La estabilidad financiera podría verse amenazada por una eliminación "desordenada" de las medidas excepcionales adoptadas por los principales bancos centrales para luchar contra la crisis, consideró el jueves el Fondo Monetario Internacional (FMI).
"En algunos casos, los riesgos no provienen de políticas no convencionales sino de las dificultades para poner fin" a esas medidas, señaló el FMI en un informe publicado antes de sus previsiones económicas mundiales previstas para difusión el martes.
Desde que se inició la crisis, los bancos centrales de varios países ricos, en particular la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco Central Europeo, se comprometieron en una costosa política que mezcla la compra de activos (bonos de deuda principalmente) y una rebaja de las tasas de interés, como forma de inyectar liquidez en la economía y evitar que se resienta el crédito.
En su informe, el FMI llama a los bancos centrales y a los dirigentes a actuar con prudencia cuando la economía se encamine hacia la normalidad.
Los riesgos "deberán ser anticipados y gestionados, en particular porque las políticas de flexibilización monetaria representan un terreno desconocido", consideró el Fondo.
La institución señaló en particular la posibilidad de una futura alza de las tasas de interés, que se encuentran en mínimos históricos tanto en Europa como en Estados Unidos.
"Una suba desordenada o excesiva (...) complicaría fuertemente la adaptación al nuevo entorno financiero", señaló.
"A corto plazo, los bancos débilmente capitalizados podrían verse afectados", destacó el Fondo.
El FMI también teme la "incertidumbre" en torno a la estrategia de los bancos centrales sobre los títulos de deuda pública que adquirieron en masa durante la crisis para ayudar a los Estados nacionales.
Si se venden de forma precipitada, eso podría perturbar los mercados y hacer subir las tasas de interés para los países que emiten deuda.
"Estos desafíos destacan la importancia de una estrategia de comunicación bien planificada y claramente articulada", destacó el FMI.