Afirmando que su verdadero aliado es “el pueblo”, el presidente de Panamá, Ricardo Martinelli intentó minimizar la crisis política que provocó al destituir a su canciller Juan Carlos Varela, lo que causó ayer el quiebre de la coalición derechista gobernante.
"Primero viene el país. La alianza es con el pueblo", dijo Martinelli, quien se declaró "feliz de seguir trabajando por el pueblo", un día después de destituir a su compañero de fórmula en los comicios de 2009, Varela, que conservó su cargo de vicepresidente por haber sido elegido en las urnas, aunque sin ninguna función en el gobierno.
"Me he dado cuenta estos días que es cierto que la política es el arte de hacer falsos amigos y verdaderos enemigos", agregó Martinelli en su cuenta de la red social Twitter, en la que señaló que "la supuesta crisis la magnifican algunos medios".
Varela, un empresario de 47 años, preside el derechista Partido Panameñista, que apoyó en las elecciones de 2009 a Martinelli, del partido Cambio Democrático, en un pacto para destronar al socialdemócrata Partido Revolucionario Democrático (PRD).
Martinelli destituyó a Varela aduciendo que "descuidó su función de canciller" por atender asuntos relacionados a sus aspiraciones presidenciales en 2014. En su lugar designó a un hombre de toda su confianza, Roberto Henríquez, subjefe de Cambio Democrático.
"El canciller (Varela) puso los intereses de él, personales, por encima de los intereses del pueblo", declaró el ministro de Turismo, Salomón Shamah, al canal TVN-2.
"Este es el gobierno de Ricardo Martinelli. No podemos estar jugando al seudogobierno, a estar inventando que uno hace cosas", añadió Shamah, quien aseveró que Varela "un día está jugando política y otro día está jugando a vicepresidente".
Los correligionarios de Varela, que renunciaron a sus puestos en el gobierno, arremetieron contra Martinelli y amenazan con enfrentarlo en el Congreso.
"No podemos seguir siendo parte de este teatro o pantomima", sostuvo el ex viceministro Luis Ernesto Carles, quien dimitió junto a los ministros de Economía, Alberto Vallarino, y Vivienda, Carlos Duboy, en solidaridad con su líder.
"Es lamentable que a quien se haya destituido haya sido precisamente al vicepresidente, un hombre transparente (...), y no se haya destituido a quienes sí se les ha podido dar seguimiento y probar actos de corrupción", criticó Carles.
Varios escándalos de corrupción han salpicado al gobierno del derechista Martinelli. Además, se venían dando roces entre los dos partidos del gobierno.
El presidente, que asumió el poder el 1 de julio de 2009, ha visto caer en las últimas semanas su popularidad a la mitad desde el 90% que llegó a tener al iniciar su mandato.
"En estos momentos el clima es de desasosiego e incertidumbre", manifestó el analista Jaime Porcell.
"En el país hay expectativa para saber cuál va a ser el papel del Partido Panameñista, ahora en la oposición. Si la van a ejercer con fuerza o de forma suave", señaló el analista Edwin Cabrera./AFP