Al menos 84 integrantes de las Farc, de los más de 10 mil encuestados para el censo socioeconómico que sobre esa guerrilla hizo la Universidad Nacional, son extranjeros, siendo el mayor grupo el de venezolanos (54), seguido por ecuatorianos (16) y brasileños (8) y en menor proporción de Chile, Argentina, Holanda, Panamá, Republica Dominicana y Francia
La Universidad Nacional presentó los resultados generales de este censo socioeconómico que efectuó a 10.015 miembros de las Farc y que servirá para generar los planes y programas que permitan llevar a cabo un proceso de reincorporación adecuado.
La encuesta –que contaba con alrededor de 80 preguntas– se aplicó por medio de un formulario electrónico en las 26 zonas veredales en las que están concentrados los ex combatientes, incluyendo 38 cárceles y nueve casas de acogida.
Los encuestados se agruparon en tres grupos: guerrilleros (55 %), milicianos (29 %) y privados de la libertad (16 %). En total se censaron 7.748 hombres, que representan el 77 %, y 2.267 mujeres que conforman el 23 % restante.
Se encontró que el 66 % de las personas pertenece a la población rural, le sigue un 19 % de origen urbano y un 15 % de zona urbano-rural. Además, el 18 % se referencia como indígenas, el 12 % como afrodescendientes y el 0,09 % son palenqueros.
La salud se presenta como uno de los principales retos durante el posacuerdo, puesto que el 33 % de los encuestados (3.305 personas) manifestó tener algún tipo de limitación física o mental, entre las cuales las más frecuentes son problemas de visión de cerca o lejos (38 %), problemas cardiacos o respiratorios para hacer las cosas del día (18 %) y mover el cuerpo, caminar, subir o bajar (16 %), entre otros.
A esto se suma que 168 mujeres (7,4 %) están embarazadas; la mayoría tiene entre 23 y 27 años. De este grupo el 77 % recibe control prenatal.
La vivienda será un aspecto clave a trabajar, puesto que el 77 % de los encuestados no tiene vivienda para habitar una vez finalice el proceso de reincorporación, el 12 % la tiene en una zona rural dispersa, el 4 % en un centro poblado y el 7 % en cabeceras municipales.
Para la formulación de planes educativos se deberá tener en cuenta que el 90 % de la población sabe leer y escribir, el 11 % no tiene ningún tipo de formación educativa, el 57 % cuenta con básica primaria, el 21 % con básica secundaria, el 8 % con media vocacional y el 3 % con educación superior.
Insumo vital para el futuro
El profesor Ignacio Mantilla, rector de la U.N., fue el encargado de entregar el informe completo y detallado a Joshua Mitrotti –director de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN) y miembro del Consejo Nacional de Reincorporación (CNR) por parte del Gobierno– y a Pastor Alape, miembro del Secretariado de las Farc-EP, delegado de la organización en el CNR.
Al respecto, el director Mitrotti comentó que el compromiso de la paz es de largo aliento, por lo que los desafíos en salud, vivienda y educación deben ser superados no solo por los miembros de las Farc-EP, sino también por todas las comunidades afectadas por el conflicto.
“Este es el insumo esencial para construir la política pública que servirá para la reincorporación. La Universidad Nacional es una organización independiente, que representa a las universidades públicas y demuestra que se puede construir excelencia”, agregó el director Mitrotti.
Por su parte, Pastor Alape expresó que esta es una lectura profunda de la comunidad y será vital para construir programas que realmente toquen a los colombianos hacia la construcción de la paz.
“Este informe nos da elementos técnicos y científicos de las limitaciones y las deficiencias que ha tenido el Estado y que en el proceso de paz estamos obligado a resolver”, puntualizó.
El rector Mantilla agregó que el censo socioeconómico fue uno de los trabajos que quedó explícito en el Acuerdo de Paz de La Habana y que la U.N. logró culminar con éxito.
En sus palabras, “en esta etapa del posacuerdo, la educación jugará un papel importante y es el elemento que requiere la desigualdad que tenemos en el país. La U.N. es patrimonio de todos los colombianos y está dispuesta a aportar todo su conocimiento y capacidades para que este proceso terminé en una sociedad que valore la formación de sus jóvenes”.
El profesor Alejo Vargas, director del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz, de la U.N., añadió que la U.N. ha venido colaborando con el proceso de conversaciones con Farc-EP desde su inicio: “como Universidad estamos en la disposición de colaborar en los programas de reincorporación en lo que tiene que ver con educación, apoyo en proyectos productivos, apoyo psicosocial, lo que dependerá de las necesidades futuras”.
Durante la presentación de los resultados, Javier Jiménez, coordinador general del censo, también dijo que la población censada está interesada en vincularse en diferentes proyectos. El 60 % está dispuesto a desempeñarse en actividades agropecuarias, el 39 % en programas de construcción y mejoramiento de viviendas, el 37 % en construcción y mantenimiento de vías, escuelas, puestos de salud y acueductos veredales. También se encuentran actividades como mercados campesinos, transporte, guías turísticos y desminados, entre otros.
Aunque el 99 % de la población (9.929 personas) es colombiana, también se encontraron personas originarias de otros países como Venezuela (54 personas), Ecuador (16 personas) y Brasil (8), y en menor medida de Chile, Argentina, Holanda, Panamá, República Dominicana y Francia.
El coordinador Jiménez mencionó que el éxito del censo se dio principalmente por la conformación de un equipo de profesionales con cerca de 136 encuestadores, egresados y estudiantes de posgrado de la U.N., más 15 supervisores docentes también de la U.N. Asimismo se contó con la colaboración de la Universidad de la Amazonia y la Universidad de Córdoba.
“Hicimos un proceso de capacitación y sensibilización con la población para que comprendieran el objetivo del censo y la importancia de la información que se iba a recolectar”, agregó.
La metodología utilizada permitió que la información se alojara en un servidor local que después se remitía a un servidor central con altos niveles de seguridad, y recopilar los datos de forma casi inmediata.