Mezcla de tapahuecos afectaría ambiente | El Nuevo Siglo
Jueves, 12 de Junio de 2014

En visitas de seguimiento, la Veeduría Distrital determinó que siguen los incumplimientos a las obligaciones del contrato para aplicar la tecnología de parcheo por inyección a presión neumática para la malla vial de la Capital del país.

Ayer, al mismo tiempo que la veedora Adriana Córdoba presentaba el estudio sobre la falta de planeación y supervisión de la Unidad Administrativa Especial de Rehabilitación y Mantenimiento Vial (UMV) a la empresa contratista Green Patcher Colombia S.A.S. seleccionada mediante contratación directa para aplicar la tecnología de parcheo por inyección a presión neumática para la malla vial de la ciudad, el alcalde mayor Gustavo Petro trinó que estaba tapado el hueco 5.000 con Juan Carlos Abreu, nuevo director de la UMV.

El ente de control comprobó las deficiencias técnicas que presenta la mezcla utilizada para el parcheo y que hacen evidente su mala calidad, las posibles implicaciones para la vida e integridad de los usuarios de la malla vial de la ciudad, la afectación del medio ambiente por el material particulado en suspensión y los daños a vehículos, con la consecuente responsabilidad patrimonial a cargo del erario distrital.

Estos problemas fueron reconocidos por la misma UMV. A finales de marzo la supervisora señaló que en el 100 por ciento de los parches realizados durante el último mes, se encontraron problemas de exudación. “En los que presentan mayor severidad la emulsión ha producido una superficie totalmente lisa que en las horas de mayor temperatura ambiente se produce un ablandamiento y desprendimiento de la emulsión que termina en el arrastre de ésta por el paso de los vehículos. En los que se presenta menor severidad se encuentran parches brillantes donde se tiende a desprender con facilidad la mezcla”, señaló la supervisora a la empresa contratista.

La supervisora de la UMV informó a la Veeduría que llamó la atención al contratista porque “El acabado de los parches es muy desigual y la lisura extrema presume poca limpieza del material instalado, que a su vez indica que la emulsión puede tener problemas para adherirse a los granulares”.

Añadió que “al cabo de dos semanas de instalada la mezcla, algunos parches aún presentan una textura viscosa que hace inestables los parches y provoca el ahuellamiento y corrimiento de la mezcla. Aún no se posee un diseño de mezcla o fórmula de trabajo con la cual se pueda realizar el respectivo control de calidad de los trabajos realizados”.

Para la Veeduría Distrital desde marzo 13 de 2014 cuando se inició el contrato no se encontraba en condiciones de ejecutarlo porque no tenía material, la máquina remalladora no funcionaba regularmente, carecía de personal para hacer seguimiento al contrato y la emulsión no cumplía con las condiciones técnicas.

Por su parte, la empresa Green Patcher se ha escudado en el hecho de que se vio afectada por la mala calidad de la emulsión que le estaba suministrando uno de los proveedores, razón por la cual acudió a un nuevo proveedor quien, según la empresa contratista, pidió varios días para preparar la emulsión requerida.

De otro lado, al momento de la visita de la Veeduría Distrital, el contratista no había entregado a la UMV la fórmula de trabajo utilizada (uso granulométrico, características de la emulsión y contenido de asfalto), ni el plan de contingencia para recuperar el tiempo perdido y garantizar la ejecución del contrato, toda vez que tal como revisó el ente de control, de 26 días transcurridos desde la fecha en que comenzó la ejecución, solo cinco de ellos se trabajaron a doble jornada de acuerdo con el compromiso; los demás se trabajaron en jornadas incompletas, generando atrasos en la programación, pérdida de tiempo y sobrecostos en el equipo dispuesto para la supervisión.

La Veeduría Distrital concluyó además que Green Patcher Colombia SAS presentó un plan de trabajo 13 días después de la suscripción del acta de inicio y lo formuló sin tener un mínimo conocimiento de los volúmenes reales a atender en cada localidad y cuadrante, es decir, presentó un esquema que no se ajustaba a la realidad de los requerimientos del contrato.