcanes, por la que el año pasado transitaron cientos de miles de refugiados procedentes en buena parte de Irak y Siria, Austria teme un nuevo flujo de migrantes llegados a Italia por el mar Mediterráneo. /AFP