El retador irlandés arrancó el combate con mucho ímpetu, pero su esfuerzo le acabó pasando factura con el transcurso de los asaltos.
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El boxeador estadounidense Floyd Mayweather derrotó por nocaut técnico en el décimo asalto a la estrella de las artes marciales mixtas, el irlandés Conor McGregor, la noche del sábado en el T-Mobile Arena de Las Vegas, y se despidió definitivamente del boxeo a sus 40 años.
McGregor arrancó el combate con mucho ímpetu, pero su esfuerzo le acabó pasando factura con el transcurso de los asaltos. Mayweather, en cambio, se fue haciendo grande tras cada round y, en el décimo, el árbitro tuvo que finalizar la pelea.
Con este triunfo, Mayweather se retira con una inmaculada carta de 50 victorias y ninguna derrota, superando a su vez a la leyenda italo-estadounidense Rocky Marciano.
"Tienen mi palabra, que esta fue mi última pelea. Rompimos récord de taquilla al recaudar casi 80 millones de dólares y pronto tendremos los números de venta de PPV pero sabemos que en Los Ángeles y Florida hubo problemas técnicos por el alto número de personas que compraron la pelea", señaló Mayweather.
El astro del boxeo añadió en conferencia de prensa que "puedo decir que esta noche llevamos el boxeo al siguiente nivel porque superamos mis propias marcas".
Cuando finalizó el combate, los dos púgiles sonrieron felices. Ambos se sentían ganadores: McGregor, en su primera pelea como boxeador, logró aguantar 10 rounds a uno de los mejores libra por libra de la historia, mientras que "Money" conservó su invicto, amplió su racha y se embolsó cerca de 200 millones de dólares.
"Me apegué al plan que habíamos trazado con mi equipo (...) Yo les dije que esta pelea no iba a la distancia. Tengo más de 20 años y sabía lo que debía hacer para que esto sucediera. Fui disciplinado porque esta pelea era muy difícil", agregó Floyd.
Realmente no fue sencillo para Mayweather. El irlandés, conocedor de que sus opciones pasaban por brillar en los primeros instantes del combate, comenzó mejor que su contrincante, logrando dirigir varios golpes a la cabeza de su rival y ganando a los puntos en los primeros minutos.
En el cuarto round todo cambió. El cansancio se empezó a notar en "The Notorious" y Mayweather se adueñó del choque.
En el séptimo McGregor se salvó de milagro, pero en el décimo el árbitro Robert Byrd se vio obligado a poner fin a la contienda cuando el irlandés se tambaleaba y se mantenía en pie como podía agarrado a las cuerdas.
Los aficionados abandonaron las gradas satisfechos. El espectáculo multimillonario, el evento deportivo que más apuestas ha suscitado en la historia de Las Vegas, había merecido la pena.
Mayweather dejó el cuadrilátero más rico, ya que se estima que las ganancias totales de su carrera superan los 1.000 millones de dólares, mientras que McGregor, un plomero de profesión y estrella de las artes marciales mixtas (MMA), abandonará Nevada con cerca de 100 millones más en sus bolsillos.
Al final de la cartelera, Mayweather anunció una vez más su retiro del deporte y recibió el llamado "Money Belt", una pieza artesanal hecha de oro, zafiros y esmeraldas entregada por el Consejo Mundial de Boxeo.
Sobresaltos
Aunque se esperaban ventas millonarias en taquilla y pago por visión en televisión, la arena no se llenó en su totalidad.
La pelea estuvo envuelta toda su promoción por una inusual presión mediática por el hecho de enfrentar a los atletas más importantes de los deportes de combate de los últimos 20 años.
El primer round fue de estudio y salvo un uppercut de McGregor hubo pocos sobresaltos.
Para el segundo asalto ya llegaba la primera amonestación verbal para el irlandés por lanzar golpes a la nuca del estadounidense, que se apegaba a un plan de obligar a su rival a desgastarse lo más pronto posible.
En el cuarto round, McGregor salió decidido a terminar la pelea tal como había prometido en la gira promocional, pero se encontró con la experiencia de su rival, que simplemente lo maniataba, obligándolo a cometer imprecisiones.
Grandes campeones
A partir de este lapso empezó a hacerse notoria la inexperiencia de McGregor en el boxeo, ya que Mayweather se apoderaba del ritmo del combate e incluso al finalizar el quinto asalto empujó al irlandés como un desafío y sonriendo en señal de supremacía.
Para el séptimo, seguía el festival de golpes de Mayweather, que se beneficiaba por un rival mermado físicamente y que ya no encontraba tan cómodo los ángulos para atacarlo.
Cumpliendo con las expectativas, Mayweather hizo sentir su experiencia y, con una leve ventaja en las tarjetas de los jueces, consiguió conectar a McGregor con una serie de combinaciones que lo dejaron mal parado y que obligaron al árbitro a detener el combate a los 1:05 minutos del décimo round.
Al finalizar la pelea, Mayweather elogió a su rival.
"Es un gran campeón. No cualquiera acepta venir a enfrentarse al monarca de otro deporte", aseguró.
McGregor, por su parte, quien contó con el apoyo de los aficionados, resaltó el hecho de ser parte de un evento de talla mundial.
"Mucha gente pensaba que no se iba a hacer esta pelea. Pero se hizo y la gente no puede decir que no hubo espectáculo. Floyd es un deportista fuera de serie y fue un honor enfrentarlo", comentó McGregor, quien en los próximos días decidirá si vuelve a pelear en el UFC este año o si esperará hasta el 2018 para defender su título ligero.
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