Más de 3 mil personas de comunidades indígenas y afrodescendientes se desplazaron en los últimos días de sus tierras por temor a enfrentamientos entre autoridades y grupos ilegales en el oeste de Colombia, aunque la mayoría ya regresó a sus hogares, informó este viernes la Defensoría del Pueblo.
"Fueron más de 3.000 los desplazados por el reciente impacto del conflicto armado" en la zona rural del Litoral de San Juan, ubicada en el selvático y muy convulso departamento de Chocó (oeste), dijo en un comunicado el organismo que vela por los derechos humanos en Colombia, luego de visitar la zona junto al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Muchos de los desplazados ya han retornado por cuenta propia, aunque se estima que casi medio millar sigue refugiado en la cabecera municipal.
Los desplazamientos se produjeron por temores ante "la presencia (de la guerrilla) del ELN y los enfrentamientos entre grupos ilegales y Fuerza Pública", detalló el texto.
La Defensoría pidió facilitar el retorno seguro de los afectados a sus poblaciones, suministrarles alimentos "ante las restricciones de movilidad para actividades de caza y cultivo", atender "las afecciones físicas y emocionales por el conflicto" en la población, entre otras medidas.
ACNUR y la Defensoría encontraron "una compleja situación humanitaria" en la zona afectada, donde constataron que en total fueron 3.058 las personas desplazadas, equivalentes a 725 familias de 12 comunidades.
Además, otros 1.133 habitantes de seis asentamientos indígenas de la región se encuentran "confinados" en sus tierras por temor a los enfrentamientos.
En la región confluyen actores ilegales como el Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista) y la principal banda criminal del país, el Clan Úsuga. Además, las autoridades han desplegado allí "en días pasados una fuerte ofensiva".
El conflicto colombiano, que comenzó como una sublevación campesina en la década de 1960, ha enfrentado durante más de 50 años a guerrillas de izquierda, paramilitares de derecha y fuerzas públicas y deja 260.000 muertos, 45.000 desparecidos y 6,8 millones de desplazados.
Actualmente, el gobierno de Juan Manuel Santos se encuentra en la recta final de un proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas), principal guerrilla del país, y anunció el próximo inicio de negociaciones formales con el ELN.